Edgardo Rodríguez-Miranda creó una superheroína que revolucionó los paradigmas de la industria
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De niño, Edgardo Rodríguez-Miranda, un novelista gráfico puertorriqueño, se dio cuenta que en las historietas que leía no había personajes parecidos a él. Era finales de los años 70 y principios de los 80, y aquel pequeño introvertido que crecía en el colorido y diverso barrio del Bronx, en Nueva York, se buscaba entre las páginas de los cómics que se había convertido en su refugio.
Su familia, que dependía de una madre soltera y tenía problemas económicos, solía mudarse de hogar constantemente. Esto significaba una nueva escuela, nuevos compañeros de clase y dificultad para tener un círculo de amigos inmediato. Pero, en cualquiera de los rincones de la Gran Manzana a los que llegaba como el chico desconocido, los comics le acompañaban.
“Estas historias continuas me dieron como lector una conexión. A todos los lugares que iba, podía leer un cómic”, explicó el artista de 52 años al programa de radio Outlook de la BBC. También era una manera de conocer a otros niños, pues le servían para “romper el hielo” cada vez que uno de sus compañeros le preguntaba sobre sus dibujos o le pedía algún cómic personalizado.
El problema era que él era latino, boricua descendiente de inmigrantes. Los superhéroes como Superman, blanco y de ojos azules, no compartían sus características físicas o su identidad cultural. De adulto, convertido en un creador de historietas, decidió desarrollar un personaje que se parecía más a su realidad. Y más allá, que representara a otras minorías, como las mujeres y las personas negras.
Así fue que, en 2016, nació La Borinqueña, una heroína de ascendencia puertorriqueña, nacida en Nueva York, que lucha contra el cambio climático y la injusticia social, y que le valió al artista el premio Humanitario del Comic-Con de San Diego en 2019.
Su creación, además, se convirtió en un recurso para las escuelas y otros centros educativos de EE.UU. y Puerto Rico discutir asuntos de raza, latinidad, representatividad y género. ¿Cómo es la La Borinqueña? ¿Cómo cambió la vida de este puertorriqueño? ¿Cuál fue el impacto de su personaje? Aquí te contamos.
La Borinqueña tiene “los pies en la tierra”
El nombre de su personaje está inspirado en el himno del territorio estadounidense. Mientras que el vestuario tiene el diseño de la bandera boricua. La Borinqueña, cuyo nombre “real” es Marisol Río de la Luz, es descrita por su creador como una joven común, que se encuentra realizando estudios en ciencias ambientales en la prestigiosa Universidad de Columbia, en Nueva York.
Tiene el pelo crespo, la piel morena y “los pies en la tierra”. “Traté de crear una persona que fuese una representación de todas las mujeres, porque lamentablemente en los medios masivos de comunicación las narrativas giran en torno a las experiencias de hombres blancos y sus voces”, afirma el boricua, quien es padre de dos hijos.
La superheroína adquirió sus poderes en un viaje académico que hizo a la isla. Allí, mientras hacía investigaciones científicas en varias cavernas, se encontró con los dioses de los indígenas que poblaron el territorio antes de la conquista española. Le dieron la capacidad de controlar los elementos.
Miranda-Rodriguez agregó que su personaje no lucha contra ningún supervillano. Más bien encara los problemas sociales de Puerto Rico. “No quería que tuviera que pelear con un supervillano, porque las historias sobre mujeres siempre están centradas en relación a otra persona”, le dijo a la BBC.
El impacto de su creación
Los problemas sociales y climáticos que enfrenta la isla fueron, precisamente, la inspiración para crear la serie de historietas, cuyo primer número se publicó en diciembre de 2016. El personaje llegó a la mente de Miranda-Rodríguez cuando observaba en un noticiario a funcionarios del gobierno de Puerto Rico anunciar que el territorio estadounidense tenía una deuda pública impagable de más de US$70.000 millones.
La isla caería en bancarrota, producto de una profunda crisis económica que había comenzado varias décadas atrás, y que llenaba de incertidumbre el futuro de los puertorriqueños. Miranda-Rodríguez, quien ya era un ilustrador que había tenido éxito creado novelas gráficas para otras personas, decidió que su historia sería un método para atraer la atención del mundo sobre la tierra de sus padres.
“Hay más clics en los reportajes de celebridades y superhéroes que en las noticias sobre economía. Entonces pensé: ‘¿por qué no creo a una superhéroe que me permita entrar al espacio de los medios masivos para poder conectar con el discurso de lo que está pasando en el mundo?’”, sostuvo en la entrevista. La Borinqueña recibió una enorme acogida y fue elogiada por la crítica. Las ventas, de acuerdo con el autor, fueron un éxito.
Cuando el primer número salió, los interesados en el cómic hicieron una fila de cuatro horas para encontrarse con el escritor y recibir su firma en un establecimiento de Nueva York. La edición no solo forma parte de currículos académicos, sino que encontró lugar también en instituciones como el Museo Smithsonian de Washington D.C., que lo incluyó en su colección.
Meses después de la publicación, en septiembre de 2017, el huracán María impactó Puerto Rico, y el territorio quedó parcialmente destruido. El autor utilizó su reconocimiento para abogar por la reconstrucción de la isla. También impulsó la publicación de la historieta antológica Ricanstruction: Reminiscing & Rebuilding Puerto Rico (Riconstrucción: Recordando y Reconstruyendo Puerto Rico), que cuenta las aventuras de La Borinqueña junto a varios superhéroes de DC Comics, como la Mujer Maravilla, para reconstruir el territorio.
Lo recaudado por las ventas de este trabajo se destinaron a ayudar a los afectados por el ciclón.
Un ejemplo para otros
La Borinqueña, así como las historietas en general, cambiaron la vida de este novelista gráfico de origen humilde. Actualmente, Miranda-Rodríguez es director y dueño del estudio creativo y de diseño gráfico Somos Arte, ubicado en Nueva York, y que tuvo como clientes a Marvel, la producción del musical Hamilton y Sony Pictures.
Además, es Enviado de las Artes del Departamento de Estado de EE.UU. y ofrece charlas y talleres en América Latina sobre cómo La Borinqueña es un reflejo de justicia social. “La gente ve de muchas formas esta historia (La Borinqueña). Pueden discutir el colonialismo, el cambio climático, la identidad latina, el colorismo. Por el hecho de ser una latina afro, el interés va más allá, porque la gente negra también se ve en este personaje”, dice.
Ante el éxito, el autor no puede más que recordar a aquel niño que comenzó a dibujar cómics cuando necesitaba conectar con otros, y envía un mensaje a quienes se sienten como él. “Haber sido capaz de crear algo que, luego de tantas décadas sigue conectado con aquel niño, me permite conectar con otros niños. Y les digo: ‘Soy como tú, soy puertorriqueño, crecí por aquí, tú puedes ser yo, tú puedes contar tu historia’”.
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