Alfano: "No estoy loca, nunca hablé con las tostadas"
Después de permanecer un tiempo alejada del juego mediático, la ex vedette quiere volver al ruedo y habló con LA NACION sobre su deseo de mostrar "otra Graciela"
Graciela Alfano vive con su hijo menor en un espectacular piso sobre la Avenida Alvear. Allí me recibe para hacer esta nota, impecable, súper producida, preciosa. La asiste un amigo y la persiguen por la casa su gata China y su perro Vaca. El departamento brilla y huele a perfume francés. Decir que está "limpio" sería poco. Ella, hospitalaria, ofrece algo para tomar y se acomoda en un escritorio para charlar. Después de un año de ostracismo, quiere volver. Para eso, organizó el operativo retorno una vez que fue sobreseída de la causa en la que se la involucró sentimentalmente con el ex almirante Emilio Eduardo Massera.
-¿No querías aparecer?
-Un poco no quería y también el teléfono dejó de sonar. Cuando empezó el sumario -que en realidad fue eso, un sumario, no hubo ninguna causa, no fui imputada nunca- la investigación quedó tan clara que no hubo necesidad ni siquiera de que fuera a declarar. Pero en esos meses me pareció bueno no interferir. La gente pensó que yo estaba escondida. No. No quería decir cosas que pudieran...
-Perjudicarte.
-Sí, aunque yo sabía que no iba a salir perjudicada porque yo sé que con el señor Massera no tuve nunca nada, no tomé ni un café. Pero no quería embarrar. Traté de ver la génesis de todo el conflicto, lo más abiertamente posible, sin tomar enemigos, llamándome a la reflexión.
-¿Hiciste un mea culpa?
-Claro, uno a veces se pregunta "¿cómo llegué a esto?" Porque en el éxito uno ni piensa, todo está bárbaro, vivís en una nube. Pero cuando vienen las cosas difíciles es cuando uno puede reflexionar en profundidad.
-¿A qué conclusión llegaste?
-Yo dije una frase desde mi personaje, me expresé desde la jurado, qué sé yo, me hice la canchera. Y dije lo que dije. Y la verdad es que me expresé muy mal y me arrepiento tremendamente. Ahora escucho esa frase ("si te acostás con un genocida, no salís con los treinta mil desaparecidos") y me irrita muchísimo. Entonces entiendo que Luis Ventura se haya sentido igual. Y como estaba el rumor del romance lo largó al aire y se armó toda la bola.
-¿El sumario lo inició Ventura?
-No, un fiscal, el doctor Comparatore. Él hace una denuncia para que se investigue a través de un programa de televisión: Intrusos.
-Y actuaron de oficio.
-Exactamente. Como era un tema que tenía que ver con los derechos humanos y con la apropiación de bienes, el doctor Comparatore inicia la causa por el delito de apropiación de bienes de desaparecidos. Y fui sobreseída. La resolución es pública, la número 10657/11, la puede ir a leer cualquiera.
-¿Vas a hacerle un juicio a Ventura por daños y perjuicios?
-Yo creo que él promovió y denunció una causa en la que él realmente creía que había un culpable. Y a mí no me parece mal eso. Yo soy hija y madre de un abogado y en la escuela de derecho lo que te dicen es que la última herramienta que tienen dos personas para arreglar sus diferencias es un juicio. Yo creo en hablar, creo en el derecho a réplica.
-¿O sea que puede ser que vayas a Intrusos a hablar?
-Estaría bueno, yo no los considero mis enemigos. Conmigo siempre hubo mucha exigencia. Nunca me perdonaron nada. No digo que se me perdone esta particular frase que realmente ni yo me la perdono, pero, por ejemplo, Susana habla y nos reímos y decimos que es despistada. Y a mí siempre se me trató de loca, desde lo de las tostadas. Y ni siquiera lo dije.
-¿Qué? ¿No hablabas con las tostadas?
-¡No! No estoy loca, nunca hablé con las tostadas. Yo dije, en una nota para la revista Gente, "yo antes de hablar con estos prefiero hablar con las tostadas" porque justo estaba desayunando. ¿Viste cuando decís "no tengo ganas, no me interesa hablar con esa gente"? Y el periodista tituló de una manera que en ese momento a los dos nos pareció cómico. Pero se me trató de loca.
-¿Te molestó?
-Lo sufrí. Y tampoco le gustó a mis hijos. Ellos veían a una mamá normal, que los llevaba al colegio y sus amigos les preguntaban "¿tu mamá está loca?" y ellos decían "no, mi mamá no habla con las tostadas".
-También se dijo que hacías brujerías.
-¡Sí! Salió un brujo brasileño a decir que había sido mi marido. Imaginate que si yo hubiese estado casada con un brujo brasileño, se habría enterado todo el mundo. Jamás le hice brujerías a nadie. Que digan eso me molesta, no está bueno.
