Arneses, vuelos, acrobacia y poesía en el Maipo

Hoy sucederá algo especial en el Maipo. Pasadas las 20, se transformará. Las delicadas butacas rojas de su sala principal y los majestuosos balcones dorados que la enmarcan cobrarán vida y se volverán protagonistas. El telón estará en el mismo lugar de siempre, pero habrá que estar atentos: el escenario será la sala en su totalidad. Y los espectadores, más allá del resguardo de sus asientos, no podrán evitar ser parte de la fiesta. Poco menos podía esperarse para el festejo de los 20 años del Teatro Sanitario de Operaciones (TSO), que con su espectáculo Undermaipo, 9 variaciones sobre la sensibilidad celebrará su larga trayectoria como proceso artístico por primera vez en una sala comercial. Se presentará hoy y los miércoles 9 y 23 de noviembre, a las 20.30.

"Siempre realizamos intervenciones en espacios atípicos y urbanos, así que tomamos esta experiencia de ese modo. Como una intervención a un teatro", explica Quique López, uno de los fundadores del TSO, allá por 1996, junto con Jacqueline Miller y Pato Turchi. La idea se le ocurrió a Lino Patalano, director del Maipo y conocedor del TSO desde hace años, quien les ofreció adaptar algunas de sus actuaciones históricas con motivo de las dos décadas de la agrupación. "En Undermaipo habrá performances que se remontan a nuestros inicios, pasando por distintos momentos de nuestra trayectoria hasta una de las últimas creaciones, que transformará este espacio en una milonga con los espectadores sobre el escenario del Maipo", explica López.

El TSO nació en 1996 a partir de un seminario dictado por la compañía teatral catalana La Fura dels Baus, que les legó principios como el gusto por lo artístico no convencional, la creación colectiva y una mirada particular sobre el espectador, que tomarían para construir su propia identidad. Si bien en los inicios fueron soporte de bandas de rock y punk como Babasónicos y Divididos, lo disruptivo de su propuesta les abrió camino a espectáculos propios, como fueron sus recordadas intervenciones al viejo puente transbordador de La Boca o al Centro Cultural Recoleta. De esa experiencia en lugares atípicos, paradójicamente, se valen estos días para adaptar su arte a una sala clásica de teatro, un espacio no convencional para los del TSO, acostumbrados a volar por los aires, literalmente y casi sin límites. "Es muy difícil la producción de este tipo de espectáculos, porque trabajar en lugares no convencionales implica intervenir el espacio con una producción que muchos grupos no pueden afrontar -afirma López-. En ese sentido, no veo tantos exponentes de este tipo, aunque sí hay ciertas propuestas que tienen un soporte económico importante, pero en general apuntan más al impacto visual y sonoro que a la sensibilidad. Buscamos que el espectador quede impactado, pero que también se lleve algo para pensar."

Habrá 20 performers en escena, 6 percusionistas y una invitada de lujo: Eleonora Cassano. "No bien me probé el arnés, pensé que era el sueño de todo bailarín. Dar dos pasos, saltar y volar es lo que yo sueño, ¡y lo que de verdad va a sucederme acá!", confesó la prestigiosa bailarina.