En medio de un show cargado de invitados, el cantante patagónico reversionó al ex Soda en el día de su cumpleaños
Cuando se acercaba a la mitad de su show del sábado 11 en el Luna Park, el segundo de su historia después del debut de septiembre pasado, Lisandro Aristimuño agachó la cabeza y recordó a Gustavo Cerati en el día en que hubiera cumplido 59 años. "El ángel eléctrico debe estar por ahí, lo amamos", dijo antes de invitar al Zorrito Von Quintiero a tocar el bajo para una versión eléctrica, con banda completa, de "En el séptimo día" de Soda Stereo; fue una buena descarga eléctrica, pero a Aristimuño pareció no satisfacerlo del todo. Después, agarró una guitarra acústica de doce cuerdas y se cargó una lectura despojada e intimista de "Avenida Alcorta", de Amor Amarillo. "Ojalá que Gustavo escuche esto donde esté", dijo.
Minutos antes, Aristimuño ya había empezado a develar algunas de las sorpresas que tenía preparadas para uno de sus shows más importantes en Buenos Aires ante un Luna Park completo. Después de arrancar con la tríada "Me hice cargo de tu luz", "How long" y "En mí", invitó al escenario a Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto para hacer una gran versión de "Tu nombre y el mío" -del disco Azules turquesas-, tan sólo ellos tres, con Vitale al teclado y Aristimuño y Baglietto compartiéndose las estrofas, para uno de los picos de intensidad de la noche.
Respaldado por un sólido entramado de aroma criollo (con violines, piano, guitarra, charango, batería y percusión), Aristimuño expuso con efectividad su presencia y magnetismo como intérprete y director de orquesta, dentro de un esquema calibrado al detalle para dar con el intimismo y la intensidad de sus canciones, oscuras y románticas por igual. "Hoy es una fiesta, vamos a flotar", había dicho al comienzo del show, remarcando esa intención gravitacional y climática que parece ley dentro del universo del productor patagónico.
Sobre la recta final del set, Aristimuño invitó a Elena Roger para cantar a dúo "Tres estaciones", de su último disco Constelaciones, y a Emma Hourvilleur para una descontracturada "Tu corazón". Después, ante una marea de mujeres que durante toda la noche se había manifestado en favor de la legalización del aborto ("Aborto legal, en el hospital", repetían), el cantante les dedicó su canción "Green lover", una pieza que siempre tuvo como destinatario a las Abuelas de Plaza de Mayo, pero que esta vez aparece resignificada en medio de la marea verde.
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