Con valioso material de archivo y entrevistas inéditas a figuras clave, Lucas Bucci y Tomás Sposato construyeron la historia de la conquista de la primera estrella de la selección y su turbulento contexto
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La épica de la victoria deportiva atravesada por la herida de la dictadura; la historia del mundial Argentina 78 está teñida de contradicciones. Un tejido complejo que incluye la felicidad de ganar por primera vez la Copa del Mundo, nada menos que en el propio país, convive de manera inextricable con el dolor inflingido por la última dictadura militar.
Esa complejidad es el material principal sobre el que trabaja Argentina ’78, la nueva miniserie documental que ya está disponible en Disney+. La historia deportiva y política del evento está narrada en cuatro episodios, construidos en base de un impresionante trabajo de archivo audiovisual y fotográfico, junto con entrevistas inéditas a figuras clave y tan diversas como el ex director técnico de la selección, César Luis Menotti, en su última entrevista en video; dos futbolistas que jugaron aquel mundial, Mario Alberto Kempes y Daniel Passarella; el líder de Montoneros, Mario Firmenich; y los periodistas especializados Matías Bauso y Ezequiel Fernández Moores, entre muchos otros.
Los guionistas y directores, Lucas Bucci y Tomás Sposato, ahondan en esas contradicciones y las exponen en pantalla, de forma tal que se adivina la intención de que el espectador no solo consuma esa información, sino que acepte la invitación a reflexionar sobre ella.
El dúo tiene amplia experiencia en el terreno sinuoso del documental, luego de haber trabajado en el guion y producción de las miniseries documentales Carmel: ¿quién mató a María Marta? y Los hermanos Menendez, ambas dirigidas por Alejandro Hartmann. En Argentina ‘78 se pusieron al frente de la dirección y escritura del proyecto en conjunto, tal como lo habían hecho en su ópera prima Los payasos, un largometraje que proponía un divertido juego entre el documental y la ficción.
En una charla vía Zoom con LA NACIÓN, Bucci y Sposato cuentan cómo fue el proceso de narrar la complejidad del mundial 78, hablan sobre as dificultades para trabajar con el archivo y las entrevistas, y reflexionan sobre por qué vale la pena contar esta historia hoy.
-Pensando en otras series documentales que hicieron, ¿cómo abordan un tema del que mucha gente sabe bastante o tal vez cree que sabe?
Tomás Sposato: -No es fácil, sobre todo con un evento de esta magnitud. Obviamente hay un montón de gente que lo vivió, un montón de gente que lo estudió. Nosotros lo encaramos como solemos encarar todos los temas que nos ha tocado tratar: desde el comienzo y con genuina curiosidad. Nuestra investigación suele ser un proceso largo, que nunca termina hasta que se cierra el documental. Toda la previa de las entrevistas, todas las entrevistas durante el montaje, siempre seguimos investigando y siempre seguimos descubriendo cosas, sobre todo en estos temas que son tan enormes. Nosotros hacemos un sondeo de todas las cosas que se han escrito y se han hecho, pero siempre salen cosas nuevas y la historia está viva. Hacer un documental también es trabajar en un terreno que todo el tiempo se está modificando, porque estamos trabajando con la realidad. Realmente nos guía mucho la curiosidad. Tuvimos el libro de Matías Bauso, que nos inspiró para laburar bien la investigación. Tuvimos que ir poco a poco y despacio, y sin mirar tanto la cima porque, por ahí, nos daba un poco de vértigo. Fuimos tratando de analizar las cosas una por una y creo que llegamos, con un trabajo de más de tres años desde el comienzo, a un resultado que nos es satisfactorio.
Lucas Bucci: -Comparado con los trabajos que hicimos, para Carmel: ¿quién mató a María Marta? o Los hermanos Menendez, que fueron trabajos duros también de investigación y largos, este evento tenía incluso más, porque básicamente es un Mundial y fue atravesado por un momento muy particular de la historia argentina.
-¿Cómo se relaciona el libro de Matías Bauso con el foco de la miniserie y cómo organizaron todo el material?
