Apetito por la destrucción
Mads Mikkelsen y Hugh Dancy hablan de la tercera (¿y última?) temporada de la serie, una adictiva inmersión total en la mente y los impulsos de Hannibal Lecter, asesino-esteta
SAN DIEGO, California.- El Ballroom 20, en el Centro de Convenciones de esta ciudad, es el segundo salón más grande del predio, que hace pocas semanas fue tomado por Comic-Con. Alberga más de 4900 personas sentadas y está repleto, con gente esperando afuera la posibilidad de asistir a la presentación de la segunda mitad de la tercera temporada de Hannibal, que será la última. La serie no fue renovada por su bajo rating (aquí empieza pasado mañana, a las 23, por AXN), por lo que el salón está repleto de fanáticos en campaña para encontrarle un nuevo hogar televisivo. Los fannibals -como se autodenominan los acólitos- vinieron en su mayoría con un bouquet de flores, imagen de los asesinatos más macabros y estéticos que la pantalla chica haya mostrado en años.
Popularizado por la interpretación de Anthony Hopkins en El silencio de los inocentes, el psiquiatra forense Hannibal Lecter (el danés Mads Mikkelsen) es el protagonista de la serie, pero también el agente del FBI Will Graham (el inglés Hugh Dancy) con quien comenzaron la primera temporada trabajando juntos intentando atrapar a un asesino serial en los bosques grises y fríos de Minnesota. Claro que Hannibal es en realidad el asesino serial que buscan, pero durante el transcurso de esa primera temporada -que se puede ver en Netflix- se las ingenia no sólo para que no sospechen de él, sino para que culpen a Will de ser el "descuartizador de Chesapeake", como es llamado entonces.
La relación manipuladora entre Will y Hannibal -de amor y odio, de respeto y de asco- es el eje central de la serie y Mikkelsen, ex gimnasta y bailarín clásico, la describe así: "Hannibal se ve a sí mismo en Will. Sabe que hay un asesino potencial ahí adentro y lo quiere encontrar. Además querría tener un amigo. La vida de un asesino es muy solitaria: sería agradable tener con quien compartir sus hazañas".
Desde su primer capítulo, Hannibal presentó un mundo onírico con imágenes perturbadoras y bellas al mismo tiempo. Es que el agente Graham tiene la capacidad de meterse en la mente de los asesinos y lograr sentir y procesar la escena del crimen como si estuviera ahí en el momento en que fue cometido. Eso, sumado a que cada asesinato "homenajea" a clásicos de las artes visuales, del período flamenco al modernismo norteamericano, ha llevado a que la serie sea objeto de estudio académico en cuanto a su estética, desde su fotografía hasta la música atonal que acompaña cada episodio.
Bryan Fuller (Pushing Daisies), el creador de la serie, decidió adaptar para la TV Dragón rojo, la primera novela de Thomas Harris en la que aparece Hannibal Lecter, para lo que se asoció a Martha de Laurentiis (viuda del mítico productor Dino y propietaria de los derechos). La trama fue filmada como Cazador de hombres por Michael Mann, en 1986, y después con su título original en 2002, con Edward Norton como Will. Allí no sólo hace su aparición el doctor, sino también Francis Dolarhyde, otro asesino obsesionado con la obra de William Blake.
"Siempre fui fan de Thomas Harris y hacer la serie es rendirle homenaje a sus libros. No es una adaptación textual y eso nos quita la arrogancia de decir qué está bien o mal", se entusiasma Fuller, que llego a Comic-Con vistiendo un saco de Star Wars y una gran sonrisa. Hugh Dancy agrega: "Debido al formato estamos liberados de la clásica serie episódica. Eso nos da un vacío donde Bryan se puede expresar. Como resultado, a lo largo de estas tres temporadas pudimos explorar la naturaleza circular del trauma y del duelo. También meditar sobre la religión y las creencias. Como Will tiene la capacidad de meterse en la cabeza de los asesinos, tardé en entender el concepto del tiempo, que en nuestra historia no es lineal. Además, los personajes en este mundo están como flotando, y ocasionalmente son bajados a la tierra. En la primera temporada, Will se ve muy afectado por los crímenes, y el guión era muy emocional. Pero no es algo que se pueda sostener en el tiempo, y el Will de esta temporada es más frío y calculador".
