Actuó en Verano del ‘98 y Rebelde Way, se fue a México a probar suerte y Netflix le dio la oportunidad de su vida
Francisco Bass nació en Santiago del Estero y se mudó a Buenos Aires para cumplir su sueño de ser actor; en diálogo con LA NACION rememoró su paso por varias ficciones locales; su vida en el exterior y su trabajo de la mano del gigante de streaming
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Francisco Bass nació en el seno de una familia de artistas. Sus tíos políticos son León Gieco y Gustavo Santaolalla, iba a los recitales de Charly García y Fito Páez, y el mismísimo Alejandro Lerner tocaba el piano en su casa. A los 18 años le dijo a sus padres que quería ser actor, así que armó la valija y viajó más de 1000 kilómetros desde su Santiago del Estero natal hacia Buenos Aires para estudiar. Y, efectivamente, el trabajo y la pasión rindieron frutos. En diálogo con LA NACION, recordó su debut en Verano del ‘98, su paso por Rebelde Way, el gran éxito que cosechó a nivel internacional, y la oportunidad que le llegó de la mano de Netflix.
Para Francisco, tener que seguir una carrera artística estaba prácticamente fuera de discusión. Su padre trabajó con la mítica banda de rock Arco Iris, por lo que ya desde niño empezó a nutrirse de arte. Cuando terminó el colegio secundario, se inscribió en Comunicación Social, pero al plantear su deseo de ser actor, fue León Gieco quien le dijo que se formara con Carlos Gandolfo. A los 18 años se instaló en una pensión de San Telmo y comenzó a empaparse de textos de Tennessee Williams y Antón Chéjov, y se volvió un actor de “el método” de Stanislavski.
Francisco sabía lo que quería desde siempre y por eso fue a golpear la puerta de quien hasta el día de hoy es su representante, Arturo Villanueva. Allí ocurrió algo inesperado que le cambió la vida para siempre. “Cuando le toqué el timbre ese día, llegó él con Dolores Fonzi. Ella me miró, y dijo ‘podrías hacer de hermano nuestro’”, recordó en diálogo con LA NACION.
En ese momento, la actriz y su hermano Tomás Fonzi formaban parte del elenco de Verano del ‘98 (Telefe) y, gracias a este inesperado intercambio, Gustavo Marra -productor del programa- le hizo un casting. Fue así como el joven lleno de ilusiones que partió desde Santiago del Estero en busca de sus sueños, consiguió su primer trabajo en nada más y nada menos que en uno de los proyectos televisivos más importantes de la Argentina, a cargo de Cris Morena.
El inagotable deseo de formarse y el gran salto a Rebelde Way
Si bien Bass recordó que desde niño le decían que nació para dedicarse al arte y destacaban sus condiciones, él siempre supo que si quería llegar lejos tenía que formarse. Además de Gandolfo, estudió con Augusto Fernández y Julio Chávez. “Entendía que para ser artista había que tomárselo de una manera muy profesional. No era solo la capacidad de hacer chistes o hablar con facilidad de palabra, sino una responsabilidad. Ser actor no es ir a trabajar de actor, es una forma de vivir, de comportarse y de ver la vida”.
Su filosofía de vida dio frutos, al igual que su participación en la temporada final de Verano del ‘98 y en un capítulo de Tiempo final. Entró al taller de Cris Morena, donde junto a otras 20 personas tuvo que actuar, bailar y cantar, es decir audicionar. Fue ahí cuando la productora posó los ojos en él, lo separó del resto y le dijo contundente una frase que hasta hoy tiene recuerda: “Fran, no te cortes el pelo ni cambies tu acento”.
“A pesar de los nervios porque me hablaba, me lo tomé muy literal. Entendí que posiblemente quería hacer un personaje así”. Cuando le llegaron los guiones y vio que quedó seleccionado para interpretar a Francisco Blanco, un estudiante del Elite Way School con sus mismas características, se dio cuenta de que estaba en lo cierto.
“Estábamos en Canal 9 y me pusieron en un camarín tipo tráiler, porque no había espacio. Ahí compartía espacio Piru Sáez y Pablo Heredia, quien hoy son dos de mis mejores amigos”, aseguró. Para él, Rebelde Way, fue una etapa de la cual está muy feliz. Le sirvió como trampolín para despegar y, además, le permitió conocer a muchas personas que aún permanecen en su vida. “Agradezco que me rodeó de gente talentosa que son hermanos de la vida. Somos una familia rodante que vive en distintas partes del mundo y que sigue en esto”, resumió.
El despegue internacional tras el éxito de Rebelde Way
Después de la tira juvenil, llegaron otras propuestas: El refugio, Enséñame a vivir y Sueña conmigo. Su carrera comenzó a tomar un curso internacional y lo llevó hasta Perú, donde protagonizó El regreso de Lucas, una producción de Telefe con Ana María Orozco, Salvador del Solar y Macarena Achaga.
“Ese proyecto llegó porque me especialicé en acento neutro”, explicó. Lo cierto es que la primera vez que le tocó hablar así se sintió muy incómodo y no quiso volver a hacerlo. Pero, después entendió que mucho de eso tenía que ver con que, a diferencia de lo que le sucedió antes, esta vez no contaba con las herramientas.
Fue así como volvió a aplicar la fórmula que tan tanto le sirvió y comenzó a estudiar con los mejores hasta que se convirtió él mismo en coach actoral en acento neutro.
De Santiago del Estero a vivir en distintos países
En un momento, Francisco tuvo la oportunidad de instalarse en México. Si bien fue un proyecto de pareja, uno de los motivos centrales era la búsqueda de continuidad laboral y una mejor calidad de vida. “Para alguien que trabaja por algunos períodos cortos o largos, y por otros no, es mucho más difícil. Para un artista no es fácil seguir siéndolo sin trabajar de otra cosa en un país donde la inestabilidad económica es muy grande”, reflexionó.
A los 42 años, con un acento pulido, ya participó de varios proyectos en la Argentina, Perú y México: “Hoy vivo en tres países en simultáneo. Amo Buenos Aires y me encantaría vivir toda mi vida ahí, pero entiendo que para la carrera es muy difícil”.
Su formación le permitió estar preparado para encarar todo tipo de desafíos, desde un santiagueño que actuaba de porteño, o un argentino que hablaba con acento mexicano. Formó parte de las ficciones Utopía, A oscuras y Por amar sin ley. Su último gran proyecto fue Cielo grande, que acaba de estrenar su segunda temporada. Se trata de una serie de Netflix que se produjo en la Argentina.
Su rol como coach actoral, el éxito de Netflix y sus próximos proyectos
“Todos los días le agradezco al chico santiagueño que agarró una valija para irse a Buenos Aires y arrancó a estudiar actuación. Al final no siento haber llegado a ningún lado porque quiero ser actor hasta el último día de mi vida, pero lo que hago todos los días es decirle gracias a él”, precisó.
Si bien Francisco siempre soñó en grande, lo que le sucedió superó cualquier fantasía. Hoy, disfruta del éxito de Cielo grande y trabaja en su próximo proyecto en Colombia. Pero, además de la actuación, también tiene otra pasión: la docencia. Es coach de actores profesionales, da clases presenciales y virtuales y se prepara para dar un gran seminario para principiantes y avanzados en acento neutro. “Estoy viviendo un poco lo que he creado para mi vida. Estoy muy feliz porque lo puedo materializar”, concluyó.
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