Bucci: -El libro de Matías se llama 78: Historia Oral de un Mundial y, en realidad, es una recopilación extremadamente completa de archivo de radio, de gráfica. Es como una Biblia gigante, pero no tiene un arco narrativo, porque él no lo quiso hacer así. Para nosotros fue una base de investigación espectacular, la mejor posible, porque es la autoridad absoluta. Fue un lugar para hacer fact check de las cosas que estábamos diciendo y fue una inspiración narrativa, pero es como si hubiéramos agarrado la Biblia y hubiéramos dicho: “bueno, vamos a contar esta parábola”. Muchas de las cosas que están en el libro no las contamos, no porque no nos parecían importantes, sino porque tenía que tener un arco, tenía que tener una narrativa. Así que el libro fue una gran inspiración en ese sentido.
-Una de las cosas que más llaman la atención de la miniserie es el material de archivo, porque es impresionante; más sabiendo el problema que tenemos en la Argentina con la conservación del archivo, ¿pueden contar cómo consiguieron todo eso?
Sposato: -Tuvimos un equipo de archivo excelente. Sol Benavides y Martín Scheines, entre otros, nos ayudaron al comienzo. Incluso el mismo Gastón Ferrari, que fue nuestro asistente de edición, también nos ayudó a buscar, porque la verdad que hay una cantidad enorme. A pesar de que el Mundial haya sido transmitido en este país, no quedaban tantos registros audiovisuales porque, como bien decís, hay muchos problemas de conservación en este país, hay problemas de los canales, no hay Cinemateca. Pero tuvimos la ventaja de que un mundial de esta magnitud atraía a periodistas extranjeros, que venían con sus equipos. Era una época donde se filmaba con fílmico, que es un material que bien conservado perdura para siempre. Entonces nos valimos de muchas de esas cosas. Tenemos material de la cinemateca polaca, que por alguna razón está restaurado increíblemente; son dos documentales del 78 que filmaron los polacos acá. Tenemos incluso muchas fotos de Bert Nienhuis, que es un fotógrafo holandés que vino y son fotos que nunca se vieron, de la última cena con Videla y Massera. Así que tratamos de ahondar en mucho material de la prensa extranjera que cubrió el Mundial y que al verlo hoy pueden resignificar muchas cosas. Hay un montón de material de la época que no se ha visto antes y creo que pudimos aprovecharla para contar esta historia.
-Además del archivo, lo otro que tienen fuerte son las entrevistas y quería saber si podían contar cómo fue conseguirlas y hacerlas.
Bucci: -Total. Se consiguieron entrevistas muy difíciles, como la de Firmenich, que es alguien que no hablaba en un medio mainstream desde hacia décadas, con un trabajo increíble de Rodrigo Alegre, que fue el productor periodístico. Se consiguió una entrevista con Menotti, que es alguien que tampoco quería hablar mucho del Mundial 78, porque estaba muy cansado de los cuestionamientos. Hablamos con Norita Cortiñas, con Taty Almeida, hablamos con Daniel Passarella, que es alguien que tampoco habla mucho. La verdad que no nos podemos quejar, fuimos a hacer entrevistas a Holanda, a Francia, a Perú. Tuvimos mucha suerte con eso. Se los contacta haciéndoles saber que conocemos mucho la historia y que vamos a tratar de hacerles preguntas que no les hicieron; que nos interesa el valor de la historia, sobre todas las cosas. Y las entrevistas las encaramos así también. En la investigación, nosotros escribimos lo que llamamos un guion hipotético, o sea, ya escribimos la serie, antes de que nadie nos diga nada. Porque cuando tenés personajes que hablaron tanto sobre el tema, podés ver mil entrevistas. Hacemos preentrevistas también y todo, pero podemos especular qué es lo que va a decir alguien. Sabemos qué es lo que queremos contar con ellos y llevamos un cuestionario muy preciso, pero, como decís, lo más lindo es que te sorprendan, entonces también estamos abiertos a eso. Hacemos preguntas que suelen ser más bien abiertas, en donde no estamos esperando que nos respondan algo en particular, si no son más bien temáticas y tratamos de hablar lo menos posible porque además nuestras voces escuchan muy poco. Esperamos haberlo hecho bien; no somos periodistas, somos cineastas, pero nos gusta mucho el arte de entrevistar.
Sposato: -Es importante saber que si uno recopila todos los testimonios de un entrevistado por ahí sumamos dos minutos o cuatro en todo el documental, pero estamos hablando de entrevistas, tenemos un total de 31 entrevistados, que fueron algunas de dos horas, otras de cuatro. Matías Bauso, que es uno de los narradores también y que tenía toda la información en la cabeza, nos dio siete horas y media de entrevista, porque teníamos una cantidad de preguntas que nos servían para el documental, que generosamente nos respondió. Eso es algo que tiene de bueno la entrevista que no es en vivo, uno se puede extender. Genera también, me parece, una comodidad para el entrevistado, en donde sabe que puede detenerse, puede pausar. Nosotros, siempre desde el respeto, podemos decirle que puede responder o no lo que el entrevistado quiera.
