Alejandro Fantino: "Chupa K y cipayo son las cosas que más me dicen en Twitter"
El conductor que estrena hoy, a las 22, su nuevo programa, Escuela para maridos, habló a solas con Personajes.tv
Alejandro Fantino : nombre y apellido que remiten inevitablemente a un señor de unos 40 y poco más, alto, rubio y de ojos claros, ahora con una cuestionada barbita y de voz inconfundible. El que no sepa de quién estamos hablando que tire la primera piedra.
Estaciona su auto frente a un bar en Palermo Hollywood y cuando baja, muchos transeúntes se dan vuelta, algunos lo miran de lejos y otros se animan a acercarse a saludarlo. No despierta fanatismos pero jamás pasa desapercibido (además, tiene un blazer color lavanda de seda). Provocador y a veces polémico, juega el juego mediático sin perder jamás su imagen de chico del interior, supereducado, caballero y bonachón. "Me gusta estar en el límite", dice cuando habla de sus detractores. Sabe que hay grupos de Facebook dedicados a vapulearlo y sigue de cerca la repercusión de su programa en las redes sociales. Pero si hay críticas, no se echa atrás. Al contrario. Así pasó de ser comentarista deportivo a conducir uno de los programas más populares de la televisión, Animales sueltos, donde hoy, en pleno año electoral, eligen discutir sus propuestas los candidatos de todos los partidos políticos. Un mano a mano con Fantino es una garantía para lograr una repercusión superlativa.
Lejos de dormirse en los laureles, Fantino sueña con nuevos desafíos y hasta piensa en ampliar sus horizontes más allá de la Argentina. Por eso aceptó la oferta de FOX para conducir por Fox life Escuela para maridos, un reality show que muestra la realidad de ocho parejas y enseña a los hombres cómo mejorar la convivencia. Una suerte de terapia, en la que intervienen profesores y consejeros, como la sexóloga Alessandra Rampolla, y Julieta Cayetina, que será la confidente de las parejas. El rol de Fantino es -obvio- preguntar.
Sin temor a las etiquetas, él se regodea en su rol de entrevistador en profundidad y cultiva un estilo muy personal. Le encanta llevar a sus invitados a lugares sensibles, distintos, se desespera cuando no puede sacarles el casette. Así consiguió que muchas entrevistas suyas sean furor, tengan miles de visitas en YouTube, se comenten y se reproduzcan en todos los medios. Su último hit fue la nota que hizo con Margarita Barrientos el lunes pasado. Trending topic global en menos de una hora. Fue cuando la creadora del comedor Los Piletones habló de su historia y su misión con una franqueza tan conmovedora que hizo emocionar al propio Fantino. "Si yo fuera rica, sería la persona más pobre", fue una de las frases que se repitieron sin cesar esa noche en las redes sociales y todo el arco opositor se hizo eco de sus palabras contra los planes sociales y su lucha contra la pobreza estructural: "Los comedores no tienen que existir más. Me gustaría que la gente elija qué comer, no yo elegir por ellos". "Fue impresionante lo que pasó con esa nota. Yo no sabía. Es como una cámara Gesell donde hacemos el programa, porque yo no puedo estar mirando lo que pasa a mi alrededor", dice el conductor todavía movilizado por el fenómeno.
- Se te vio conmovido...¿Cómo viviste esa entrevista en particular?
-Vivo con mucha alegría que haya pasado eso porque quiere decir que se puede hacer una nota con Margarita Barrientos que no está en la agenda del día y que la gente la vea: el día había tenido una explosión con otra cosa, que tenía que ver con el espectáculo [en referencia al caso Diwan-Bernal , que se dio a conocer ese día] y nos sentamos con Margarita. Que haya tenido rating, me marca un camino que indica que se puede luchar con otras armas en la televisión de hoy. Hace un tiempo eso no era posible.
-¿Hacer entrevistas es lo que más te gusta?
-Hacer entrevistas es lo que más naturalmente me sale. Tengo una voz acá atrás de la nuca, salen como de adentro las preguntas. Siempre tengo tres o cuatro opciones para preguntar. Es como un tenista que tiene tres opciones para pegarle a la pelota. Lo disfruto. Cuando vos hacés algo y no te sale naturalmente te cuesta. Te vas tenso a tu casa. Yo llego a mi casa y no siento ningún cansancio físico e intelectual cuando lo hago.
