Washington pone en la mira el poder de las cuatro grandes tecnológicas
El Congreso y el Ejecutivo se dividieron el escrutinio de Apple, Google, Amazon y Facebook, para investigar las acusaciones de monopolio, contenidos dañinos y falsos
WASHINGTON.- Desde Steve Bannon, exasesor de Donald Trump y catalizador de la nueva derecha radical estadounidense, hasta la senadora Elizabeth Warren, situada en el extremo izquierdo de los aspirantes demócratas a desbancar al republicano en 2020. Desde el propio presidente, que se quejó de su "ridículo sesgo político", hasta la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara baja, que esta semana advirtió que "el poder económico injustificado y concentrado en manos de unos pocos es peligroso para la democracia".
En un paisaje político más polarizado que nunca, la urgencia de controlar el poder de los gigantes tecnológicos suscita una insólita unanimidad. El lunes pasado, la Cámara de Representantes anunció la apertura de una investigación sobre el posible comportamiento monopólico de los gigantes tecnológicos. El debate sobre los límites del poder de Google, Facebook, Amazon y Apple pasa así de los ámbitos académicos y periodísticos al corazón mismo de la democracia estadounidense.
La iniciativa puede llevar a la primera revisión de las leyes de competencia en décadas y, sobre todo, al escrutinio público de una industria que no existía cuando se formularon esas normas y que, desde el último año, es objeto de duras críticas por su desmesurado poder, su gestión de la privacidad y su papel en la propagación de la desinformación.
"Ocurre pocas veces que haya un consenso así, pero cuando sucede, pasan cosas extraordinarias", advierte Barry Lynn, fundador del Open Markets Institute y veterano activista contra la concentración de poder.
"Hablamos de 18 meses de audiencias públicas. Republicanos y demócratas trabajando juntos en verdadera armonía. Estas audiencias educan a los legisladores, al público, al Poder Ejecutivo, a los medios de comunicación. La clave es el uso de la autoridad del Congreso de Estados Unidos para investigar y arrojar luz sobre estas corporaciones que son un peligro para nuestra democracia. Son la mayor amenaza a nuestra democracia desde la Segunda Guerra Mundial. Hay que actuar ya y con fuerza. Y el Congreso tiene todas las herramientas para hacerlo", sostiene Lynn.
El anuncio coincidió con otra ofensiva, en este caso por parte de la Casa Blanca. Horas antes del anuncio del Congreso, se supo que la Comisión Federal del Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Justicia, las dos entidades con jurisdicción en materia de competencia, se habían repartido a las cuatro compañías para investigarlas.
División
Según el anuncio, el escrutinio de Apple y Google quedará a cargo del Departamento de Justicia, mientras que el análisis de Amazon y Facebook quedará bajo la supervisión de la FTC. El anuncio provocó una caída de la cotización bursátil de las acciones de las cuatro compañías, que en el caso de Facebook llegaron a caer un 7%.
Charlotte Slaiman, abogada experta en competencia y consejera de la organización sin fines de lucro Public Knowledge, coincide en que ambas investigaciones son de una "importancia crucial".
"Las principales diferencias entre una y otra son que la del Congreso es más pública, mientras que el Departamento de Justicia y la FTC actúan más en silencio hasta que publican sus conclusiones. Además, estos están constreñidos a investigar eventuales violaciones de las leyes antimonopolio, mientras que el Congreso no tiene límites", explica.
Igual que los excesos de Wall Street alimentaron la campaña de las elecciones presidenciales de 2008, el año en que explotó la gran crisis financiera, el debate sobre el poder de los gigantes tecnológicos está llamado a convertirse en uno de los grandes temas de la campaña de 2020.
La senadora Warren ya ha dicho que obligaría a las grandes tecnológicas a desmembrarse y a dar marcha atrás en operaciones como la compra de Instagram o WhatsApp por parte de Facebook.
Se cree que su propuesta obligará al resto de los candidatos demócratas a posicionarse y probablemente los arrastrará a posiciones extremas contra unas compañías que, en apenas un año, quedaron convertidas en poco menos que los villanos oficiales ante la opinión pública.
Punto de inflexión
Hace solo un año que se produjo el escándalo de Cambridge Analytica, que golpeó la reputación de Facebook y comenzó a suscitar preguntas sobre las prácticas de estos gigantes. Pero, desde entonces, poco se ha hecho para limitar su poder. Sin embargo, con las nuevas medidas parece que eso está cambiando.
En el terreno de la competencia, a Google se la acusó básicamente de favorecer sus propios productos en las búsquedas que realizan los usuarios y de abusar de su influencia en el mercado publicitario.
Facebook está bajo investigación por convertirse en un monopolio en redes sociales, con la adquisición de Instagram y WhatsApp.
Amazon, que controla la mitad del comercio online, está acusada de presionar a los vendedores que utilizan la plataforma.
Y a Apple, de abusar de su posición de monopolio en su mercado de aplicaciones.
"El crecimiento del poder de monopolio en nuestra economía es uno de los desafíos políticos y económicos más acuciantes a los que nos enfrentamos hoy", resumió el congresista David Cicilline, al anunciar la investigación.
"Después de dos décadas de escaso control antimonopolio y hostilidad judicial hacia estos casos, es crítico que el Congreso tome cartas en el asunto para determinar si las leyes existentes son adecuadas para combatir la conducta abusiva de los guardianes de las plataformas o si necesitamos contar con nueva legislación".
Sin embargo, no cabe esperar que los poderosos gigantes se limiten a esperar los golpes de brazos cruzados en esta batalla crucial sobre su futuro que se librará en Washington (ver aparte).
En poco tiempo, las grandes tecnológicas se convirtieron en uno de los principales actores en la industria del lobby, a la par de históricas potencias del rubro, como los sectores armamentístico, automovilístico o bancario.
Juntas, las cuatro compañías ya gastaron más de 55 millones de dólares en prácticas de lobby el año pasado, el doble que en 2016, según el Center for Responsive Politics, que contabiliza estas contribuciones.
El mes pasado, la Asociación de Internet, el grupo de cabildeo que representa a Amazon, Facebook y Google, entregó su premio a la libertad en internet. La distinguida fue Ivanka Trump, hija del presidente y esposa de su consejero, Jared Kushner.
El País
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