En su último disco, Arcade Fire lidiaba con una vieja pregunta: ¿cómo hace un grupo de rock honesto para reivindicar su lugar en la pista de baile? La respuesta de Reflektor se expandía a lo largo de dos álbumes con una curaduría de grooves impresionante –synth-pop, música disco, electro, música de Haití, dub y más–, con ayuda de James Murphy de LCD Soundsystem, un equipo de bateristas haitianos y hasta un cameo del santo patrón de las transformaciones, David Bowie. Era un LP ambicioso y deslumbrante. Pero, sónica y temáticamente, también se apoyaba en la intensidad enfática que caracterizaba a la banda, y que hacía que siempre sonara “importante”, desde su debut emblemático de 2004, Funeral.
Más cómodos en sus zapatos de baile, los Arcade Fire hacen ahora ambas cosas en Everything Now, enfocándose en nuestro malestar moderno mientras se inspiran en estilos de dance-pop más concisos. El tema del título, co-compuesto con Thomas Bangalter, de Daft Punk, evoca el laboratorio melodioso de Abba, con subidas melódicas vertiginosas y un sinuoso solo de flauta del vástago del afropop Patrick Bebey. “Signs of Life” conjura el disco-funk de los setenta con vientos, palmas, sirenas y el flow de MC de la época dorada del cantante Win Butler, una mezcla entre “Rapture” y “Heart of Glass”, de Blondie. En “Chemistry”, un groove de rocksteady jamaiquino humea junto a una bajada estilo Grand Funk Railroad. La necesaria canción de la compañera de Butler, Régine Chassagne, la onírica “Electric Blue”, es un guiño secreto a Tom Tom Club, sus antepasados en el funk-pop de chicas.
Como es habitual, la personalidad de predicador adolescente devenido estrella de rock de Butler lleva el timón. La diatriba punk de “Infinite Content” y el trote de vals-country de “Infinite_Content” son versiones espejadas de una misma canción que se la agarra con los excesos digitales en la era del streaming: “Estamos infinitamente satisfechos/Todo tu dinero ha sido gastado”, declara Butler. En “Creature Comfort”, una interrogación estilo New Order acerca de “la mentira blanca de la prosperidad americana”, unos muchachos buscan la fama mientras luchan contra el odio, el hambre y el suicidio. Es un territorio traicionero, pero el grupo lo navega con coraje, especialmente cuando pone el foco crítico sobre sí mismo. Cuando Butler canta: “Soy un mentiroso/No dudes de mi sinceridad”, conjura más que nada al Bono de “The Fly” de la época de Achtung Baby, otra franca conversión al dance-rock.
En definitiva, Everything Now trata sobre tener un banquete cultural frente a uno, y seguir con hambre. “Una canción terrible en la radio, baby/¿Qué hay de nuevo?”, se queja Butler en “We Don’t Deserve Love”, una balada maravillosa e inquieta que se pregunta si la raza humana quizás ya merece su extinción. El jurado todavía no se pronunció. Pero los Arcade Fire grabaron una banda de sonido perfecta para hacerse esa pregunta.
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