Babilonia se despide del Abasto
El escenario de la cultura alternativa cerrará sus puertas en la calle Guardia Vieja
Hace once años la calle Guardia Vieja al 3600 era lo más parecido al Bronx porteño. El Mercado de Abasto no era un shopping, y donde actualmente hay un gran supermercado había apenas un terreno baldío.Alrededor de ese descampado con mucha historia de malevos, casas tomadas y sensación de margen permanente, Graciela Casabé y Javier Grosman decidieron copar una viejo depósito de bananas e instalar Babilonia, un espacio dedicado al teatro y al arte en general. Para este matrimonio implicó el cambio más abrupto de sus vidas. Para la escena porteña significó el nacimiento de la sala más representativa de la escena de los años 90.
Quizá por lo heavy de la zona, quizá porque adentro se respiraban buenos aires, Babilonia se transformó en uno de esos pocos espacios con personalidad, con identidad propia, con fuerza. Atributos que escasean.
En su andar, comenzó a poblarse de jóvenes que ahora pisan los 30 años. Pero también fue un espacio de cruces, de intercambios. Seguramente ayudó su barra, sus mesitas (las primeras muy incómodas, hay que reconocerlo) y, en su última etapa, un restaurante con comiditas de nivel.
Allí recaló Eduardo "Tato"Pavlovsky con varios de sus trabajos. Allí, AlejandroTantanian interpretó "Bartleby" para continuar creciendo como director y dramaturgo. Allí, el grupo El Periférico de Objetos estrenó varios de sus trabajos cuando todavía no lo conocía nadie. Allí, en las trasnoches de los viernes y los sábados se presentó "Fragmentos de una Herótica"(sic). Allí, el cordobés Paco Giménez deleitó al público con su desparpajo, su creatividad. Allí, Rubén Szuchmacher y Alberto Muñoz maravillaron con sus propuestas.
Pero también pasaron Andrea Garrote, Pista 4, Javier Daulte, Eva Halac, Rafael Spregelburd, Francisco Javier... OCharly, Ariel, Carolina, Carlos, Magdalena y un montón de nombres pocos conocidos, pero fundamentales para la vida del lugar.
Pero no todo fue patrimonio del teatro. También hubo trasnoche al ritmo del rock pesado, charlas, poesía y hasta espectáculo para niños que debieron lidiar con un barrio poco contenedor.
Hubo mucho, muchísimo, pero -de repente- una gacetilla informa que Guardia Vieja ya no será el territorio del asombro al cual uno estuvo acostumbrado.
Casabé sueña con conseguir un lugar más grande y refundar Babilonia en otra parte. Se imagina un espacio adecuado para presentar todo tipo de espectáculos. Y con semejante ímpetu, el acto de soñar se transforma en un buen bálsamo contra toda posibilidad de viento melancólico.
Hay otras razones para entender el cierre del local más allá de un contrato de alquiler en aumento: Grosman es actual subsecretario de Cultura porteño, y Casabé, la directora del Festival Internacional de Buenos Aires.
"Pero Babilonia no cierra, cierra el espacio del Abasto. Es la más pura verdad", dice asegura Casabé.El tiempo, sin ánimo de juzgar a nadie, dirá si es cierto. Por lo pronto, parece ser que el nuevo siglo no le sentaba bien. Que tanto esplendor, tanto supermercado enfrente, torres impersonales y un shopping sin magia fueron opacando a este antiguo depósito de bananas convertido en disparador de fantasías.
Lo cierto es que Babilonia (ésa, la del Abasto) cerró sus puertas. Promete volver, ojalá. Sus once años de existencia le hicieron muy bien al teatro.