Antolín: retrato de un artista cachorro
Con un solo disco, Diarios íntimos del futuro, Andrés Olgiatti se perfila como una de las jóvenes promesas de la música actual; conocelo y mirá los videos; por Milagros Amondaray


"The blood jet is poetry, there´s no stopping it" - "Kindness" (Sylvia Plath)
En su desoladora canción "Good to Go", el fallecido cantautor Elliott Smith concluye esa suerte de espiral autodestructivo ("I wouldn´t need a hero if a wasn´t such a zero") con una frase contundente y desesperanzadora: "I´m waiting for something that’s not coming". Léase: "estoy esperando algo que no está llegando". La cosa es así: Elliott no escribía rebuscado o pretencioso, por el contrario, sus letras eran sumamente simples. Sin embargo, esa conjunción de palabras que se le pudo haber ocurrido a otra persona, se le ocurrió a él. Y allí yace la diferencia. Son pocos los músicos que, a través de la simpleza (el decadente Jorge Serrano es otro ejemplo), pueden crear hermosas maravillas. Y uno de esos músicos es Antolín.
¿Quién es Antolín?

Se llama Andrés Olgiatti, pero para hacerle justicia habría decir que es un poeta editado, un fanático de Volver al futuro y Los excéntricos Tenenbaums, un ejecutor del romanticismo más triste y, sobre todo, un apasionado por lo nostálgico (como los VHS). Con solo un EP (el perfecto Buen finde, 2008) y un disco (Diarios íntimos del futuro, 2009) editados y ofrecidos gratuitamente en la web por el sello LAPTRA y que se pueden escuchar en su MySpace, Andrés, residente de La Plata - cuna de grandes músicos - hereda esa simpleza de Smith y Nick Drake y la convierte en espejo de todas esas cosas que lo hacen a uno uno. Identidad, que le dicen. Por eso, no es casual que la manufactura del disco sea puramente artesanal y, claro, íntima: "Al grabarlo en mi casa tuve que profundizar más en el sonido que quería, tenía más tiempo, podía trabajar más tranquilo y eso fue muy divertido; además, el sonido era más sucio y me sentía muy cómodo en mi casa", expresó Andrés a lanacion.com. Quizás por eso no lo vemos mucho en vivo, porque "trasladar ese contexto intimista a un recital no me resulta sencillo". Andrés confiesa que al comienzo no se sentía muy cómodo a la hora de salir a tocar, pero que logró saltar esa barrera para poder disfrutar de su propio show, sintiendo los temas ahora mucho más que antes.
"Asalto comando" en Le Bar:
La intimidad de la poesía

Hablar de Antolín es también hablar de La Plata, lugar donde reside actualmente y donde parece existir una mística especial para crear canciones
"Es hermoso, porque se puede juntar gente de distintos pueblos que estamos en la misma y que nos juntamos a tocar porque queremos", explica Reno, productor amigo del disco de Antolín, quien resume a la perfección la esencia del lugar: "La Plata es lo que es porque siempre está abierta a recibir influencias de todos lados". Y las influencias de Andrés también son muchas y van desde Pavement, pasando por
(fundamentalmente, de esas canciones que tienen a Thom Yorke y su simpleza como protagonistas: "Last Flowers", "True Love Waits", de la cual hizo un cover que podrán escuchar más abajo) hasta Los Rodríguez. "Lo que más me gusta es cuando se prioriza la canción. Quizás no sepa mucho de sonido, pero si las letras me pegan, pueden ser de cualquier manera".
Esta predilección por poner la palabra en un sitial superior se nota en su disco, que destila frases que no podrían ser de otro, como "Miss Misery" no podría pertenecerle a otro songwriter que no fuera Elliott. Y las frases de Antolín abordan el amor más inocente ("Este año voy a ser presidente de tu clase"; "De vez en cuando me llegan mensajes de texto con la sigla TQM"), la nostalgia ("Te regalo una voz especial para nombrar las cosas que ya no están") y, sobre todo, esa luz que se desprende de la tristeza ("Pase lo que pase aquí, ya sabés: no vale morir"). Sin embargo, probablemente Antolín no haya escrito todavía una canción más perfecta y hermosa que "No siento nada", donde suplica: "No me llames ni me invites a tu casa para ver videos o fumar o distraernos con abrazos y con besos, no es que no me guste, es que yo no siento nada del mundo"; canción escrita "cuando me sentía inmune a mi entorno" y que concluye con otra frase elliottsmithesca: "tal vez me deprimo demasiado bien". Lo que se dice un poeta en acción: "La poesía es donde me siento más cómodo. El poema tiene un proceso más familiar para mí, porque, diariamente, escribo más que tocar y tengo un cuadernillo lleno de notas", comentó Andrés.
Antolín toca "No siento nada" en Ultrabar:
Desde las tapas de su EP y LP - diseñadas por él mismo - hasta el núcleo mismo de sus canciones, está claro que todo lo que viene de Antolín viene de sus tardes mirando películas o jugando a los videojuegos, o leyendo Sylvia Plath, hasta esos momentos en los que, porque quiere, pone el lado B de In Rainbows y escucha "4 Minute Warning": "Cuando estoy componiendo, pongo todo lo que me gusta en las canciones, porque todo lo que me interesa termina funcionando como metáfora de mi actitud ante la vida. En ese sentido, las películas dejan de ser solo películas: son herramientas para manifestar algo". Y esas manifestaciones son, sin duda, el colmo de la más hermosa sencillez.
Participación. ¿Conocés a Antolín? ¿Escuchaste algo de él?
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