A los 25 años le vendió su serie a MTV pero pegó el portazo: del perfil bajo extremo al regreso de Alejo y Valentina
En 2002, cuando Internet era un terreno inexplorado, Alejandro Szykula lanzó su propia producción animada; ahora, 20 años después, vuelve por más en la plataforma Flixxo; su pelea con el gigante de la música y el “ostracismo” creativo
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Alejandro Szykula tenía apenas 25 años cuando abrió su propia página web, LoCoARTS, y subió los primeros capítulos de Alejo y Valentina, la serie animada en Flash que le iba a cambiar la vida para siempre. Corría el año 2002 e Internet todavía era un territorio a explorar. La revolución de las redes sociales llegaría casi una década después, y todavía ni siquiera existía YouTube para compartir y ver videos. En ese contexto, este joven animador autodidacta dio el puntapié inicial con una propuesta humorística que lo llevaría a convertirse en uno de los sitios más visitados del país, y a recibir un correo electrónico de parte de MTV que le daría un giro de 180 grados a su proyecto. Sin embargo, al éxito le sucedió un portazo, años de perfil bajo y, casi 20 años después, una segunda vuelta.
Alejandro, el LoCo
También conocido como El LoCo, el nickname que eligió para entrar al ciberespacio allá por 1996, Szykula nació en Buenos Aires y puede ser definido como animador, actor de voz y también, por qué no, humorista. Pero lo que más se destaca en su currículum vitae es su papel de fundador de un universo que cosechó miles de fanáticos en el país y el mundo: Alejo, Valentina, Carlitox, El viejo del bastón, Matías Walterland y Gregory Ort son algunos de los personajes que con sus latiguillos y frases graciosas se metieron en el imaginario colectivo de una generación criada al calor de la banda ancha y los foros de Internet.
“Todo se remonta al año ‘84 u ‘85, cuando me regalaron la Commodore 64″, dice Alejandro, que acaba de cumplir 45 años, en diálogo con LA NACION. Y empieza a hacer memoria. “Ahí ya flasheaba con hacer animaciones a través de algunos juegos. Eran recontra básicas, quería dibujar personajes en la compu, los mismos que hacía en el colegio, en el pizarrón. Dibujaba personajes básicos, arranqué así, eran como peluchitos”, recuerda entre risas y hace algunas voces que remiten directamente a la serie: “¡Se me vuela el bonete!”.
Alejandro era bueno inventando personajes y poniéndole voces graciosas, más allá de su tartamudez. Y lo notaba porque sus amigos le pedían más. “Por ser tartamudo, introvertido, tímido, desde los seis años, creo que me aislaba tanto que desarrollaba todo un costado creativo”, reflexiona. “Se me ocurrían voces y hacía personajes. ¡Los pegaba en mi pieza cómo posters! -recuerda-. Y me salían bien, yo me daba cuenta de que tenían éxito, se reían mis amigos”. También grababa voces en casetes, contaba historias y hacía chistes, como en una suerte de programa de radio personal.
Años más tarde, llegó la primera PC a su casa y con ella el ansiado módem para conectarse a Internet. “Había que poner un nick y puse El LoCo porque Alejandro Andrés Szykula, mi nombre completo, tiene 22 letras. Y 22 es el loco en la quiniela”, sintetiza Alejandro. Nacido y criado en el barrio porteño de Balvanera, mejor conocido como Abasto, dice que pasó la adolescencia frente a la computadora.
“Estaba todo el día en la compu. Llegaba del secundario y estaba ahí, compu, compu, compu”, asegura. “Por ser tartamudo no salía a bailar, pensaba que nunca iba a tener novia, que no iba a poder conseguir trabajo. A medida que fui desarrollando toda esa cosa creativa, me fui soltando y pude demostrarme a mí mismo que podía hacer todo lo que yo pensaba que no. Al final sí pude”, celebra.
LoCoArts, de la web a la vida real
Cuando tuvo que ponerle un nombre a su página web, Alejandro decidió combinar su propio nick con un homenaje a su firma de videojuegos favorita. “Yo era fanático de los juegos que hacían los de LucasArts, en ese momento LucasFilsm Games, como Monkey Island -explica-. Algunos ya venían desde la Commodore y después, los de PC: Maniac Mansion, Zak McKracken and the Alien Mindbenders”, recuerda. Con sus conocimientos en la materia, reservó de manera gratuita el dominio de la página y consiguió un hosting que luego comenzó a pagar a través de un canje. “Le ponía publicidad en los mismos episodios”, revela. Y dice que supo cómo posicionar bien el sitio en Google y Yahoo!, los buscadores más importantes.
