Abbas Kiarostami: director de cine, fotógrafo y escritor
Su último film participará en Cannes
TEHERAN.- En las afueras de la ciudad, la camioneta de Abbas Kiarostami se desplaza sobre el perfil zigzagueante de una ruta montañosa, la misma que recorre el personaje de "El sabor de la cereza" dándole vueltas al sentido de su vida. Atardece. Pero la luz que se va apagando no impide que el director iraní reconozca cada uno de esos árboles solitarios que aparecen en el camino desértico. "Jamás me pierdo. Este camino lo conozco de toda la vida. Contemplar paisajes con el pretexto de buscar las locaciones para mis películas me lleva a sacar fotos. Puedo pasar horas esperando la luz apropiada para una foto o detener la camioneta en medio del camino si algo me interesa", cuenta Kiarostami a La Nación , mientras maneja hacia la casa de otro director iraní, después de una proyección casera de su último film, "ABC Africa", un documental sobre los niños huérfanos y afectados por el sida, que ya recibió una propuesta para ser exhibido en el próximo Festival de Cannes.
Además del trabajo de edición de este documental (filmado en video digital, en siete días), también la fotografía ocupa buena parte de la agenda de Kiarostami. Recientemente presentó un libro de fotos, acompañado por otro de poemas. La clase alta iraní se ocupó de comprarlos casi religiosamente, y esperó por la firma del director escrita en farsi. Días después se lo vio en una galería de arte firme junto a unos cuadros que enmarcaban sus últimas tomas, que se vendían a 90 dólares.
"En los tiempos de la revolución parecía imposible hacer películas -comenta-. Entonces empecé a hacer fotografías. Como era muy difícil estar en la ciudad por los problemas políticos, empecé a ir a las montañas y a involucrarme con la naturaleza. Contemplar el cielo nublado y el tronco de un árbol bajo una luz mágica es difícil cuando se está solo. Entonces necesité compartir esas imágenes con alguien y me compré una cámara Yashica. Hace 20 años que mis fotografías se vienen acumulando, entonces pensé que era tiempo de hacer una exhibición. Y luego, el tema de la naturaleza creció tanto en mí que ahora mis películas están influidas por ella". En una curva, Kiarostami agrega que siempre el punto de partida es Teherán. La trayectoria puede llevarlo a 300 kilómetros al Norte, cerca del mar Caspio, o 700 kilómetros al sur, cerca de la frontera con Irak.
La exposición de su timidez
Sus fotografías decoran también las paredes de su moderna casa junto con un cuadro original que le dedicó el director japonés Akira Kurosawa, quien llegó a considerarlo "su discípulo". Un gran mapa de Irán se apodera de uno de los ambientes que él suele utilizar como oficina, junto con dos gigantografías de "Detrás de los olivos" y "El viento nos llevará".
Llega el momento de exhibir la película "ABC Africa", en dos pequeños televisores, con la ayuda de su camarógrafo, el documentalista iraní Seifollah Samadian. El film comienza con un fax como primer testimonio y una voz en off que lee la propuesta enviada por Naciones Unidas para que el director premiado en Cannes se interese por el programa Uwefso (Uganda Women Effort For Savings Orphans), que traza un puente entre los chicos huérfanos a causa del sida (muchos de ellos también enfermos), y un grupo de mujeres voluntarias que perdieron a sus hijos en la guerra. En el film, Kiarostami participa no sólo filmando, también siendo filmado junto a los chicos.
Sobre este film que parece un breve descanso en su estudiada e intelectual carrera de cineasta, Kiarostami cuenta que Naciones Unidas se lo propuso a raíz de su background sobre películas con chicos. Decidí hacerla para ayudarlos y acercar a otros a ayudarlos". Pero en principio, Kiarostami prefiere no llevar la charla alrededor del documental, probablemente para no exponer o exponerse a opiniones de terceros. Entonces sirve en una mesita ratona un plato repleto de pistachos, masitas iraníes y mandarinas, junto con el té. Y decide ayudar a esa timidez que le provoca presentar parte de su intimidad a la prensa extranjera, mostrando una por una sus fotos y contando detalles de viejas tomas de un mismo lugar comparadas con las nuevas.
