Yahya Sinwar, el cerebro de la mayor matanza de judíos desde el Holocausto, es clave para terminar la guerra
El líder del ala militar de Hamas es el arquitecto de los ataques de octubre; un acuerdo para sellar el alto el fuego depende tanto de él como de sus enemigos israelíes
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JERUSALÉN.- Cuando Hamas atacó a Israel y dio inicio a la guerra en la Franja de Gaza, el gobierno israelí dijo que el máximo líder de la agrupación terrorista en la región, Yahya Sinwar, tenía “los días contados”. Considerándolo arquitecto del ataque del 7 de octubre sobre su territorio, Israel dijo entonces que matar a Sinwar era uno de los principales objetivos de su contrataque.
Siete meses después, la supervivencia de Sinwar es emblemática de las fallas de Israel en esta guerra, donde ha devastado gran parte de la franja pero dejando prácticamente intacta a la cúpula del liderazgo de Hamas y sin haber logrado liberar a la mayoría de los rehenes que tomó durante la masacre.
Pero por más que el objetivo de los israelíes sea asesinarlo, para negociar la liberación del resto de los rehenes, los funcionarios de Tel Aviv se han visto obligados a negociar indirectamente con él. Sinwar ha resultado ser no sólo un comandante de voluntad irreductible, sino también un astuto negociador, que ha logrado evitar una victoria israelí en el campo de batalla sentando a los enviados israelíes a la mesa de negociación, según funcionarios de Hamas, Israel y Estados Unidos, algunos de los cuales hablaron bajo condición de anonimato para referirse a negociaciones diplomáticas y temas sensibles de inteligencia sobre Sinwar.
Según esas fuentes, si bien las conversaciones son mediadas por Egipto y Qatar, antes de aceptar cualquier concesión los negociadores de Hamas deben contar con el consentimiento de Sinwar.
Los delegados de Hamas insisten en que Sinwar no tiene la última palabra en las decisiones de la agrupación, pero si bien técnicamente no tiene autoridad sobre la totalidad del movimiento Hamas, su rol de liderazgo en Gaza y la autoridad que emana le ha conferido una enorme importancia en el funcionamiento operativo de la agrupación, según coinciden sus aliados y enemigos por igual. “No se toma ninguna decisión sin consultar a Sinwar”, dice Salah al-Din al-Awawdeh, miembro de Hamas y analista político que entabló amistad con Sinwar cuando estuvieron presos juntos en una cárcel de Israel, en las décadas de 1990 y 2000.
“Sinwar no es un líder cualquiera, es una persona que emana poder y moldea los acontecimientos”, explica Al-Awawdeh. “No es una especie de gerente, o un director: es un líder”.
Poco se ha sabido de Sinwar desde el comienzo de la guerra, a diferencia de los funcionarios de Hamas que viven fuera de Gaza, incluido Ismail Haniyeh, el funcionario civil de más alto rango del movimiento. Aunque nominalmente Haniyeh es su jefe, según las fuentes israelíes y norteamericanas Sinwar ha sido central en la decisión de Hamas de exigir, detrás bambalinas, que el alto el fuego que se negocie sea permanente.
Las mismas fuentes señalan que esperar la aprobación de Sinwar demora las negociaciones. Como los bombardeos israelíes destruyeron gran parte de la red de telecomunicaciones de la franja, el mensaje a veces tarda un día en llegarle a Sinwar y hay que esperar otro día para recibir una respuesta.
Mirada aguda del enemigo
Según funcionarios de Israel y Occidente, en el transcurso de estas negociaciones, que se estancaron nuevamente en El Cairo la semana pasada, Sinwar emergió como un adversario brutal y un hábil operador político, con una mirada muy aguda de la sociedad israelí y con capacidad de adaptar sus políticas en consecuencia.
Sinwar aprovechó sus años de cárcel en Israel para aprender hebreo y llegó a hacerse una idea cabal de la cultura y la sociedad israelíes, según exreclusos y funcionarios israelíes que lo monitoreaban en prisión. Y ahora Sinwar parece estar utilizando ese conocimiento para sembrar divisiones en la sociedad israelí y aumentar la presión sobre el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Los funcionarios de Israel y Estados Unidos creen que Sinwar ha programado la difusión de videos de algunos rehenes durante las fases cruciales de las conversaciones de alto el fuego para fogonear la indignación de la opinión pública israelí contra Netanyahu.
Algunos israelíes quieren que los rehenes sean liberados aunque eso implique aceptar el reclamo de Hamas de una tregua permanente que mantendría al grupo –y a Sinwar— en el poder de la franja. Pero Netanyahu no parece dispuesto a poner fin a la guerra, en parte debido a la presión de algunos de sus aliados de derecha, que amenazan con abandonarlo si pone fin a la guerra sin haber quebrado a Hamas.
Si Netanyahu ha sido acusado de prolongar la guerra en beneficio personal, también lo ha sido su archienemigo Sinwar.
Los agentes de inteligencia de Israel y Estados Unidos dicen que la estrategia de Sinwar es sostener la guerra el tiempo que sea necesario para destruir la reputación internacional de Israel y dinamitar su relación con Estados Unidos, su mayor aliado. Mientras Israel enfrentaba fuertes presiones para que no lanzara una ofensiva sobre Rafah, el domingo pasado Hamas lanzaba cohetes desde esa misma ciudad hacia un cruce fronterizo cercano, donde murieron cuatro soldados israelíes.
Si fue una movida táctica, parece haber funcionado: la semana pasada, Israel inició su operación militar en las afueras de Rafah, y fue en ese contexto que el presidente Joe Biden lanzó su crítica más dura a la política israelí desde que comenzó la guerra: dijo que si el ejército israelí iniciaba una invasión a gran escala del núcleo urbano de Rafah, frenaría los futuros envíos de algunas armas.
Imagen de unidad
Hamas y sus aliados niegan que Sinwar o el movimiento intenten sacar ventaja de un mayor sufrimiento para los palestinos. “La estrategia de Hamas es detener la guerra ya mismo para detener el genocidio y la matanza del pueblo palestino”, dice Ahmed Yousef, un veterano de Hamas que vive en Rafah.
Los funcionarios norteamericanos dicen que Sinwar muestra desdén por sus correligionarios fuera de Gaza, que nunca fueron informados de los planes para el ataque del 7 de octubre, y agregan que sus desacuerdos con otros líderes de Hamas fuera de Gaza han sido frecuentes a lo largo de la guerra. Mientras que los líderes de Hamas en otros países parecen más dispuestos a llegar a un acuerdo, Sinwar es más reacio a ceder terreno frente los negociadores israelíes, en parte porque sabe que probablemente lo maten igual o lo persigan de por vida.
Los miembros de Hamas tratan de proyectar una imagen de unidad y minimizan el rol personal de Sinwar en la toma de decisiones. Sostienen que Hamas tiene una cúpula elegida por sus miembros y que el rumbo del movimiento se decide de manera colectiva.
En febrero, el Ejército israelí difundió un video de una cámara de seguridad de uno de los túneles de Hamas en Gaza. Se veía a un hombre corriendo por el túnel, acompañado por una mujer y varios niños.
El Ejército israelí aseguró que se trataba de Sinwar huyendo con su familia. La afirmación es imposible de verificar: el hombre nunca muestra el rostro a cámara.
Traducción de Jaime Arrambide
Por Patrick Kingsley, Julian E. Barnes y Adam Rasgon
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