Había una vez una chica rebelde, Any Ventura se llamaba, que creció junto al río Danubio en Ruschuk, actual Ruse, una ciudad al norte de Bulgaria donde los nazis, durante la Segunda Guerra, no perdonaban la vida de los ciudadanos judíos. Any, no podía evitarlo, se rebeló hasta el punto de convertirse en la jefa de la resistencia pero, después de torturar a su padre, los alemanes la capturaron y fusilaron en la plaza pública. Tenía 18 años. Los soviéticos no lo olvidaron y renombraron a una calle del lugar con su nombre.