
A 10 años de su disco anterior, Aterciopelados asume el paso del tiempo tanto desde lo musical (Héctor Buitrago fusiona ritmos de Latinoamérica con rock, electrónica y toques modernos de producción), como desde las letras de Andrea Echeverri, que habla del cuerpo con inusual valentía (“Piernas”, “Vieja”), y encara la temática de género en “Despierta mujer” y “Ay Ombe”. Lo fascinante es cómo el dúo consigue fundir estas temáticas con el hedonismo psicodélico de “Play” (con la chilena Ana Tijoux), el vuelo de “Soñemos un bosque”, con charango y quenas, y el cadencioso “Tumbao”, que dice: “Prefiero no tan pegadizo el estribillo, imperfecto, con personalidad”.
Por Claudio Kleiman
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