Ana Yovino, o el exquisito gusto por el discurso poético
Es una de las actrices de mayor prestigio; con un acostumbrado perfil bajo, entre las tragedias, Lorca y el siglo de oro español
Desde muy pequeña sintió un interés particular por la poesía. Ana Yovino recuerda que su madre solía escuchar discos en los que autores como Nicolás Guillén o Pablo Neruda recitaban sus creaciones. Escuchar sus voces le producía una fascinación especial. Y algo de esa experiencia quedó marcada en su cuerpo.
La intérprete reparte su labor por estos días entre el reestreno de Antígona, del peruano José Watanabe en el Celcit, los ensayos de La celosa de sí misma, de Tirso de Molina junto a la Compañía argentina de teatro clásico y la reposición de Federico, poema del cante jondo, sobre textos de Federico García Lorca, también en el Celcit.
Con Antígona lleva recorrido un largo camino. El espectáculo, bajo la dirección de Carlos Ianni, se estrenó en 2005 y, desde entonces, se repone con cierta frecuencia. "Cada vez que vuelvo a ponerme en la piel de estos personajes me pregunto qué hay de nuevo acá -comenta la actriz-. El texto es un extenso y maravilloso poema que posee imágenes muy potentes, muchas capas y tantos significantes que nunca queda nada cerrado. Siempre hay algo por descubrir. En estos 15 años he tenido un crecimiento personal importante. Es más, Antígona y yo crecimos juntas".
En la obra de Watanabe confluyen varios personajes a los que la intérprete debe dar entidad: Antígona, Creón y una narradora. "No es casual la decisión que todos los personajes los encarne una sola actriz -explica-. Es como decir: todos tenemos miedos, fuerza, coraje. Tenemos todas las capas humanas y elegimos qué ponemos en juego y qué no". Yovino conoce muy bien a su personaje. Antes de abordar esta pieza interpretó la Antígona, de Jean Anouilh, en La Carbonera (2004), y posteriormente Antígona Vélez, de Leopoldo Marechal, en el Teatro Nacional Cervantes (2011). "Es un personaje que me dio mucho coraje para enfrentar miedos. Ella es la maestra de la ley del deseo. Vence cualquier represión y castigo. Su motor es el amor".
Desde hace tres años forma parte de la Compañía argentina de teatro clásico, un proyecto que la tiene muy entusiasmada no sólo porque comenzó a abordar el repertorio teatral del Siglo de Oro español sino porque el proyecto ha logrado una cohesión muy importante. Todo comenzó en 2018 cuando el director Santiago Doria convocó a un grupo de intérpretes para montar La discreta enamorada, de Lope de Vega, en el Centro Cultural de la Cooperación. A poco de su estreno el espectáculo fue invitado a participar del Festival de Teatro Clásico de Almagro, en España, donde logró una fuerte repercusión y hasta una invitación para regresar en 2019 con el montaje de El lindo don Diego, de Agustín Moreto. El grupo (integrado por Irene Almus, Gastón Ares, Ana Yovino, Gabriel Virtuoso, Mónica D'Agostino, Andrés D'Adamo, Pablo Di Felice, Francisco Pesqueira) volvió a presentarse en Almagro y agregó funciones en Olmedo y en Avilés. "Me gusta matizar y poder pasar por diferentes personajes -cuenta Yovino-. El teatro tiene ese juego exquisito que es poder conocer el mundo a través de esos textos maravillosos. Las obras clásicas además de las situaciones ricas que proponen también tienen poesía. Ese gusto por el decir poético en estos años me fue atravesando".
La celosa de sí misma será el tercer montaje de la Compañía que tiene previsto su estreno para mayo, en el Centro Cultural de la Cooperación. "Es una pieza totalmente absurda -define su intérprete-. Cuenta la historia de un hombre que se enamora de la mano de una mujer que ve en misa. Lo fantástico del amor es que uno puede hacer en el otro una proyección del deseo propio. A esa mano de doña Magdalena este señor le pone el condimento que quiere pero cuando conoce a la mujer la realidad es otra". Los integrantes de la Compañía quieren generar no solo espectáculos sino además debates, talleres, promover un verdadero encuentro con la poesía. Ana Yovino considera que hay un público que está ávido de escuchar el verso. "Es un gran juego de ingenio", afirma.
El último proyecto, por ahora, en el que está embarcada la actriz es la reposición (desde hoy) de Federico, poema del cante jondo, un trabajo que estrenó en 2019 y que le brindó la posibilidad no solo de trabajar una dramaturgia junto a Ingrid Pelicori y Marcela Suez, a partir de textos de Federico García Lorca, sino que comenzó a dirigir y descubrió un campo de trabajo que le interesa continuar y profundizar.
Antígona
- Domingos, a las 18.
Federico, poema del cante jondo
- Sábados, a las 22.
- Celcit, Moreno 431.
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