A un año de la muerte de Ricardo Fort: cómo están sus hijos y el recuerdo de sus amigos

Se cumple hoy el primer aniversario de la muerte de Ricardo Fort . Amado y odiado por igual, el hombre pasó de ser un loco millonario que gastaba plata para las cámaras a jurado de ShowMatch y a encabezar obras en Mar del Plata. Con una billetera abultada y su personal de seguridad como escudos, Fort se presentó en el ambiente artístico, acompañado por una excéntrica madre, dos hijos pequeños,un amigo incondicional,varias novias mediáticas y un sólo objetivo: ser famoso.

Fort sabía que se iba a morir joven. Al menos eso era lo que daba a entender cada vez que hablaba del tema. Quizás por eso, hace tres años, le dijo a quien supo ser su pareja que quería que firmara un papel. El hombre era Gustavo Martínez , quien amo y aún sigue amando al millonario. Y el famoso papel, "el que nunca imaginó utilizar tan rápido", era la tutela de sus hijos, Martha y Felipe.

¿Quien es Gustavo Martínez? Para Martha y Felipe es simplemente Gus. El hombre que junto a Marisa y Martha -empleadas de la familia desde hace años-, se ocupan de los chicos en el edificio de la calle Sucre, en el barrio de Belgrano. Gustavo fue pareja de Ricardo durante años, es personal trainer y tuvo que achicar su agenda para estar full time con los chicos. Dejó de lado las salidas sociales y ahora sus eventos son las "pijamadas" que hacen los pequeños herederos con sus compañeritos de colegio.

Hoy espera ansioso que la justicia valide la tutela para poder cumplir el sueño de los pequeños, que es viajar a Disney. Un regalo que se llevaría a cabo si las notas escolares de los chicos, como fueron durante este año, siguen siendo buenas.

Sin querer, Martínez se convirtió de un día para el otro en una especie de "papá". Y como la situación le preocupa, consulta cada movimiento con los psicólogos de los menores para no cometer errores. O cometer la menor cantidad posible. Durante este año, acomodó la rutina de los pequeños. Visita el cementerio todas las semanas, cambia las flores y llora. Regresa a la casa de Sucre y sigue pendiente de la vida de los niños. Lo único que no logró hasta ahora es acomodar el cuarto y las pertenencias de Ricardo. Tanto la ropa como el cuarto siguen intactos.

"Ricardo era como un niño en un cuerpo de adulto, que cumplió su sueño de ser famoso", dice Gustavo a Personajes.tv cuando le pedimos que lo defina.

Los amigos y Fort

Fort no era un tipo de muchos amigos. Obviamente estaba cansado de "los amigos de turno", pero en realidad nunca confió en nadie. Sólo en la gente que vivía con él.

Marcela Villagra, la mujer de Tito Esperanza (el guardaespaldas más famoso de todos los que tuvo), nunca había querido hablar de la muerte del millonario. Durante años, ella fue una gran compañera de Ricardo, pero las peleas mediáticas por los celos de la popularidad de Tito los habían alejado.

"Para mí fue un loco lindo que me hizo enojar, que me daba mucho trabajo, que quería manejar todo y un hombre al que vi sufrir por sus dolores como pocos. Eso sí, cuando la cámara se prendía todo desaparecía", recuerda Marcela durante una charla con Personajes.tv.

Fort hizo en muy poco tiempo lo que otros deben lograr en toda una vida. Apareció como "el excéntrico millonario" en Infama. Después, comenzó la ronda de notas en los diferentes canales. Llegó a tener su propio programa de TV y fue jurado del ciclo más visto de la televisión. Se dio el gusto de encabezar obras de teatro en Mar del Plata y Buenos Aires. Y con todos esos sueños cumplidos, le dio trabajo a un centenar de personas.

Parece un cuento de hadas, pero no lo es. Porque ese mismo hombre que se dio todos esos gustos, luchaba día a día por su salud: dolores inmanejables por su columna y rodillas, operaciones de todo tipo y un sinfín de médicos, curanderos, brujos, enfermeros, profesores, psicólogos y chantas que aprovecharon el momento le diagnosticaron de todo con tal de sacar provecho de la situación.

"Toma morfina como agua", se escuchó decir en varios medios cuando hablaban de cómo vivía el millonario. Y era verdad, el cóctel letal que consumía cada día era imposible. Por eso mucho médicos se negaban a tratarlo, por miedo a que se muriera "en cualquier momento".

Hace un año. En la madrugada del 25 de noviembre de 2013, el millonario sufrió un paro cardiorrespiratorio en el sanatorio de la Trinidad. Tenía 45 años y tal vez todos los sueños cumplidos. Quizás por eso se rindió.

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