"La entrevista con Maravilla Martínez me cambió un poco la vida".
-¿Tenés como una colección de tus entrevistas favoritas?
-Cientos. Porque cada vez pasan más personajes... Hoy grabo a Oscar de la Hoya. Entrevistas con [Guillermo] Vilas, con Adolfito Cambiaso, con Daniel Bes, con Gabriel Rolón, con Daniel López Rosetti. Infinidad. Las recuerdo, incluso con Maradona, en la época de Mar de fondo. Sabatini, Nalbandián, me cuesta elegir una. La de Maravilla Martínez me cambió un poco la vida.
- Estrenás Escuela para maridos, ¿qué creés que te hace a vos mejor marido?
-Todos los profesores hacen hincapié en el empatizar, en ponerse en los zapatos del otro. Gandhi decía que si el ser humano se pusiera en una discusión en el zapato del de enfrente hubiera habido el 75% menos de guerras. Yo aprendí a empatizar mucho. Eso ha hecho crecer mi pareja. Además, cada día ponés el cronómetro en cero y volvés a jugar un partido, en el matrimonio. El llevarte bien no es acumulativo. Cada día el cronómetro del reloj vuelve a cero. Si empatizás y te ponés en el lugar del otro creo que ese es el camino.
-Tanto vos como tu mujer suelen contar intimidades en la televisión. Vos hasta revelaste infidelidades ¿cómo repercute eso en tu pareja?
- Es que hay un "Antes de Jesucristo": el "antes de Miriam". Están permitidas las historias antes de Miriam [risas]. Pero es mucho más profundo el tema de la infidelidad porque termina siendo el efecto de una causa. Entiendo que hay tipos y mujeres que pueden cometer una infidelidad por una cuestión sexual y carnal, y pasarla bien un rato, pero los casos que yo veo en general y que vimos en la escuela para maridos eran efectos de una causa mayor: no había buen sexo en la casa, no había relación, comunicación, ternura con la pareja. Todo es "hablable". Que haya sexo por fuera de tu pareja es lo que más duele, pero todos se quedan con ese facilismo. Habría que ir a la causa de por qué se da eso.
-Está ese mito urbano que dice que "de la muerte y de los cuernos nadie se salva". ¿Creés que es así?
-Están intentando explicarlo desde lo fisiológico ahora. Si es biológicamente monógamo o polígamo. Una cosa es biológica o fisiológicamente y otra es psíquicamente. Mientras no se descubra una verdad científica… todo queda a la libre interpretación. Yo creo que te hace mejor marido, más feliz, entregarte en cuerpo y alma a una sola persona. Yo lo pienso así, me gustaría que mi pareja, Miriam, también lo vea así, pero si no pasa, me preguntaría por qué.
"Yo soy un pollerudo público. Un pollerudo es un hombre pro-mujer".
- ¿Te parece que los hombres hablan menos de sus problemas conyugales que las mujeres? ¿Lo ves como un problema?
-Lo que yo siento es que a los hombres les cuesta mucho hablar de esto. Las mujeres son mucho más abiertas, lo tocan más naturalmente. Nosotros somos más cerrados. Lo contamos como para colgarnos medallas, mientras que la mujer lo cuenta para solucionar sus problemas de pareja, lo cuenta para pedir un consejo, para que se subsane. Los tipos somos más brutales a la hora de hablar de esas cosas. Se nos mezcla lo cultural, mirá qué pillo soy por hacer esto. No hemos evolucionado para poder hablar. Ustedes son más inteligentes.
-Tenés un discurso en defensa de los derechos de la mujer y has puesto muchas veces el tema en discusión en tu programa Animales sueltos. Sin embargo, la televisión es muy criticada por los programas que cosifican a la mujer, y tu programa cuando hacía bailar en el caño a algunas chicas era polémico. ¿Cuál es tu posición hoy?
