A punto de cumplir 102 años, Olivia de Havilland sigue conservando su espíritu combativo
Olivia de Havilland cree que la serie Feud dañó su reputación y por eso ha recurrido a los tribunales.
La actriz britanico-estadounidense acusa a la cadena FX y al director Ryan Murphy de haberla retratado sin su permiso y, además, de hacerlo faltando a la verdad. Entre otras cosas exige una compensación por daños y perjuicios.
La serie de televisión rodada con el estilo de un documental se centra en la larga rivalidad que hubo entre las divas de Hollywood Joan Crawford (interpretada por Jessica Lange) y Bette Davis (Susan Sarandon). Catherine Zeta-Jones fue la encargada de encarnar a De Havilland, quien critica que en la serie se le atribuyen declaraciones falsas en una entrevista inventada.
En la serie se retrata la estrecha amistad de la actriz con su colega Bette Davis y se hace referencia a los problemas de relación que mantenía con "su propia Joan", su hermana, la también reconocida actriz Joan Fontaine.
La actriz es una de las últimas estrellas vivas de la época dorada de Hollywood. Su nombre irá siempre unido a Lo que el viento se llevó (1939), donde dio vida a la inteligente y virtuosa Melanie Hamilton junto a Clark Gable.
En la noche de los Oscar de 1940 , el drama fue coronada con ocho estatuillas, pero ella, nominada como actriz de reparto, se fue con las manos vacías. El hombrecillo dorado fue para su compañera de reparto Hattie McDaniel, que encarnaba a la entrañable criada Mammy.
De Havilland supo resarcirse de aquella derrota y en 1946 se alzó con el Oscar, esta vez como la joven madre soltera y protagonista de Lágrimas de una madre. Tres años más tarde, volvió a recibir el aplauso de los académicos por el drama de venganza La heredera.
Los comienzos de la actriz en Hollywood fueron color de rosa. Hija de padres británicos nacida en Tokio, llegó de niña a California y el austríaco Max Reinhardt la "descubrió" cuando sólo tenía 19 años para el papel de Hermia en la shakesperiana Sueño de una noche de verano. Los estudios Warner Brothers le ofrecieron de inmediato un contrato para siete años y la convirtieron en estrella junto a Errol Flynn.
En total, De Havilland rodó ocho películas junto a este galán temerario y aventurero de sangre australiana, entre ellas Las aventuras de Robin Hood, Four's a Crowd o Esclavos del oro. Pese a la química entre ellos en la gran pantalla y los rumores que desataron, nunca tuvieron romance alguno, afirma la actriz.
Pero la temprana fama tuvo su precio. De Havilland confesó a la revista Vanity Fair que en aquel entonces no tenía "amigos de verdad" y sufría mucho por la ardua competencia.
Pese a todo continuó su carrera cosechando éxitos. Sus últimas grandes interpretaciones fueron como neurótica en Tras el espejo (1946), en el drama romántico Mi prima Raquel (1952) y junto a su amiga Bette Davis en el thriller psicológico Cálmate, dulce Carlota (1964).
Dejó de actuar a fines de los años 80 y durante una década atendió a su hijo, Benjamin, y a su ex esposo, Pierre Galante, durante sus largas y dolorosas enfermedades.
De Havilland siempre ha sido testaruda, como demostró con su campaña contra el poder de los estudios cinematográficos. Según informa la agencia DPA, a principios de los 40 querelló con éxito a Warner Bros para liberarse de su contrato. Y ahora espera finalmente también alcanzar su objetivo. Aunque a finales de marzo De Havilland sufrió una derrota en los tribunales en el caso de Feud, sus abogados presentaron en mayo una apelación.
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