Alejandro, el ex Gran Hermano que sueña con una película sobre su vida
Este varón trans, que expuso su caso en el reality del año pasado, escribió un libro y busca llevar al cine su historia con Darín como protagonista
A los tres meses de entrar a la casa de Gran Hermano, Alejandro Iglesias, de 28 años, empezó a escribir el libro de su vida en su cabeza. Hoy, más de un año después, reconoce que esa idea -que concluyó en el libro Dos cuerpos, un alma (Editorial Gárgola)- más el encierro en el que estaba, le sumaron un plus de impaciencia que lo expulsaron del reality y lo dejaron fuera de juego.
El cuenta a LA NACION que no vivió el hecho como una frustración. Más bien, fue un alivio. Esos meses allí -creía él- serían tiempo suficiente para visibilizar su caso como varón trans. Confió en que eso, más la fama que le daría la TV y las promesas de trabajo de los productores del programa, le permitirían conseguir la prótesis soñada para concretar la operación quirúrgica de rectificación genital de mujer a varón.
La realidad no fue tan así. En un bar del centro cerca de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero (ATTTA) donde fundó junto a otros tres compañeros el área de varones trans, Alejandro repasa su historia y es una lista de promesas incumplidas.
-¿Qué te habían prometido para cuando salieras?
- Contactos, trabajo. No esperaba tanto, sólo algo. Yo quiero trabajar. Entré ahí para visibilizar mi caso, para poder tener el dinero para operarme, para conseguir un trabajo a través de un contacto de ahí. Pero, al salir, nada. Hice notas en la prensa, me contrataron para hacer presencia en algún que otro boliche y se terminó todo.
-¿Cómo surgió lo del libro?
- Surgió de la misma necesidad que tuve al entrar en la casa, visibilizar la situación de los varones trans a partir de mi experiencia. Al libro lo empecé a pensar más en concreto estando ahí adentro y cuando salí pedí ayuda a la producción, a la gente que me rodeaba en el canal para escribirlo. En un momento me desesperé porque se estaba yendo el momento de fama y yo no había conseguido nada, la prótesis, nada. Pasé por un par de programas y nada. Nadie me llamó, no me atendieron más el teléfono. Si hubieran querido hubieran podido ayudarme.
Alejandro lo escribió solo: una editorial independiente aceptó su propuesta. Pero él quiso ir por más y se le ocurrió que el cine le daría más masividad. Volvió a pensar que podía contar con la supuesta red generada en los medios.
"Me desesperé porque se estaba yendo el momento de fama y yo no había conseguido nada, la prótesis, nada"
-¿Por qué filmar una película?
-Recuerdo que hace muchos años vi Los hombres no lloran y siempre me quedó en la cabeza. Es una película vieja que a mi me marcó y me sirvió muchísimo. Mientras escribía sobre mi vida pensé que estaría bueno que exista otra película del estilo, que hable del cambio de sexo porque no hay mucha información y yo lo padecí cuando era chico: buscaba por la tele, por Internet, en el cine y no había casi nada. Desde que vi XXY , la película que protagoniza Ricardo Darín, me propuse llegar a él. Me gustaría que él actúe en la película sobre mi vida. Esto sería muy importante para que siga la visibilización de los varones trans.
-¿Te contactaste con alguna productora?
-Me acerqué a una productora de Telefé y les ofrecí un documental sobre mi vida, que lo cuenten como película, incluso les dije que les conseguía los permisos para que me filmaran en la operación. Todo, pero con el compromiso de que me consiguieran la prótesis para la operación. Quedaron en avisarme y nunca más tuve noticias. Quedó en la nada también eso.
La idea de la película le sigue dando vueltas a Alejandro, que promete insistir hasta que alguien se interese por llevar su historia a la pantalla grande. Sabe que el alcance de un libro no se compara con la repercusión de una película, más si la protagonizara Darín.
-¿El tema de la prótesis está resuelto?
-Sí, al final a la prótesis la conseguí por mis propios medios, con contactos de mi militancia en las provincias que me permitieron llegar a la Presidencia de la Nación. El gobierno nacional me la consiguió, por eso tengo muchísimo para agradecerle a este gobierno, por eso soy kirchnerista, porque realmente a todos los chicos nos han dado muchísimo: la visibilidad, la ciudadanía y los medios para ser como queremos ser.
-¿Cuándo te operás?
-Ya salió todo. Tengo la orden de compra de la prótesis y, cuando vuelva de vacaciones del doctor César Fidalgo, me opera en La Plata. Esta es la segunda de tres operaciones, es el momento del vaciamiento. Ya me operé del pecho.
"No alcanza con sentirte varón. Yo hubiera preferido morirme antes de seguir siendo una mujer"
Alejandro se realizó una mastectomía bilateral para extraerse las mamas y lograr un tórax de aspecto masculino. La segunda operación -que se realizará en breve-, según palabras de su médico "consiste en extraer el útero, los ovarios y la vagina y, con tejidos abdominales, hacer un ‘neopene’. Además, se utilizan los labios mayores de la vagina para simular los testículos y el escroto". Todo se realizará en el Hospital Zonal General Ricardo Gutiérrez de La Plata.
Cuatro o cinco meses después se concretará el final del proceso con una nueva cirugía: colocar la prótesis peniana en el lugar donde hasta el momento estaba el "neopene". Así lo indicó Fidalgo, jefe de urología del centro de salud, el profesional que atiende a Alejandro.
-¿Qué sentiste cuando te viste sin pechos?
-Espectacular. Fue la primera vez en mi vida que pude tomar sol sin remera. Es un alivio total porque es un karma llevar pechos que te molestan, que no te permiten disfrutar de la brisa, del sol, de nada. Es horrible. Es más, de chico se te cruza por la cabeza cortárlelos. Y hubo casos.
-¿Es algo estético o es parte de tu identidad de género?
-Lo que a nosotros nos pasa es que cuando nos sentimos hombre querés tener todo, sacarte los pechos, tener pene. No alcanza con sentirte varón, porque es un sentimiento muy, muy fuerte. Sos un hombre y punto, eso sentimos. No es sólo lo estético. Yo hubiera preferido morirme antes de seguir siendo una mujer.