La conversación sobre el documental y la particular visión de este realizador se reconstruye otro día en un curioso ambiente: el interior del auto de su camarógrafo. Kiarostami tiene predilección por contar sus historias mediante el movimiento de los autos, situación que le hace recordar que está vivo y que le permite divisar distintas películas, desde las ventanillas, el parabrisas y hasta el espejito retrovisor. Pero esta vez el auto está detenido. Aunque no así la cámara digital de Samadián, quien se ubica al volante y filma la charla. También una intérprete se sube al auto, que se convierte en un sitio muy contenedor para una entrevista. Y Kiarostami comienza con una buena noticia: en marzo podría viajar a Mar del Plata para presenciar el rodaje de la película del director iraní Mahmoud Kalarí, de la cual es guionista.
- "ABC Africa", su documental, es muy correcto, pero sólo al final surge su visión más personal, ¿por qué?
-El viaje a Africa no fue para hacer el film sino para ver las locaciones e investigar. Pero cuando vimos todo decidimos hacer la película. Entonces el film cambió desde lo que iba a ser originalmente (concebido como un documental) para convertirse en un film independiente. Durante la edición, la película cambió y por eso al final es notoria esa visión más personal. Es que me gustó lo que sucedió: dos fotógrafos con exactamente las mismas cámaras, los mismos lentes y aun estando en las misma locaciones consiguieron un material con diferentes visiones. Creo que no es un film documental. Cuando hay una persona detrás de una cámara, detrás de un pensamiento, el film se convierte en una reflexión de esa persona. Un verdadero documental es poner una cámara detrás de una vaca, dejarla en el campo y al final del día ver qué imágenes tomaste.
-Mientras realiza sus películas investiga sobre la verdad del cine. ¿Por dónde buscó esta vez?
-No tuvimos oportunidad de investigar antes de hacerla, la película es la investigación misma, lo cual es muchas veces mejor. Esto es posible también a raíz de estas pequeñas cámaras. En mis películas anteriores estuve haciendo investigaciones de un mes y hasta de dos años, pero luego se pierde la frescura y la verdad de la realidad y los films se mueren. Pero cuando hacés una película con estas cámaras, con Samadián siempre filmando (como ahora), los films son más vivos.
-Está muy entusiasmado con la nueva tecnología, ¿seguirá filmando en video?
-Probablemente. Con estas cámaras se pierde la importancia de la puesta en escena porque todo es más natural y sucede en el momento. Creo que los próximos 200 años del cine serán muy diferentes.
-Todo sucedió en el momento, hasta la muerte. ¿Cómo llegó con la cámara a filmar ese momento?
-No podíamos estar en el hospital más de veinte minutos a causa del ambiente. Entonces todo lo que ve es la realidad de lo que pasó en aquellos veinte minutos, en los que fuimos testigos de la muerte de ese chico que envuelven en una tela, lo ponen en una caja de cartón y lo llevan en bicicleta. Y luego se ve la reacción de la gente, que lo considera algo normal. Al mismo tiempo que hay alguien está muriendo, fuera del hospital hay un ambiente de picnic, por ejemplo.
-Resulta difícil de entender ese raro estado de felicidad...
-Esta reacción no es exclusivamente de ese lugar sino una realidad muy extendida entre quienes viven alrededor de la muerte. Ya lo he visto en el terremoto del norte de Irán, en 1991. Quienes viven con tantas muertes a su alrededor reconocen más el valor de la vida y se hacen más fuertes. Aun cuando van al cementerio o cuando un amigo o un esposo muere, luego piensan: "¿Qué vamos a comer ahora?" Es que quieren vivir.
-Pronto comenzará a trabajar en un film sobre mujeres. ¿Se ubicará en un lugar neutral o tan controversial como Jafar Panahi en "El círculo"?
-Quiero separarme de la situación actual. Este es un momento muy especial en Irán y si hacés un film sobre esto será verdadero sólo en los próximos meses o años, pero no universal. Quiero hacer un film sobre una mujer que podría ser mi madre, mi hija, mi mujer o todas las mujeres del mundo.
-¿Cómo evalúa los signos de apertura del período Khatami?
-En mi opinión, la situación en Irán no irá a cambiar tanto como la gente del mundo occidental espera. Cuando un avión vuelve a Irán desde el exterior, el 70 por ciento del avión son occidentales. Las relaciones están siendo cada vez más serias y por eso se quiere que cambie la situación en Irán. Pero sólo en apariencia se cree que las cosas están mejorando.
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