28 almas en el hielo: la apasionante historia del barco Endurance
Silvia Copello vuelve a demostrar que es una de las mejores narradoras en un unipersonal conmovedor
- 3 minutos de lectura'
PARA LA NACIONLeni González
Autoría y narración: Silvia Copello. Música y efectos: Erika Brandauer. Audiovisual: Mariano Pozzi. Luces: Valentín Terni. Fotografía: Lupe Colino. Producción: Malala Emanuele. Dirección: Fernanda Gómez. Sala: Teatro Del Pasillo, Colombres 35. Funciones: sábados, a las 20. Duración: 60 minutos.
Será mejor que nadie olvide su abrigo. En el tenue hall del teatro Del Pasillo, entre libros, cuadros y unas 20 sillas, durante una hora el frío antártico cala hasta los huesos. La culpa es de la actriz y narradora Silvia Copello a quien poco antes de la pandemia, cuando viajó por el Mar de Weddell, en el sur del sur, se le metió el fantasma de la nave Endurance en el pecho y no pudo parar hasta contar al que quiera oírla, una de las historias más extraordinarias del siglo XX.
El 9 de marzo fue noticia el hallazgo del barco a más de un siglo de su desaparición. En 1914, recién iniciada la Primera Guerra Mundial, la expedición liderada por el irlandés Ernest Shackleton partió de Gran Bretaña con 28 hombres de distintas nacionalidades, una gata y 70 perros rumbo al Polo Sur. Pero en enero de 1915 la embarcación quedó encallada en una banquisa, una superficie flotante de hielo marino, hasta hundirse por completo en pocos meses. Comenzaba una leyenda por debajo de los 30 grados bajo cero, el hambre y la desesperación hasta la eternidad de agosto de 1916.
Todo esto lo contó el propio Shackleton en el libro Sur, publicado en 1919, la principal fuente de la reconstrucción de Copello. Vestida de negro y de espaldas a una gran pantalla blanca -donde se suceden las impagables imágenes tomadas por el fotógrafo australiano Frank Hurley-, acompañada por efectos de sonido y algunos pocos cambios de luces, la narradora conduce a la tripulación de la sala por un viaje de oscuridad inimaginable al que pone luz con su voz siempre esperanzada, nunca rendida ante la adversidad, consciente del estado de estupefacción de los espectadores-oyentes.
A cien años de la muerte de Shackleton, enterrado en las islas Georgias del Sur, 28 almas en el hielo es, para los que conocen Twitter, un ejemplo que se ajusta a la perfección al meme del perro grande y perro chico. Epopeya de supervivencia, guión cinematográfico para poner los pelos de punta e ilusión optimista sobre la humanidad, a la salida hay un regalo: el mapa del accidentado periplo y una galleta marinera para saborear mientras seguimos con el dedo las líneas punteadas hasta el fin el mundo.
Por Leni González
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