5 claves sobre el futuro las novelas en América latina
Entre las producciones locales y los enlatados, el rating sigue acompañando al género; repasamos algunas predicciones de lo que se viene
Baten récords de rating y alimentan el prime time en algunos lugares, mientras que en otros calientan las franjas de la tarde, aquellas que pocos pueden levantar. Son novelas turcas, coreanas, israelíes, brasileñas y ahora no sólo siguen marcando el ritmo en la TV local (El Sultán y Josué y la tierra prometida en Telefé, y Medcezir en el Trece), sino que coparon Netflix. Lejos de dejar atrás un 2016 “enlatado”, como muchos lo denominaron debido a la cantidad de productos exportados traídos para equilibrar los costos, y aprovechando que todos recuerdan el hito que implicó Las mil y una noches, el canal de streaming aprovechó para reponerla y poner a disposición del público varios productos turcos (Love Bird, Kaçak, Intersection, Kurt Seyit & Sura, etc).
En un momento tan particular de las ficciones en la Argentina, con sucesos recientes como el levantamiento del aire de la telenovelaFanny, la fan (que estaba proyectada para durar al menos unos 50 episodios y que fue suspendida al capítulo 18 para verse solo on demand), que dejó una sola ficción diaria en la grilla, Las Estrellas , y tras un 2016 que dejó apenas dos telenovelas propias, cabe preguntarse por el devenir del género.
Charlamos con la especialista en televisión y contenidos Natalia Notar para entender por qué este formato sigue pegando como algo timeless y qué podemos esperar. Dentro de su libro La Televisión del Futuro (Ed. Ariel/Planeta) se desarrolla un capítulo especialmente dedicado a las telenovelas, donde junto con referentes de la industria nacional como la familia Estevanez hasta directivos de Televisa Mexico, se analiza el panorama actual y futuro. Es interesante pensar en términos de una “liquidez televisiva” o de las ideas, explica Notar: “La caracterización de Bauman sobre la liquidez, la variabilidad que nos define como sujetos posmodernos, sirve como nunca para explicar lo sucedido actualmente con novelas como Fanny; somos mucho menos resistentes y pacientes a un producto cultural como nunca antes en la historia. ¿Se acuerdan de Pokemon Go? Esa aplicación furor de la que casi todos hablábamos, y hoy ya nadie recuerda. Esta etapa de consumos nos define como adolescentes que se se enamoran o descartan una idea en pos de otra nueva muy rápidamente”.
De este modo entre la falta de paciencia para asimilar contenidos nuevos, la accesibilidad constante y el acortamiento de los tiempos de consumo, los productores que quieran apostar a ficciones de mayor longitud tendrán que desarrollar mejores estrategias si quieren que sus productos sobrevivan. “Las telenovelas no son la excepción, ya que compiten con las series, con los contenidos web, con las redes, no en el sentido estricto de 'o una o la otra', sino como macrosistema, para ver si esa forma, esa temática, esa dupla de actores, ese protagonista, etc, pueden sobrevivir en función a todo el resto”.
En este contexto, repasamos algunos puntos importantes para pensar las ficciones y hacer algunas predicciones:
1. El secreto está en hablar de amor
Dentro de la reformulación constante de los medios que estamos viviendo, es casi instintivo preguntarnos qué contenidos van a “sobrevivir” en medio de tantas mutaciones. “Las historias de amor existen desde que podemos empezar a pensar la memoria colectiva de la cultura de la humanidad, algunas son más famosas y recordadas que otras. Si hoy pidiéramos a diez personas al azar que mencionen la primera historia de amor que les venga a la mente, muchos de ellos recordarían la tragedia de Shakespeare, Romeo y Julieta. Las telenovelas, las series, los webisodios, los contenidos on demand, las ficciones con finales alternativos y hasta las historias sobre política o narcotráfico, todas tienen sus historias de amor, ya sea como línea principal o como línea secundaria”, explica Notar. El amor está presente como un componente ineludible e ingrediente de toda receta que quiera tener éxito, y es ese el motivo por el que los canales de TV de aire siguen ubicando en su prime time estas tiras, convertidas en la punta de lanza que empuja gran parte de la programación a un mejor rating porque arrastra espectadores. Uno de los ejemplos del 2016 fue la tira brasileña Moisés y los diez mandamientos que se convirtió en uno de los programas más vistos con un promedio de 17 a 18 puntos de rating, de los mejores promedios actuales.
