Terry Jones: el cerebro que supo organizar la obra de los Monty Python
"La comedia es un negocio peligroso. Si la gente te encuentra chistoso, todo bien. Pero si intentas serlo y los demás no lo ven así, aparece el enojo. Nadie sale con rabia de una puesta mediocre de Hamlet que no logró hacer llorar. Pero hay que fijarse en lo que dice el público cuando sale de una comedia que no logró hacer reír". Terry Jones dedicó buena parte de su existencia a resolver este dilema. A él le pertenecen estas líneas, que podrían llevar como encabezado el título de una de las obras más celebradas de Monty Python, El sentido de la vida. Jones falleció a los 77 años en la tarde de ayer, víctima de una enfermedad degenerativa que se le diagnosticó en 2016 y que le provocó un deterioro progresivo del lenguaje.
En su voluntad nunca quiso estar por encima de sus talentosos compañeros de Monty Python (John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle, Graham Chapman, Michael Palin), pero su talento y sus dotes naturales lo llevaron a convertirse en el virtual cerebro de algunas de las grandes realizaciones del grupo, especialmente en el cine.
Dirigió con Gilliam Los caballeros de la mesa cuadrada, y luego, en solitario, ocupó ese lugar en La vida de Brian y El sentido de la vida, tarea que continuó en otras películas ajenas al grupo, pero siempre caracterizadas por su sentido del humor anárquico e irreverente. De los Monty Python (bautizados con justicia "los Beatles de la comedia") podría decirse que Jones fue su componente más culto.
Nacido en el norte de Gales en 1942, educado en Oxford, fue, además de actor y director, reconocido autor, guionista de cine y TV y compositor musical. Del surrealismo al absurdo, de la sátira feroz a todo tipo de autoridad a la deconstrucción de las instituciones, el humor de los Monty Python encontró en Jones a la figura capaz de organizar y poner en escena sus rutinas dentro de una lógica cinematográfica. "Tratamos de hacer algo tan impredecible que no tuviera forma y nadie pudiera encasillarlo de ningún modo", reconoció Jones en una oportunidad.
Fuera del grupo que le dio reconocimiento mundial, Jones también se animó a escribir una ópera cómica estrenada en 2008 que se llamó Evil Machines y habla de un mundo en el que las máquinas toman distancia de su espíritu de colaboración con los hombres y plantean una rebelión.
Sus conocimientos de historia medieval, plasmados en tres libros, fueron decisivos para el desarrollo del perfil histórico de los espectáculos y las producciones del grupo. También le sirvieron para plantear, lejos del humor, críticas permanentes a la intolerancia que a su juicio algunos líderes occidentales expresaban frente al drama del conflicto irresuelto de Medio Oriente. Creía que las conductas actuales no hacían más que reproducir un cuadro que tuvo su origen en tiempos de las Cruzadas.