Casi feliz: 10 diferencias y semejanzas entre el Sebastián Wainraich real y el de la ficción de Netflix
La serie Casi feliz estrenada el pasado viernes 1 de mayo es furor entre el público argentino de Netflix. La comedia de diez capítulos de media hora cuenta la historia de un personaje que se parece bastante a quien lo interpreta. De hecho, se podría decir que una de las condiciones para disfrutar a fondo de cada episodio es conocer algo de la personalidad del verdadero Sebastián Wainraich para captar los guiños y sentirse hermanado en la complicidad.
Wainraich es Sebastián en Casi feliz, un exitoso conductor de un programa de radio que parece no estar del todo cómodo con su vida en general, que está narrada a través de distintas escenas cotidianas donde el humor y el absurdo también son protagonistas.
Ahora bien, ¿es el Sebastián de la ficción un espejo del Wainraich de la vida real? Aquí algunas semejanzas y otras diferencias.
De Casi feliz a Metro y medio
- Wainraich no está separado en la vida real, sino casado desde hace años con Dalia Gutman, una artista multifacética que también es conocida por su show de stand up Cosa de minas.
- En la ficción, el personaje conduce su programa de radio en soledad, él es la única estrella. En la realidad, en cambio, lo hace con su compañera de siempre, Julieta Pink, además de un elenco de especialistas que enriquecen las tres horas diarias de radio.
- En Sombrilla, el único productor del programa en la serie, se concentran las personalidades y las tareas de los tres productores que necesita Metro y medio para salir al aire.
- Los hijos de Wainraich no son mellizos. Tiene dos también: Kiara, la más grande -que participa en un capítulo- y Federico, el más pequeño.
- La gorra que el protagonista usa casi todo el tiempo es uno de los planos en los que la ficción y la realidad se juntan.
- El dial de la radio de ficción es 107.5 -FM Urbana-, el mismo en el que Wainraich empezó su primer programa en 1994. La radio era FM Sol y el programa se llamaba La suerte no está echada.
- El fanatismo con el fútbol del ascenso y sus saberes enciclopédicos sobre el tema es otra de las marcas de autor que Wainraich quiso mostrar en la serie.
- Los dos Sebastianes van al psicólogo.
- El nombre del programa de radio de la ficción, La vida en la mitad, iba a ser el título de la serie en un principio, pero al final quedó Casi feliz haciendo alusión al estado de ánimo promedio tanto del Wainraich verdadero como de su alter ego en la ficción.
- Muchas de las escenas de la serie se inspiran en episodios de la vida real del conductor de radio. Entre ellas, una de las más hilarantes es la del personaje de Malena Guinzburg que se acerca a Sebastián para pedirle una foto en el cementerio.
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