-Muchos aseguran que cuando conducías El periscopio hacías pis en un balde…
-Sí, una vez tuve que hacer pipí en un balde porque estaba con cistitis. No podía faltar, era la conductora. Y tenía, atrás el decorado, un baldecito donde hacía mi gotita... ¡Pero qué exigencia! A ver, cumplí 60 años y se me sigue exigiendo que esté linda.
-¿No te lo exigís vos misma?
-No, tampoco voy a ser un mamarracho. Soy una señora que está bastante bien. Me hice algunos retoques, pero no me estoy operando cada cinco minutos. Yo trato de presentarme lo mejor que puedo, como todo el mundo. Pero también tengo días en que estoy hinchada, estoy realmente mal. Y la exigencia a estar siempre perfecta se hace pesada.
-Antes de lo de Massera, ya habías tenido problemas con Rial, ¿no?
-Me parece que fue cuando Jorge había puesto en Twitter "chau Fort". Y yo, como un chiste, puse "chau Rial". A lo mejor se enojó por eso. No fue para lastimarlo, fue para jorobar, pero se nota que le dolió.
-Y te tiró con Massera.
-Y afortunadamente zafé con esta resolución de la Justicia.
-¿Por qué siempre que se habla de las vedettes de esa época se dice que tuvieron relación con los militares? ¿Iban a buscarlas?
-Yo no puedo hablar de otras personas porque no quiero cometer el mismo error que cometieron conmigo. Pero yo no tenía relación, yo iba a la facultad de Ingeniería en ese momento. Seguramente hubo mucho abuso de poder ¿no? Pero a mí no me tocó, nadie me llamó. Yo me casé por primera vez a los 20 años, tuve a mi primer hijo a los 21. Después me separé y me puse de novia con Quique Capozzolo, con quien me volví a casar y tuve otros dos hijos. Quique era un hombre muy poderoso. Gato nunca fui.
-Y ahora que estás tranquila, ¿por qué querés volver a la tele?
-A mí el medio no me desequilibra. A mí lo que me tuvo muy mal el año pasado fue el tema del sumario. Por eso tuve que irme de ShowMatch.
-¿Ellos te sacaron?
-Yo estaba muy mal. Me enojé con Aníbal y le tiré una mano, un vaso de agua... Hicieron bien en sacarme del programa porque estaba superada con el tema Massera. Estaba muy preocupada, estaba realmente muy dolida, muy mal. Iba con toda la carga de lo que me estaba pasando y no lo soporté, hice un clic y ahí me sacaron.
-¿Por qué les iniciaste un juicio?
-Porque en ese momento me enojé. Pero ya firmamos un arreglo. Fue el primer paso hacia el cambio que quiero hacer: abrirme un poco más. Que la gente pueda verme como soy de verdad, no siempre atrás de un personaje.
-¿Como sos de verdad?
-Sensible. Pero no me gusta mostrarme vulnerable por miedo a que me lastimen.
-Siempre te mostraste como la más linda de todas, muy competitiva con las demás mujeres.
-Sí. Y me dí cuenta de que está bueno que todos tengamos un don y que no compitamos tanto porque se hace duro. A veces uno necesita un amigo. Y no está bueno ser el más lindo pero el más solo ¿no?
-Y no se puede ser el más lindo toda la vida.
-Claro. Cuando tenés que estar divino siempre te va dando como un miedo. Decís: "che ¿y cuando se me caiga todo?" Ahora, tengo tres kilos de más. Mi médica me decía "un poquito de chocolate te hace bien". Entonces a la noche veía una película y comía. Por eso el desafío ahora es mostrarme más desde el adentro, no tanto desde el afuera. Yo he tenido sufrimientos espantosos y salía en una nota canchereando como si no me pasara nada. Y terminaba quebrada en cuatro. Con lo de Matías Alé, por ejemplo. "No me pasa nada, soy la mejor de todas", y estaba destruida.
-¿Te fue fiel Matías?
-Sí, nosotros tuvimos un gran amor. Y recién ahora, después de cuatro años, lo estoy soltando. Y él supongo que también, porque si no le hubieran durado un poco más sus novias. Yo ahora estoy más abierta para enamorarme. En estos años, todos me querían presentar a alguien y yo no podía, no tenía ganas.
-¿Te llamaron tus ex compañeros en este tiempo?
-Moria, sí. Es muy protectora. Uno le pide auxilio y ella está. Valeria Lynch, también. Y Graciela Borges, que llama siempre. Cuando no te suena ningún teléfono, nadie se acuerda de vos, estás muerta bajo tierra, llama Grace y te dice: "Todo pasa, todo pasa, ya vas a estar bien, vas a ver que vas a conseguir trabajo, vas a resucitar de las cenizas".
-¿Se te cayeron los anunciantes también?
-Sí. Había hecho un comercial de celulares y lo sacaron. Está bien, tienen que cuidar la empresa. Uno les dice "pará que soy inocente", pero bueno.
-¿Marcelo Tinelli te llamó en algún momento?
-No, no. Y ahora, por las razones que son de público conocimiento [N.de la R. Tinelli todavía no definió aún cuándo comenzará ShowMatch ni su pase a otro canal ], supongo que tendré que esperar.
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