Ya no quedan obstáculos para que sean removidos los restos de Franco
El gobierno socialista podría concretar la exhumación antes de las elecciones de noviembre; los familiares del dictador no podrán elegir dónde será enterrado
LA NACIONSilvia Pisani
MADRID.- La Justicia española eliminó ya todo escollo para la exhumación del cadáver del fallecido dictador Francisco Franco, y todo indica que a partir del próximo viernes el gobierno del socialista Pedro Sánchez podría instrumentar su ejecución.
También aclaró que los nietos del "excaudillo" no tienen derecho a elegir el sitio de nuevo enterramiento y que deben aceptar el cementerio público de Mingorrubio, en las afueras de esta ciudad, de acuerdo con la elección que hizo el Ejecutivo.
Días atrás, el Tribunal Supremo había manifestado ya su posición favorable a la remoción del cuerpo de su actual sepultura de honor en el Valle de los Caídos.
Quedaba sin embargo un pequeño escollo al no contarse con el permiso de obra del caso, paralizado por un juez de Madrid, que exigía una "autorización especial" para levantar la pesada losa de granito que cubre la sepultura.
Muchos entendieron que esa exigencia era solo una excusa para trabar la exhumación. De hecho, los seis magistrados del Supremo pasaron por arriba de esa prevención y aseguraron que no hace falta permiso especial de obras.
"Se trata de un trabajo menor", sostuvieron en la sentencia, cuyo fallo, en sentido favorable, había sido anticipado días atrás.
Con eso ya no queda traba alguna para proceder. Al menos en los papeles, puesto que es conocida la resistencia personal del abad del monasterio benedictino que administra la iglesia bajo cuya cúpula está enterrado Franco.
Pero desde el Vaticano para abajo, pasando por el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, la posición oficial de la Iglesia fue de "absoluto acatamiento" y obediencia a lo que decidan los tribunales.
Se espera que el próximo viernes el gabinete de Sánchez avance en las disposiciones para proceder a la exhumación, que de ese modo se realizaría antes de las elecciones generales del 10 de noviembre.
La decisión implica la eliminación de honores para el hombre que ejerció el poder en España durante casi cuarenta años y será una de las medidas estrella a las que apelará Sánchez en la cita electoral.
Ninguno de los principales partidos políticos se opuso. Pero las expresiones de derecha del Partido Popular (PP) y de Ciudadanos (Cs) no la consideraron prioritaria y lamentan su "uso electoral".
"Me da igual dónde esté Franco y no gastaría un solo euro en su reubicación", dijo Pablo Casado, el líder del PP.
Pero Sánchez insiste en que es "una insoportable anomalía democrática" mantener al dictador en una tumba hecha para su glorificación.
Desde el gobierno socialista se indicó la intención de que tanto el desentierro como la reinhumación se realicen "con la máxima discreción", lejos de las cámaras y los focos de televisión.
"Nadie quiere hacer un show con esto", aseguró la vocera oficial del gobierno, Isabel Celáa.
Con esto termina una dura batalla judicial entre el ejecutivo y los nietos del dictador.
En sus reiterados reclamos, los descendientes de Franco exigieron que el nuevo destino del cadáver fuera la catedral de La Almudena, en pleno centro histórico de la ciudad.
El gobierno lo desechó desde un primer momento por cuestiones de seguridad.
El Tribunal Supremo avaló la posición al afirmar que en este caso la elección del destino para los restos de quien fue jefe de Estado "no es un derecho absoluto y puede ser limitado por razones de interés general, las cuales concurren en este caso".
La sentencia subrayó también la "extraordinaria singularidad" del caso en que dirimió entre las pretensiones del gobierno y la resistencia de la familia Franco.
"Tanto la forma en que [Franco] accedió al poder, su permanencia en él durante décadas y la manera en que lo ejerció no tienen parangón" con nada.
Con esto se fue el último escollo. Franco gobernó con mano de hierro desde 1939, cuando terminó la sangrienta guerra civil, hasta su muerte, en 1975.
Poco después, fue trasladado al Valle de los Caídos, en las afueras de esta ciudad, donde, hasta hoy, se le rinden honores y su tumba tiene siempre un enorme ramo de flores frescas.
La cuenta regresiva ya empezó y no será muy larga. Solo cuestión de días.
Por Silvia Pisani
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