A los 15 vivió un hecho que le cambió la vida y tras 50 años mantiene el legado de su maestro: Billy Jim, el eterno “titán”
Discípulo de Martín Karadagian, integró aquella troupe legendaria que vio crecer a Titanes en el Ring; hoy, a 100 años del nacimiento de su creador, recuerda anécdotas, luchas y proyecta un regreso para melancólicos y amantes de la disciplina
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“Pude cumplir el sueño del pibe, todavía no lo puedo creer”, repite Sergio Ventrone mientras recuerda cuando a los seis años se sentaba junto a su padre frente al televisor que emitía en blanco y negro las apasionantes luchas de los Titanes en el Ring de Martín Karadagian.
Corría 1962, año de inicio del ciclo, y aquel niño jugaba ensayando tomas de catch mientras observaba a sus ídolos. Lo curioso es que a sus 15 concurrió al gimnasio del barrio para entrenar y lo recibió nada menos que el “Vasco Guipuzcoa”, una de las figuras del staff.
Sergio le comentó de su fanatismo por los titanes y su idolatría por el armenio: el propio Martín tiempo más tarde le tomaría una prueba y, de la noche a la mañana, se convirtió en uno de los reemplazos de aquellos atletas soñados por él. “Martín me aprobó y a la semana empecé. A la mañana estudiaba, al mediodía iba al secundario, y a la tarde al gimnasio. Primero me tocó reemplazar al Super Pibe, a comienzos de la temporada de 1974, y con el tiempo me convertí en Billy Jim, una especie de rockstar amante del heavy metal. Martín siempre te encontraba el personaje justo, en eso y en tantas otras cosas era un maestro. Él vio que usaba el pelo largo con rulos, campera de cuero, era mi onda, y enseguida encontró el rol ideal para mí”, asegura en diálogo con LA NACION.
Pasaron los años, infinidad de combates, pero Billy siguió manteniendo aquel look de antaño. El pelo castaño de entonces hoy luce blanco, “pero el amor por Karadagian y los titanes y las ganas de seguir trabajando siguen intactos como el primer día”, explica Ventrone.
El DT
Por eso cuando Paulina, la hija de Martín, le ofreció en 2012 convertirse en el Director Técnico de Titanes no dudo un instante: “Cuando fallece Martín, Paulina se va a vivir a los Estados Unidos. Yo sigo trabajando, hice personajes como el agente secreto Dennis Martin en Colosos de la lucha, Billy Jim en Lucha fuerte, y Zamor el marino en 100% Lucha. Pero luego ella vuelve, hace un par de veces el regreso, y un día me convoca, ya hace diez años. Arrancamos tranquilos con un lema, ‘vamos a hacer las cosas como las hacía Martín’. Y no paramos”, detalla Billy.
“Cuando estamos con su hija en la oficina de Titanes sentimos que Martín está en el aire, como volando. A veces nos miramos y nos reímos a la vez porque suceden o pensamos cosas, ocurre algo y comentamos: ‘Ahí pasó’. O cuando tenemos que decidir algo nos preguntamos qué hubiera hecho Martín ante esa situación. Y la respuesta surge al minuto. Fue un adelantado. Todos los tienen siempre presente y hace treinta años que no está físicamente”, describe con emoción.
Anécdotas sobran, como aquella cuando era un adolescente, Karadagian lo vio afligido y le preguntó qué le pasaba: “Lo defino como una persona extremadamente especial. Le pedías un consejo y era la Biblioteca de Alejandría. Recuerdo que tenía 15 años y era el cumple de una chica, compañera mía. No tenía plata, y en aquel tiempo uno estaba educado para no pedirle a los padres, sí para ayudarlos. Como yo ya luchaba en su grupo, fui a verlo. Llegué, me vio la cara y me dijo: ‘A vos te pasa algo pibe, decime qué’. Le conté que quería hacerle un regalo a la piba pero no tenía un mango. Metió la mano en el bolsillo, me dio unos cuantos pesos y no dijo nada más. Nunca me pidió que se lo devolviera ni quiso cuando se lo propuse. Yo había firmado un recibo por el dinero que me dio. Y una tarde que estábamos charlando, fue a su escritorio, abrió un cajón, sacó ese documento, lo rompió en pedacitos y lo tiró al tacho de basura, un gigante de persona”.
