Ricardo Iorio lanzo su primer vomito antisemita en marzo del año pasado, desde las páginas de Rolling Stone. Entonces dijo: “Si vos sos judío, no me vengas a cantar el Himno”.
Ricardo Iorio lanzo su primer vomito antisemita en marzo del año pasado, desde las páginas de Rolling Stone. Entonces dijo: "Si vos sos judío, no me vengas a cantar el Himno". Por esos días, muchos preferimos creer que sólo fue una frase poco feliz (muy poco feliz); que el líder de Almafuerte no era en verdad un nazi; que era inimaginable que un cantante de rock, que frecuentó calabozos por el solo hecho de tener el cabello largo, predicara la segregación racial. A raíz de una denuncia del Instituto Nacional contra la Discriminación (inadi), el juez Gabriel Cavallo falló que: "las expresiones en cuestión son objetiva y ciertamente ofensivas, y denotan una postura íntima pueril, simplista, y con una alta dosis de intolerancia". El juez, no obstante, absolvió a Iorio, basándose en que, más allá de su espíritu discriminatorio, no era la intención del bajista alentar ni incitar a la persecución o al odio.
El nuevo disco de Almafuerte, Piedra libre, no deja lugar a duda. Iorio es un neonazi que ahora, además, utiliza su música como tribuna de doctrina. La letra de "Cumpliendo mi destino" expresa: "Guardo de un hombre grande,/ guerrero nacional que hoy tienen preso./ Puede haber caballo verde/ mas no uno de ellos honesto./" Hace algunos años, la prensa le atribuyó al coronel Mohamed Alí Seineldín la frase: "Es más fácil encontrar un caballo verde que un judío honesto". Seineldín desmintió haber pronunciado ese refrán atroz; Iorio lo hace suyo, como también hace suya la reivindicación del líder carapintada, el "guerrero nacional que hoy tienen preso".
Seineldín fue, según el ex policía Rodolfo Peregrino Fernández, "el nexo visible de la Triple A con el Ejército, y además participó en la represión del 20 de junio de 1973 en Ezeiza". En su libro Fuerzas de Adiestramiento Especial, el mayor del Ejército Jorge P. Mones Ruiz señala que en 1978 Seineldín fue puesto a cargo del "equipo especial de lucha contra la subversión" denominado Halcón 8. Quizá porque en 1982 combatió en la Guerra de las Malvinas, Iorio lo reivindica como "guerrero nacional". El 6 de agosto de 1988, en un reportaje publicado en el diario Página/12, Seineldín dijo: "Si yo no torturaba a determinados prisioneros no podía seguir la pista, y sus secuaces seguían libres y preparando acciones terroristas". Seineldín fue, además, el golpista que encabezó dos rebeliones militares contra el orden constitucional y es citado con frecuencia en las páginas neonazis que circulan por Internet.
Iorio participó en el disco 30 mil gritos, en el que se musicalizaron poemas de detenidos-desaparecidos. Sin embargo, ahora cruzó a la vereda de enfrente y compuso una canción en homenaje a uno de sus victimarios, un torturador confeso.
El 17 de marzo de 1992, una bomba estalló en la sede de la embajada de Israel y mató a unas treinta personas (no existen cifras definitivas); el 18 de julio de 1994, otra bomba estalló en la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (amia) y mató a ochenta y seis personas. Los dos atentados continúan impunes. En el país en el que tales atrocidades sucedieron, Iorio descarga su odio contra los judíos. En ese contexto, Almafuerte canta canciones como "Cumpliendo mi destino". Intentamos hablar con Iorio, con la esperanza de que nos dijera que estábamos equivocados, que lo malinterpretamos. Según su manager, el cantante de Almafuerte no quiere hablar con ningún medio. El año pasado, cuando intentó explicar sus declaraciones a Rolling Stone, sostuvo que los periodistas de esta revista lo habían emborrachado y luego lo habían sacado de contexto. ¿Qué dirá ahora? ¿Que un doble lo suplantó durante la grabación de su disco, que lo persiguen los paranoicos, que el ingeniero de sonido lo emborrachó?
En mayo, el presidente del Instituto Nacional contra la Discriminación (inadi), Eugenio Zaffaroni, se quejó en una carta al ministro del Interior, Ramón Mestre, de los constantes recortes presupuestarios que sufre el organismo a su cargo. Tal vez la discriminación ya no le importe a casi nadie; tal vez debamos acostumbrarnos a convivir con tipos que ejercen su intolerancia impunemente. Tal vez nunca sepamos quién puso las bombas de la embajada y de la amia: ni el gobierno ni la Justicia parecen interesados en esclarecer los atentados. La indiferencia empolla el huevo de la serpiente.
Almafuerte tiene muchos seguidores jóvenes, pibes que gustan del heavy criollo de Iorio, que acaso no habían nacido en tiempos de la dictadura y reciben este adoctrinamiento camuflado y berreta. ¿Cómo se sentirán los chicos judíos que gustan de la música del grupo? "Cumpliendo mi destino" no es sólo una canción desafortunada: es un hecho político grave en un país en el que corrió mucha sangre como para que nos resulte indiferente. Piedra libre no será comentado como una obra artística en Rolling Stone, de acuerdo con una decisión de esta redacción. No es posible hablar de las guitarras de Claudio Marciello, la voz de Iorio o del nuevo baterista, Bin Valencia, cuando Piedra libre defiende a un torturador y ofende a una comunidad. Es decir, nos ofende a todos. Iorio dijo que el disco se llama así porque es "para todos los compañeros". ¿Quiénes serán sus "compañeros"? Aterra pensarlo.