A un año de la muerte de Cory Monteith, el joven que cantaba con el corazón
Recordamos al actor de Glee que nos dejó súbitamente en el 2013
Un denominador común en todas las entrevistas al cast de Glee es la mención de la palabra familia. Hay series que logran dos cosas por demás infrecuentes. Por un lado, que todo el elenco termine conformando una suerte de fraternidad, a fuerza de compartir horas y horas de grabaciones y de eventos. Por otro lado, que esa serie llegue a la vida de los actores en un momento en el que, a nivel profesional, nada parecía estar pasando. Y ahí reflota otro denominador común de Glee: se trata de un programa que, con sus notorios desniveles, sacó a la luz el talento de muchos intérpretes desconocidos (Lea Michele , Chris Colfer) y que le dio la merecida consagración a figuras de la comedia como la gran Jane Lynch. Glee cumplió el mismo doble propósito con Cory Monteith. Llegó a su vida para cambiársela y le dio una familia alternativa. Por lo tanto, su triste fallecimiento el 13 de julio de 2013 afectó a los fanáticos de la serie, claro, pero especialmente a esa familia paralela que fue el elenco de la comedia creada por Ryan Murphy, Ian Brennan y Brad Falchuk.
De adolescente conflictivo a estrella televisiva
"Sí, fui yo" le dijo Cory a un familiar luego de ser acusado de haberle robado dinero. En la publicación Parade, el actor rememoró esa anécdota de cuando, en plena adolescencia, le sacaba dinero a escondidas a su familia para poder mantener viva su adicción a las drogas. "Robé mucha plata, una suma significante, y sabía que me iban a descubrir, pero estaba tan desesperado que ni siquiera me importaba esa posibilidad. Un día me confrontaron y dije 'sí, fui yo', las palabras más honestas que había dicho en muchísimo tiempo", contó Monteith, en una de las pocas entrevistas en las que aludió, con el corazón en la mano, a sus adicciones.
Desde los doce años, el actor estuvo luchando con los demonios e incluso debió abandonar la secundaria para poder ingresar y reingresar a clínicas de rehabilitación, bajo amenaza de su familia, que había decidido denunciarlo si no daba vuelta su presente.
Una vez que esa pesadilla llegó momentáneamente a su fin, Monteith tomó las riendas de su destino, se grabó a sí mismo cantando "Can't Fight This Feeling" (y tocando la batería) y envió el video a los directores de casting de Glee. El resto, como dicen, es historia. Monteith se quedó con el papel de Finn Hudson, el mariscal de campo de la secundaria McKinley. A diferencia de Michele o de Colfer, Monteith nunca se destacó por tener una gran voz o habilidad interpretativa. Sin embargo, fue su carisma para acompañar el giro que da Finn en más de cuatro temporadas lo que le hizo ganar el corazón del público, un poco a la manera de su compañera y gran amiga, Dianna Agron.
Lea Michele, su pareja hasta el final
Lo que sucede alrededor de un exitoso producto siempre es algo tan hermético como indescifrable. Nunca vamos a saber a ciencia cierta si eran ciertos los rumores de que la relación amorosa de Lea Michele y Cory Monteith era algo fabricado para alimentar el fanatismo. Sin embargo, de su año y medio de vínculo sentimental se desprende algo que sí resulta indiscutible. Lea fue la compañera de Monteith en esa dolorosa y ardua batalla del actor contra sus adicciones. Lo suyo comenzó como un cuento de hadas ideal para una serie como Glee - que siempre jugó con lo que sucedía con sus actores por fuera de la ficción - y concluyó como una historia triste más de una mujer que simplemente no pudo ayudar al hombre que tenía al lado. Si bien Monteith era sumamente reservado en cuanto a su relación con Lea, en una aparición en el programa de Ellen DeGeneres no dudó en confirmar el noviazgo y asegurar que lo de ellos era efectivamente un romance y no una fachada.
Meses después, en el mismo estudio, Michele recordaría a Monteith compartiendo su vida luego de la tragedia: " Kate Hudson me ofreció vivir un tiempo en su casa, porque la mía estaba llena de recuerdos", dijo y agregó: "No es fácil pasar el duelo con la mirada de la prensa encima. Siempre están pendientes de todo, y especulan si reís o si llorás, por eso mi duelo fue totalmente en privado y a Cory lo recuerdo como el gran hombre que era". Si bien la actriz ya se encuentra en otro estadio sentimental, el domingo publicó en su cuenta de Twitter una foto con Monteith, haciendo hincapié en su inolvidable sonrisa y en lo mucho que se lo extraña.
Un año de vacío
Una de las pocas cosas que Monteith contó en una entrevista, se resignifica hoy con el peso de su muerte detrás y se vuelve aún más triste: "Creo que en la vida hay que ser amable con todo el mundo, tratar de sonreír siempre y apreciar las cosas, ya que nunca sabemos en qué segundo se nos puede ir todo". Es así. Todo se reduce a un segundo. En el caso del actor, fue ese en el que sintió, solo en el hotel Pacific Rim de Vancouver, que tenía que volver a la heroína.La combinación con el alcohol fue letal y el actor, que esa misma noche estaba tuiteandosobre lo que veía en televisión, perdía la vida a los 31 años. La noticia golpeó a sus dos familias. A esa familia que lo acompañó en su lucha contra las drogas desde los doce años y a la familia de Glee, que nunca se cansó de remarcar la humanidad y luminosidad de Monteith. Independientemente de los mensajes de los actores, productores y guionistas de la serie, el más resonante fue el más simple. "No", escribió Mark Salling y así resumió lo que muchos estaban sintiendo. No puede ser. No tiene que estar pasando. No hay manera de que alguien pueda irse así. El "no" es el antídoto contra ese segundo de decisión que hizo que Monteith deje su vida, paradójicamente, alejado de la calidez familiar que lo mantuvo acompañado durante tanto tiempo. Y acaso eso sea lo más triste de su muerte. El pensarlo solo en ese instante.
"Todavía lo extrañamos y todavía siento esa sensación de vacío", declaró su padre, Joe Monteith, unos días atrás. Ante esa sensación, y como dijo Jane Lynch en su tributo a Cory en los pasados premios Emmy, no resta otra alternativa que pensar en él como "un alma hermosa pero imperfecta, a quien hay que recordar en su totalidad". Entonces, quizás haya que pensarlo en esa ducha de McKinley, interpretando un tema a viva voz, con una sonrisa y una calidez que traspasaban la pantalla en ese gran episodio piloto de Glee. Ni solo en un hotel ni rodeado de fanáticos. Monteith haciendo lo que más le gustaba: cantar con el corazón.
Cory Monteith en tres videos:
*1. Todas sus intrepretaciones en Glee:
*2. El recuerdo de Jane Lynch en los Emmy:
lanacionar*3. El trailer de McCanick, su película póstuma a estrenarse este año:
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