“Un día entraron 50.000 personas de golpe y se cayó el servidor”, rememora Alejandro para intentar graficar el nivel de alcance que tenía LoCoArts. Las estadísticas del sitio eran claras, pero lo más increíble no eran los números, sino el rebote que tenían sus personajes en la vida real. “Empezó como una curiosidad, como algo que me divertía mucho. Pero cuando me di cuenta de esto de la repercusión fue cuando pasé por la puerta de un ciber y escuché ‘¡jo jo jo!’ -dice con la voz de Carlitox-. Ya no era el feedback que recibía a través de Internet, ya había trascendido. Lo del ciberespacio pasó al mundo real, una cosa rara”, dice el creador de Alejo y Valentina todavía sorprendido.
Entre todos esos “feedbacks”, como los llama, que comenzó a recibir por los episodios de su serie, un día le llegó un mail de la cadena MTV con una propuesta difícil de creer. “Me proponen hacer temporadas. Cada temporada, imaginate, son 13 episodios. Y no eran cortitos como los que venía haciendo, eran ya de 22 minutos, mínimo”, rememora Alejandro. Ahí fue cuando se cruzó en su camino Pablo Zimmerman, quien a su vez lo contactó con Adrián Peralta, el actual director de animación del programa. “En el equipo también está Julián Castro, son todas personas que me presentó Pablo y así fue como se empezó a expandir”, precisa y dice que partir de ese momento fue relegando cada vez más la animación para enfocarse de lleno en el guion y en la grabación de todas las voces de los personajes.
Si bien ya había logrado hacer de LoCoArts su medio de vida, cuando MTV apareció en el horizonte Alejandro tuvo que profesionalizarse y apoyarse en su equipo de trabajo. En total, fueron cuatro temporadas en el canal estadounidense, con números de rating que sorprendían a propios y a extraños, pero el asunto no terminó del todo bien. “Lo quisieron internacionalizar”, argumenta Szykula.
“Querían que hagamos chistes que se entiendan de acá a Checoslovaquia, en todos lados. Nos empezaron a poner límites, por ahí nos pedían algunos cambios que eran absurdos. Así, para la cuarta temporada estábamos cansados y por ahí ellos igual. A veces entregábamos tarde los episodios porque yo me retrasaba -reconoce-. Teníamos algunos roces, supongo que la relación se fue desgastando. Después, para una quinta temporada, no nos querían pagar los números que nosotros les pedíamos, por eso fue que nunca concretamos una quinta temporada en MTV”.
De MTV a la oficina pública
Cuando terminó la relación con MTV, Alejandro quiso alejarse de todo. Estaba cansado de la televisión y sus ritmos, y para encontrar una salida terminó aceptando una idea de su padre, que venía insistiéndole desde hacía tiempo con que entrara a trabajar a la Dirección Nacional de Vialidad. “Él trabajaba ahí y dije: ‘Bueno, pruebo otra cosa porque necesito plata’”, analiza a la distancia. No obstante, la cosa no fue fácil. “Tuve un año tranquilo, pero el segundo ya me empecé a sentir como diciendo ‘qué estoy haciendo acá'. Encima mis compañeros me conocían por la serie y ellos mismos me lo decían: ‘¿Qué estás haciendo acá?’”, recuerda.
Alejandro no estaba a gusto con su nueva ocupación. Empezó a tener algunas ausencias, se escapaba más temprano, comenzó a descuidar el trabajo y terminó pidiendo licencia. “Estuve dos años más o menos, y después tres o cuatro años más que fueron muy malos”, asegura. Sin embargo, el destino todavía le tenía guardada una sorpresa.
Cuando dejó su empleo público, Pablo Zimmerman volvió a comunicarse con él. Le había llegado una propuesta de Flixxo, la plataforma de video WEB3 que se enfoca en microseries y creadores 3.0, y que cuenta con su propia criptomoneda, FLIXX. La idea era hacer la demorada quinta temporada de Alejo y Valentina allí, e incluso ir por más y lanzar una sexta.
“Con Pablo habíamos estado distanciados durante 10 años. Nos juntamos y dijimos: ‘Probemos, a ver si funciona como antes’. Y funcionó, está funcionando: hacemos shows, presentaciones, cosas que antes no hacíamos”, dice Alejandro en referencia al evento por lo 20 años de la serie que armaron en el Auditorio Belgrano. Ese día, hasta Brenda Asnicar fue parte de los festejos. Es que la actriz es fan del programa y pondrá su voz en futuros capítulos de estreno inminente.
“Me sorprendió que hubo mucha más gente de la que pensábamos”, admite Alejandro, que además de convertirse en este último tiempo en una suerte de frontman -el fin de semana estuvo en Montevideo, haciendo lo propio en la Friki Fest-, lanzó un libro sobre la serie: Alejo y Valentina. La guía definitiva, un ítem exclusivo para fanáticos.
Mientras tanto, además de todos los capítulos que se pueden ver en Flixxo, en las redes sociales oficiales del programa comparten videos más cortos con temáticas relacionadas con la actualidad. Así es como se puede escuchar al Viejo volviéndose viral en una parodia a las sesiones de Bizarrap, o a Gregory, Matías, Rogelio y compañía haciendo de las suyas en el pabellón de Okupas.
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