2. Opinión pública y ficciones contextualizadas
Cada vez más los contenidos en la TV se programarán teniendo en cuenta el contexto político y sociocultural. “Las ficciones -sobre todo las masivas - deben ser entendidas, pensadas y programadas cada vez más, en función de un espectador integral que somos, y sobre todo del clima social que nos rodea. Pensemos en las noticias y en la programación que había en la Tele argentina cuando "Las mil y una noches" estalló: había un contexto de tonos y volúmenes agresivos por la coyuntura política, de disputas y controversias por doquier en los programas de noticias que veíamos. Todo un clima que supo ser propicio para que una buena cuota de temas, como el respeto, los buenos modales, el romanticismo clásico, la dulzura”, apunta Notar.
Ya sea por contraste o por acompañamiento de temas actuales, como sucedió también en los EE.UU. con series como Scandal, Veep, House of cards y otras, que de alguna manera reflejaban el momento político, hoy los asuntos públicos y los productos creativos y culturales comparten el mismo escenario. Las telenovelas no quedan afuera de esto. “Cuanto más pensemos la telenovelas en este todo, más acertadas pueden ser, ya que los 'temas' que tratan las ficciones, y las 'formas' que utilizan para comunicarlos son en tanto estén pensados en relación del contexto y el momento de la sociedad a la que llegan”.
3. Nueva era de globalización “real”
"La globalización real de contenidos viene a sellar el comienzo de una nueva etapa en el timeline de la historia de las telenovelas. Hoy ya superado el estadio de furor por las tiras costumbristas (Costumbres Argentinas, Campeones, El Sodero de mi vida, etc) estamos en un espacio nuevo donde la globalización real de contenidos es una variable fundamental para definir que programar. No quita que como toda moda o proceso cultural en unos años tengamos una etapa de remakes o de retromanía que nos haga volver a las tiras costumbristas”. Si bien se trata de dar en la tecla con una historia potente, hay algo que telenovelas como Las mil y una noches (turca), Avenida Brasil (brasilera) o Escalera al cielo (coreana) tienen en común: todas eran historias clásicas o culebrones pero en formas exóticas que nos hablan de culturas lejanas. Bienvenidos a la globalización de contenidos donde las series tienen el desafío de convivir con una constante programación internacional que nos trae el streaming TV, permitiéndonos ver una serie de China o de Europa del Este. Como corolario los contenidos de televisión de aire deberán pensarse cada vez más en este escenario de acceso masivo a programas de cualquier parte del mundo, y nutrirse creativamente de este hecho.
4. El contenido es también su estrategia de distribución
Hoy en día un contenido se produce, captura y se graba, pensando en todas las posibilidades y plataforma de distribución que tenemos. Ya no es sólo la historia, sino cómo se cuenta y se distribuye. Muchas telenovelas se piensan actualmente como proyectos multiplataforma, grabándose contenido extendido que se puede ver luego digitalmente, por apps en dispositivos móviles y con blogs que complementan la historia (como sucedió con la telenovela Amar después de amar de Telefé). Por otro lado, como novedad en materia formatos recientemente se estrenó La fragilidad de los cuerpos que por primera vez daba la posibilidad de ver cada capítulo todos los miércoles en el aire, o en el mismo momento que se estrenó toda la temporada completa en on demand. “A las telenovelas ya no les alcanza con pensar en su historia hoy por hoy, sino en como la distribuyen según las plataformas y los nuevos usos y costumbres que tenemos como espectadores".
5. Duración acorde a nuestra atención
Sin embargo, según Notar, el verdadero cambio estará en la forma de entregar estas novelas, que al igual que con la música, así como ya casi no hay canciones de cuatro minutos, lo mismo ocurrirá con los nuevos formatos de ficción: los mismos serán cada vez de menor duración. “Telenovelas de muy poquitos capítulos, al estilo de Netflix, con 8 capítulos nada más, como La fragilidad de los cuerpos o Las Chicas del Cable, todo muy concentrado, destinado a esta atención cada vez más fragmentada que tenemos”.
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