Antes y después: Guido Süller mostró cómo quedo la cocina de “la casa de sus sueños”

En marzo de 2019, Guido Süller firmó un contrato para que una empresa le construyera “la casa de sus sueños”, diseñada por él mismo. Pese a que debían entregársela antes de la pandemia, los tiempos se dilataron y la espera se transformó en un calvario. La situación le generó tanto estrés que derivó en ataques de pánico.

Süller, quien cumplió 60 años el pasado 13 de mayo, decidió que su vivienda fuera la protagonista de un programa llamado El proyectista. “Esta casa va a ser un reality de construcción, mostrando cómo se arranca hasta cómo se termina. Ya hice el piloto, es una coproducción venezolana-argentina”, había contado a la LA NACIÓN.

En el primer episodio del reality de remodelaciones, que el arquitecto lleva adelante junto al diseñador de muebles Arnaldo Orduz y que se puede ver a través de YouTube, estuvo dedicado a renovar la cocina. A pesar de tener algunas diferencias que le sumaron tensión al programa, Süller y Orduz trabajaron juntos y armaron de nuevo la habitación.

La cocina, de cinco metros de largo por cinco metros de ancho, tenía una mesada de granito gris con bacha y lavarropas, pero no tenía hornallas ni demasiado espacio para poder moverse. En la remodelación, le sumaron una isla con anafe, una mesada blanca, puertas de madera y azulejos rojos, que le aportan una nueva atmósfera al lugar, donde pronto se sumará una mesa y sillas.

El programa mostró cómo fue la evolución del ambiente hasta llegar al resultado final. “Esta mesada la sacamos, no se usa más, mucha gente la tiene en su casa pero ya no”, dijo Süller. Y mientras repasaba la ubicación de la isla con el diseñador, el arquitecto se enojó por el espacio que quedaría para la mesa: “Cortá, haceme el favor, cortá. Esto lo tendríamos que haber hablado antes, no podemos estar perdiendo tiempo con esto. ¿Cuánto hace que sabemos que la cocina es de cinco por cinco? Si dejamos un espacio acá y otro acá, ¿dónde pongo la mesa? Una cocina de cinco por cinco, que es enorme, me está quedando chica por la isla. ¡No!”, se indignó el dueño de casa.

“Entiendo tu molestia, es un tema que tenemos que definir respecto a lo que necesitás agregar”, respondió Orduz, quien además de diseñar muebles solía ser cantante en su país natal. Pero Guido insistió: “¿Qué mesa voy a comprar? ¿Finita y larga? A mí me gusta ancha y corta”.

La discusión no pasó a mayores porque el mediático expresó sus deseos de terminar de una vez por todas con el trabajo iniciado. “Estoy viviendo en obra, se las regalo, no tengo cocina, pido delivery o pido hamburguesas, pero me siento mal porque no es comida sana. A mí que me encanta la cocina, acá va el anafe que no está. Soy piel y hueso, quiero comer”, se quejó.

Las diferencias sobre la ubicación de la isla surgieron porque las líneas del piso no coincidían con las de la pared y Süller quería que todo estuviera ubicado en perfecta simetría. Por esa razón, el diseñador trabajó con su equipo varias horas en la instalación. “Fin de la jornada, hora de terminar, de ir a descansar. Fue un día arduo lo que sucedió. Como siempre hay distintos puntos de vista y opiniones. Soy muy pasional, le pongo la vida a lo que hago y tenemos puntos de vista distintos. Pero nos queremos, somos amigos y el final es feliz”, aseguró el arquitecto.

Al día siguiente, llegó la mesada y el diseñador reemplazó la anterior. Además, colocó el granito de la isla y el anafe eléctrico para que Guido pudiera cocinar “unos bifes y arepas”. Süller, quien había salido, llegó a la tarde a su hogar y se encontró con la sorpresa de la cocina terminada. “Te entrego tu cocina tal cual la soñabas”, dijo Orduz.

“¡No! ¡Qué emoción! Me muero”, celebró el mediático. Y recordó a los espectadores: “Había otra mesada que la pusimos en el lavadero, este material es argentino y está imitando a otro que sale 400 dólares el metro cuadrado. Imposible. Y esto se fabrica en Argentina”.

“Estoy muy contento, la gente va a pensar que estoy siempre de mal humor y no. Estoy de mal humor cuando las cosas salen mal. Y salieron bien”, manifestó Süller. A la espera del siguiente capítulo del reality, los protagonistas festejaron por el trabajo realizado y descorcharon un vino.

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