Andrea Pietra: "El boicot a La Leona es como volver a la época de las listas negras"

Se sentaba frente a la máquina de coser y, entre mate y mate, iba cultivando cierta habilidad. Estelita, su personaje en La Leona, requería que luciera como una empleada de una fábrica textil, y ella trataba de evocar los movimientos de su madre cuando hacía esos vestidos que luego lucía en algún cumpleaños, fiesta familiar o salida. "Muchas veces nos juntábamos con Nancy [Dupláa] y practicábamos juntas, en su casa", dice con una enorme sonrisa.

Andrea Pietra acaba de volver de vacaciones y está entusiasmada con el estreno de la novela que tan ocupada la mantuvo durante 2015. Las grabaciones se sucedieron entre el 8 de abril y el 23 de diciembre, aún cuando los planes de salida al aire se iban posponiendo una y otra vez. Esta noche, a las 22, Telefé emitirá el primer episodio de esa tira que ella sintió como una comunión de actores y equipo técnico, una alquimia que no tiene un fórmula precisa y que ella, a los 47 años y con un largo camino recorrido, atribuye a "algo mágico".

-No estabas en una tira desde Sos mi hombre, en 2013. ¿Tenías ganas de volver al ruedo?

-¡Sí! Y cuando me llamaron para hacer esta novela me puse doblemente feliz porque ya había trabajado con Nancy en Socias y la pasamos realmente muy bien. Somos muy amigas, y ella es la mejor compañera que una puede pedir: tiene templanza, es tranquila, generosa… En general, hay mucha buena onda en este equipo, que es un equipazo en realidad.

-¿Cómo definirías a Estelita, tu personaje?

-Estelita es una amiga de María [Dupláa], se conocen desde que son chicas porque son del mismo barrio. Tiene muchos conflictos y, poco a poco, se va a ir sabiendo por qué es tan incorrecta en su forma de accionar. Es divina, yo la amé, pero se manda algunas cagadas, tiene una sexualidad un poco floja y, con tal de comer, puede, por ejemplo, llevarse algunas cosas de la fábrica... Pero tiene un gran corazón.

-¿Cómo te llevaste con la máquina de coser?

-¡Bien! Además, las escenas de la fábrica textil las grabamos en donde funciona Alcoyana, que es una empresa que fue tomada por sus empleados en el 2001; ellos estaban en otro pabellón y nos ayudaron muchísimo, no asesoraban y nos enseñaban cosas. Así nos metimos en el mundo de los hilos y las telas, ¡que es apasionante!

-Más allá de las historias de amor, la novela promete mucha actualidad, ¿no?

-Sí, se trata de un libro muy actual y con personajes muy cercanos. La gente va a sentir empatía con estos personajes, en algún punto seguro que nos vemos reflejados en ellos. Hay mucha historia, hay pasión, gente que se comporta de manera correcta y gente que se comporta de manera incorrecta. Nadie es del todo bueno ni del todo malo, todos son vulnerables. Y eso gracias a estos grandes autores que son Susana Cardozo y Pablo Lago.

-¿Les resultó un alivio el hecho de grabar sin tener una planilla de rating marcando el ritmo?

-Sí, se trabajó como se hacía antes. Lo que se verá en pantalla va a ser lo que se quiso contar, sin depender del minuto a minuto, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Para el autor, ver su trabajo al aire a veces le posibilita corregir, probar otras cosas… Pero hay que decir que la planilla del minuto a minuto ha arruinado muchas ficciones; se hacen cambios drásticos y nadie sabe qué hubiese pasado si se le hubiese dado más tiempo a una historia para que crezca, por ejemplo.

-¿Cómo tomaste este llamado, desde las redes sociales, a boicotear la novela por tener como protagonistas a Dupláa y a Pablo Echarri, dos actores que han defendido abiertamente la gestión kirchnerista?

-Primero me espanté porque no entendía cómo alguien podía decir "no miren a tal persona por sus ideas". Ya esa época pasó, y no comprendí por qué tanta saña y tanta mentira, gente diciendo "ahora van a tener que salir a laburar" cuando hablan de dos pibes que trabajan desde que tienen 15 años. Doy fe de que es así.

-Te enojaste entonces...

-Me sentí un poco apabullada al principio, pero después caí en que la esencia de las cosas es la que gana siempre, y acá hay muy buena gente, que tiene ideales con los que podés coincidir o no, pero todos estamos trabajando, haciendo una ficción y estamos en democracia. Si vos querés opinar, emitís un voto cuando hay que votar, el que gane será el que elige la mayoría y con eso hay que vivir. Tenemos que apoyar al nuevo presidente porque todos tenemos que ir para adelante, no para atrás. Esto del boicot a La Leona es como volver en el tiempo a la época de las listas negras.

-¿Creés que Twitter, con ese permiso de anonimato, anima a ese tipo de acciones?

-Sí, claramente . Yo no tengo Twitter, pero me parece que es muy de cobarde hacer algo así. En Twitter se maltrata y nadie pone su nombre… Nunca sabemos quién está detrás de un usuario, quién dispara esas ideas y quién las repite.

-¿Tuviste la posibilidad de espiar un poco Los ricos no piden permiso, la tira con la que El Trece les va a competir?

-No, la verdad es que estuve de viaje y no pude mirar mucho... Confío mucho en nuestro trabajo, somos todos muy fanáticos de esta novela, que tiene una calidad que sobresale y muestra una cosa diferente. Apuesto a lo nuestro, aunque quiero que nos vaya bien a todos.

-Genera mucha expectativa el debut de Andrea Rincón como actriz, ¿cómo fue trabajar con ella?

-Todos me pregunta por ella. Andrea es lo que es, es una mina sincera que no te la va a caretear, y es una muy buena persona, que hace mucho trabajo con ella misma y que está logrando muchas cosas. Es una gran compañera, me he divertido mucho ella. Puedo decir que es una persona que ha pasado a formar parte de mi vida, una amiga nueva que me he ligado en 2015.

-¿Ya te vio tu hija en la tele?

-No me quiere ver, creo que ella quiere ser protagonista... (Risas). De todos modos, esta novela no la va a poder mirar porque mi personaje es bastante subidito. Nunca hice uno así.

-¿Qué otros proyectos para este año?

-Bueno, ya que esta novela está hecha y mi gorda empieza primer grado, me voy a quedar un poco más en casa con ella porque creo que va a necesitar a la mamá más cerca. Y para la segunda mitad de año quizás haga teatro, si es que encuentro algo que me entusiasme mucho.

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