Enseguida otra historia aparece y pide que esté presente en la nota porque tiene que ver con el respeto que tenía por su familia: “Siempre se acordaba de mis viejos, en especial de mi mamá porque tenía una mercería. Y él en determinadas fechas en los que podía haber mucha venta no me convocaba para luchar para que yo la ayudara en el negocio. Era un ídolo como ser humano, el más grande”.
Billy rememora que Martín siempre le insistía para que continuara sus estudios: “Por eso me recibí de bachiller; después seguí el oficio de mi padre que era herrero, siempre trabajé por mi cuenta. Cuando la gente sabía que yo luchaba en Titanes el laburo subía cada vez más. Iba a seguir Abogacía o profesorado de Educación Física, pero tenía que laburar y no tuve opción”, asevera.
La tristeza se hace presente cuando habla de los problemas de salud que debió enfrentar Karadagian: “En mayo del 84 le amputan la pierna y fallece en agosto del 91. Era tan genio que decía que al árbol le habían cortado una rama pero seguía en pie. El dolor sigue en mi cuerpo, mi mente y mi corazón cuando hablamos con Paulina. La imagen de Martín está en una sala de la Casa Rosada donde se rinde homenaje a 50 ídolos populares. ¿Sabés? Su oficina estaba en Callao 449, segundo piso. Hoy con Paulina si estamos haciendo algo por la zona siempre nos acercamos y pasamos por la puerta. Acá en el gimnasio te puedo asegurar que está su espíritu”.
La momia en la mesa de Mirtha
Y es verdad, a un costado del ring del Centro Armenio donde entrenan los luchadores y luchadoras dirigidos por Billy puede verse un cuadro con la imagen de Martín, quien con su mirada atenta parece cuidar su creación. Allí, en la calle Armenia 1353, en el coqueto teatro Siranush tendrá lugar el próximo encuentro de gala de los Titanes en el Ring. Será el domingo 31 de julio a las 18 horas, y las entradas se pueden conseguir en el sitio titanes.com.ar.
Chicos y grandes podrán volver a ver a personajes emblemáticos como La Momia, el Caballero Rojo, Pepino el Payaso junto a los nuevos como Vlad Ivanoff, Enigma 17, Bull Avak, y luchadoras campeonísimas como Nikka Bykov, Hella, Roxy Rox, Tanya Kotz y Kala Zephir, entre tantas otras expertas. “La creatividad sigue intacta en Paulina, es igual a su papá. ¿Te acordás que Martín peleó con el Oso Bongo, o cuando desafió a Ringo Bonavena? Era un fenómeno, si hasta La Momia se hizo presente en el programa de Mirtha Legrand entrando a servir con una bandeja”, revive Billy.
Un párrafo aparte destina a la adopción a la que se atrevió Paulina de sus hijos haitianos, Kennedy y Khaled, hoy adolescentes: “Un tremendo gesto de amor que me emocionó. Ella fue extremadamente valiente porque los adopta en forma monoparental, dio sola toda la pelea. Los chicos están hermosos, siempre dicen que se quieren sumar al staff de su abuelo, a quien adoran”.
Antes de despedirse, Billy Jim pide un segundo más para aportar un concepto con el que siempre insistía el mítico Martín Karadagian para encarar sus shows: ‘¿Sabés cuál es el secreto para que todo lo que hacemos con tanto esfuerzo siga su camino. El respeto al público…’ Siempre lo repetía, y vaya si tenía razón. Por eso su legado sigue y seguirá vigente. Me hace tan feliz estar acá. Para mí Titanes en el Ring fue, es y será Disney”.
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