-Eso se nota y creo que también la clave es lo que decías antes de que van con curiosidad genuina. En el documental tienen dos ejes claros: por un lado, el del Mundial como evento deportivo; pero, por otro lado, el tema de la dictadura. No hay forma de entenderlo sin que estén los dos ejes, ¿pueden contar un poco cómo pensaron eso?
Sposato: -Sabíamos que ese iba a ser nuestro mayor desafío. Desde el comienzo sabíamos que queríamos contar las dos partes, la deportiva y la política, y que iban a tener que coexistir. No íbamos a trazar una línea en la mitad del capítulo o decir este capítulo es sobre fútbol y este sobre política. Tenían que convivir, como sucedió en 1978. Fue un laburo que arrancó en el guion especulativo, porque no sabíamos bien que nos íbamos a encontrar al llegar a todas las entrevistas. Creo que la fortuna que tuvimos es que tuvimos casi un año de montaje o un poco más y un equipo de montaje, con Santiago Perfetto, que es el montajista, y Gastón Ferrari, que es el asistente, con los que fuimos muy de a poco, casi cincelando segundos y probando cosas, utilizando la música a nuestro favor. Santi es un editor que viene del videoclip y nos ayudó enormemente a tratar los tonos, los momentos de las transiciones entre una cosa y la otra, para nunca faltar el respeto, pero no ser solemnes; para contar bien las cosas y hacerlas coexistir. Lo que más intentamos es lograr que estas dos temas convivan, como convivieron en las personas, sin desmerecer ni uno ni el otro. Lograr una sumatoria de cosas que genera contradicción, porque es lo que sucede. Nosotros sabíamos que si esa contradicción no se generaba al ver el documental, era muy difícil de explicar. Si el espectador lo logra sentir, creo que conseguimos nuestro cometido.
Bucci: -A diferencia de las narrativas que hay sobre el Mundial 78, para nosotros era importante contar la gesta deportiva. Entiendo por qué no se contaba la gesta deportiva y era un poco por esto, porque es difícil decir “la pelota pegó en el palo” mientras estás hablando de la ESMA. Cuando escribimos el guion y decimos “Ahora vamos de la ESMA a Argentina-Polonia”, pensamos “¿cómo hacemos esto?”. Un poco, como dice Sposato, es bueno abrazar esta contradicción y pensar que, en vez de ir en contra de la narrativa va a favor. Porque contar solo la parte política, en un país donde el fútbol es tan importante, era aplanar el fenómeno. Poner lo que significa para la Argentina un mundial y un mundial hecho en Argentina, era mostrar lo profundo que era este tema y la cantidad de aristas que tenía. Entonces, nos la jugamos ahí.
-¿Por qué les parece que es importante contar esta historia ahora?
Bucci: -Me parece que es importante contar esta historia ahora, porque es un buen momento para entender que las historias son complejas, que realmente los eventos históricos son difíciles de contar. No los hacés en un tuit. No se cuenta con una fórmula. Los eventos históricos exceden las explicaciones sencillas que tenemos para contar lo cotidiano. Me parece que el mundial 78 es una buena prueba de esto. Si vas con una fórmula a interpretar el mundial 78, seguramente te estés perdiendo de cosas.
Sposato: -Sí, coincido. Parece gratuito dar una opinión hoy. Muy fácilmente se puede dar una opinión y las opiniones, últimamente, suelen ser muy absolutas y categóricas. A mí la idea de abrazar contradicciones y buscar los matices, empezar a profundizar un poco en nuestras opiniones antes de darlas, me parece que es algo valioso hoy por hoy. Hay cosas que parecen dadas, yendo al ejemplo del partido contra Perú, esto está arreglado o no, porque sí, porque no. Bueno, pausemos un segundo y charlemos, vamos cosa por cosa; quizás terminamos con la misma opinión que teníamos antes, pero no me parece mal dudar. A veces está bueno dudar. No hay que tenerle tanto miedo a detenernos, a pensar un poco antes de emitir una opinión. Creo que los documentales tienen esta ventaja, que nos permiten analizar cosas y hacernos preguntas, y es un momento de reflexión moderno. Por eso me parece que es un formato que viene muy bien para la época.
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