Algunos lo llamarán destino y otros hablarán de casualidades pero para Antonio Banderas interpretar a Pablo Picasso es uno de los trabajos más importantes que hizo en su vida y, al mismo tiempo algo de lo que viene huyendo hace años. Un hecho del que el actor nacido en Málaga, empezó a darse cuenta cuando comenzó con la campaña promocional de Genius: Picasso, la segunda temporada de la serie que National Geographic estrena el domingo, a las 22, en la que interpreta a su coterráneo en la adultez y hasta el final de su vida.
"En estos días de promoción y ante las preguntas sobre mis intentos de hacer de Picasso hace años me di cuenta de algo curioso. En realidad lo que he venido haciendo es huir de él desde los veinte años. En algún momento me ofrecieron hacer una película, que rechacé, sobre el Picasso joven, en sus primeros tiempos en París y me lo volvieron a proponer en mis treintas y cuarentas. Luego llegó Carlos Saura, que me planteó un proyecto más serio. Pero ese guión quedó atrapado en un concurso de acreedores y cuando lo reescribieron ya no me gustaba. En fin, fueron sucediendo una montaña de cosas que terminaron con una entrevista en un hotel de Londres entre Ron Howard, Ken Biller (productores de la serie) y yo donde me ofrecieron el papel directamente", recuerda Banderas a LA NACION en una conferencia telefónica que demuestra la preparado, interesado y entusiasmado que está por haber dicho por fin que si al genio nacido en su ciudad.
"Todas las dudas que pude haber tenido en otro momento se tenían que ir cuando eran Howard y National Geographic los que estaban detrás de todo y ya habían hecho un trabajo fantástico con Albert Einstein en la primera temporada de la serie. En aquella reunión nos miramos y creo que todos supimos que íbamos a trabajar juntos pero ninguno se animó a confirmarlo. Me fui de la reunión pensando que había grandes posibilidades de que así fuera y luego Howard me confesó que en realidad yo era su único candidato pero que no me lo querían decir para que nos les pidiera mucho dinero", explica el actor que pronto volverá a ponerse a las órdenes del director que lo hizo famoso, Pedro Almodóvar , en el film Dolor y gloria.
"Sabemos lo que Picasso dijo e hizo pero no sabemos porqué. El desafío de la serie era desentrañar esos misterios lo que implicaba leer mucho y eso resultó en mucha gente con opiniones muy distintas sobre el personaje. Obviamente aquel que había salido mal parado en su relacion con Picasso iba a hablar de una manera, aquellos que habían sido sus amigos íntimos iban hablar de otra. Se trataba de leer entre lineas para encontrar lo que realmente pasó en la vida de Pablo Picasso", detalla Banderas que además se metió en el proyecto con la carga de tener que hacerle justicia a un personaje polémico y al mismo tiempo adorado por sus compatriotas.
"Se trata de una figura de una talla extraordinaria y un genio. Es un personaje complicado para mí, por muchas razones. Nació en Málaga, a dos cuadros de donde nací yo. Y eso me añade un sentido de la responsabilidad muy grande. No quiero que me echen de mi tierra. Además, don Pablo Picasso era un hombre bastante misterioso y controvertido en su vida privada. Especialmente en su relación con las mujeres", explica el actor que comparte escenas con Samantha Colley, en el papel de la fotógrafa Dora Maar; Poppy Delevingne, como Marie-Thérèse Walter y Clémence Poésy en el papel de la artista Francoise Gilot, las mujeres del Picasso de mediana edad.
Una etapa de la vida del artista que requirió de Banderas un cambio físico rotundo. "Desde el principio dije que no quería hacer un museo de cera. Pero se requería un acercamiento físico al personaje. Me afeité la cabeza, las cejas y me convertí, de alguna manera, en un lienzo en blanco para que pudieran pintar sobre mi a Picasso. Me levantaba todos los días a las 2 de la madrugada, estaba en maquillaje a las 3 y a las 8 estaba listo para grabar durante diez horas", recuerda Banderas que por todo su compromiso y esfuerzo recibió un inesperado regalo de la producción. Una sorpresa que lo llevó de vuelta al hogar.
"No se iba a rodar en Málaga. Pero antes de empezar con la filmación invité al productor y guionista Ken Biller a que visitara la ciudad y los lugares en los que Picasso había nacido, los sitios de su primera infancia, el comienzo de sus estudios de pintor de la mano de su padre. Cuando paseábamos le comentaba que como Picasso era un exiliado político durante la dictadura de Franco no había podido volver a su Málaga, a sus calles, que no había recibido el aplauso de los malagueños. Entonces Biller cambió el plan de rodaje y decidió empezar a rodar allí. Fue muy emocionante porque el hecho de haber traído a Picasso al lugar que lo vio nacer fue una reinvindicación casi política", cuenta Banderas que después de años de "huir" de Picasso terminó por reencontrarse con él nada menos que en la tierra natal de ambos.
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