"La estética nos ayuda -añade Mikkelsen-. Si la nuestra fuera una serie realista no podríamos salirnos con la nuestra. Como es todo muy estético, lo horroroso bordea lo bello y nos permite excedernos."
Y lo que se ve en sus episodios, debe advertirse, es tan horroroso como imaginativo. Por ejemplo: un hombre cuya caja torácica es abierta para albergar cuerdas vocales y asemejarla a un chelo; una víctima que se convirtió en árbol tras ser "plantada" durante meses con semillas en su interior; un joven descuartizado y exhibido en un museo como si fuera un diorama de un animal gigante. A ellos deben sumarse las ya famosas recetas caníbales del doctor Lecter, especialmente creadas por José Andrés, el chef español discípulo del Adrián Ferrá.
Para saborearte mejor
Si bien Dragón rojo fue el puntapié inicial para la serie, en la segunda temporada se colaron elementos de Hannibal, el tercer libro de Lecter. La razón por la que no hay allí ningún elemento ni personaje de El silencio de los inocentes -el segundo libro- es que MGM tiene los derechos del personaje de Clarice Starling (interpretada por Jodie Foster en el film de Jonathan Demme, y por Julianne Moore en Hannibal). "Cada año que pasa les pedimos permiso, y cada año nos dicen que hablemos el año próximo", se ríe Fuller.
Un personaje que no está en las novelas de Thomas Harris, pero que adquirió peso propio en la serie es el de Bedelia Du Maurier, la terapeuta de Lecter, que para el final de la segunda temporada se convirtió en su cómplice. Interpretada por Gillian Anderson, Bedelia es una mujer enigmática, que habla en susurros, y parece querer ayudar a Will, pero que termina uniéndose a Hannibal. "Bedelia es el personaje más inteligente de toda la serie -se entusiasma el creador-. Amo a Gillian. Crecí con Scully y quería trabajar con ella." Anderson volverá a interpretar a la agente Dana Scully el año próximo en el regreso de Los expedientes X (y también a la superintendente Gibson en la británica The Fall), pero antes pasará buena parte de esta temporada junto a su perturbador paciente.
Siguiendo la costumbre de Fuller de titular los episodios con nombres de creaciones culinarias -en la primera temporada pertenecían a la cocina francesa y en la segunda, a la japonesa-, los primeros siete capítulos de esta tercera temporada que comienza designan platos italianos ("antipasto", "primavera", "secondo"), ya que la acción se desarrolla en Florencia (haciéndose eco de la novela Hannibal). Ya desde el capítulo ocho, los títulos cambian porque irrumpe en la trama Francis Dolarhyde, interpretado por Richard Armitage (el enano Thorin de la trilogía de El hobbit). "En la novela, Harris cuenta la infancia de Francis alternándola con sus crímenes -describe Armitage-. Habitualmente ese trabajo lo hago por mi cuenta como actor. Es un personaje profundo, con tanta imaginación y tan poco acceso a la realidad que da miedo. Sus escenas son oscuras y deprimentes."
Fuller explica el porqué de los saltos entre las novelas originales, ya que Hannibal (la novela) transcurre después de Dragón rojo, pero en la serie, el personaje de Dolarhyde aparece después: "Si tuviéramos que sostener los episodios que suceden en Italia se hubiera vuelto más complicado todo por lo psicológicos que son. Cuando me junté con el presidente del canal me dijo que podía cuidar mi programa si tenía un piso de rating para poder vender publicidad a los auspiciantes. Cuando eso no pasó me di cuenta de que la serie iba a ser cancelada. Así que decidí incorporar elementos de Dragón rojo porque sabía que era quizá la última oportunidad que tenía para hacerlo". "Si la serie termina realmente, tiene un final satisfactorio -admite Dancy-. Pero también tiene un buen punto de partido para una próxima temporada."
Los rumores que Fuller estaba buscando otro canal al que llevar su serie tras su cancelación en NBC fueron aclarados por el mismo productor, quien admitió que hasta ahora nadie demostró interés en comprarla. "Hay una idea para una película y todos los actores están interesados. Claro que me gustaría tener al personaje de Clarice y que no fuera blanca. Que la raza sea un factor determinante como es en la vida de todos." Y con esas palabras, Fuller se entusiasma aún más con las posibilidades.
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