-Animales sueltos es un programa que tiene siete años y en el mundo hay cosas que en estos años se entendieron. Me parece que el programa las fue dejando porque una cosa es hace siete años y otra hoy. Entiendo que la cosificación de la mujer no es solo en la TV sino en los trabajos, en todos lados. Yo soy un pollerudo público, lo uso al término porque llama la atención. Un pollerudo es un hombre pro-mujer. No hay cosa que me moleste más que un hombre violento con una mujer. Desde el avasallamiento, cómo se comunica un hombre con la mujer, no solo lo físico. Hay una escena en el primer programa y creo que, si yo estaba ahí, y veía cómo trataba ese marido a esa mujer, hubiera terminado en escándalo. Porque me hubiera chupado un huevo FOX y el programa y lo agarraba a ese tipo y le decía ´vos sos un pelotudo´. Cuando yo hablo de esto, tampoco creo que decirle a una mujer, porque lo sentís o porque la ves bella, qué linda que estás hoy, me parece que es amable, lo hago como una cosa de galantería. Pero de ahí a tirarle un piropo en la calle... Los tipos se comunican de una manera muy violenta con las mujeres en la calle. En eso la televisión ha cambiado mucho. Más que que la televisión la cosifique, me preocupa la sociedad. Que hayan pasado tantos años para que se entienda que una mujer puede ser CEO de una empresa, presidenta de un país. Merkel conduce Alemania, y es la locomotora del mundo. Dilma, Brasil. Cristina, Argentina. Bachelet, Chile. Empecé a releer de nuevo Marx y mientras leía, me puse a pensar qué estaba haciendo la mujer de Marx mientras él escribía El Capital, y qué habrá estado haciendo la mujer de Joyce cuando escribió Ulises. Seguramente criando a sus hijos. Cuando discutís con los machistas te dicen no hay grandes nombres en la historia… No las hay porque estaban relegadas. La Escuela para maridos intenta hablar de esto.
"No hay cosa que me moleste más que un hombre violento con una mujer".
-Hace poco dijiste que no te interesan los políticos. ¿Estar en el medio, conocerlos de tan cerca, tener tanta información, te lleva a no entusiasmarte con ninguno?
- A veces estamos operados de la misma manera que está la gente. Vivimos por los medios. Leo los mismos diarios que hago... Consumo la misma tele que hago. Escucho la misma radio que hago. Hay tanta información que cuesta desclasificarla. Mucha información es desinformación. El gran desafío es dar herramientas para poder desclasificar qué me están queriendo decir cuando me dicen tal cosa.
-En la "grieta" mediática, ¿sentís las presiones por estar en un canal o radio determinado?
-Son presiones que vienen desde afuera. Cuando hacés una nota a un filo K o a un K, te destrozan porque te dicen que sos K. Cuando se te sienta Carrió, los que antes te elogiaban te destrozan porque te dicen cipayo. Chupa k y cipayo son las cosas que más me dicen en Twitter. Una vez hice un recuento con mi psicólogo. Tenía 650 menciones en Twitter después de una nota con Aníbal Fernández: 310 me decían "chupa K" y 340, "gorila". Entonces, dije bueno, estoy en el medio [risas]. Siempre es complicado manejarlo.
-En una nota con Brando comentaste que te gustaría hacer un late night show en los Estados Unidos. Llama la atención porque tenés un perfil muy argentino, ¿estarías dispuesto a un cambio así?
-Soy muy joven para mi carrera, tengo apenas 43 años. El cenit en mi carrera llega a los 55. Entre los 53 y 58 años es donde estás apto para ser consumido por la gente en el interés general porque te creen los de 30 y pico y los de 70 y pico. Tengo 12, 13 años para llegar a ese punto, siempre he soñado despierto y en voz alta, por si alguien te escucha y se te cumple. Sí, me gustaría probarme en una liga extranjera. En Europa o en los Estados Unidos. Y ahora doy un paso grande porque soy hombre de FOX que es una señal internacional. ¿Por qué no puedo pensar que en unos años esté en un late afuera? El sistema mediático en la Argentina es grande, pero me gustaría ver qué pasa conmigo afuera.
lanacionarEl dato. Estrena hoy, a las 22, Escuela para maridos, por Fox life.
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