Wall Street sufrió una masacre en su peor día desde el "lunes negro" de 1987
WASHINGTON.- El pánico desatado de los inversores sembró una masacre en Wall Street, donde se vivió otro día nefasto, el peor desde el "lunes negro" de octubre de 1987, con fuertes caídas luego del anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer una veda para los extranjeros que quieran viajar desde algunos países de Europa, el nuevo epicentro de la pandemia global del coronavirus. El nuevo desplome llegó tras un brutal derrape de los mercados en Asia y en Europa.
Tal como había ocurrido el lunes último, las operaciones se suspendieron de manera automática y momentánea luego de la apertura, ante una nueva ola de venta que provocó una rápida baja de los principales índices. Al cierre de otro día frenético, la campanada final dejó pantallas teñidas de rojo. El índice Dow Jones perdió un 10%, mientras que el S&P 500 retrocedió otro 9,5% en otro día marcado por la ansiedad y la incertidumbre sobre el alcance de la pandemia, y la ausencia de una respuesta sólida y consistente por parte del gobierno federal para contener la propagación de la enfermedad y proteger a la economía.
Trump quedó bajo una ola de críticas por la respuesta de su gobierno a la crisis, en particular por la lentitud y las complicaciones para distribuir y realizar exámenes a las persona con síntomas, o que estuvieron expuestas al virus. A eso se sumó el caos, la confusión y la desinformación provocada por sus mensajes contradictorios y falsos sobre la epidemia, incluido su discurso desde el Salón Oval de la Casa Blanca, la noche anterior, en el que anunció la veda a Europa.
Las bolsas europeas sufrieron una debacle tremebunda, con caídas de dos dígitos en las principales capitales del Viejo Continente, devenido en el nuevo epicentro global de la pandemia que originada en China. La bolsa de Milán se desplomó un 17%, Frankfurt retrocedió un 12,2%, mientras que el índice Stoxx 600, un indicador de referencia de las empresas europeas, cayó un 11,5 por ciento. El petróleo Brent bajó un 7,2% y cerró a 33,22 dólares por barril.
Luego del mediodía, la Reserva Federal de Nueva York, una de las filiales de la Fed, el banco central de Estados Unidos, decidió intervenir y salió a intentar poner calma entre los inversores y anunció que inyectaría US$ 1,5 billón de dólares en el sistema para garantizar la liquidez e intentar estabilizar los mercados. La Fed dijo que la inyección de fondos extraordinaria respondía a los problemas asociados con el brote de coronavirus. La movida sólo sirvió para frenar la debacle durante un rato.
Veda a Europa
En Estados Unidos, los inversores intentaban digerir un día plagado de decisiones por parte del gobierno federal, los estados y las ciudades, y las empresas para incorporar el "distanciamiento social" a la vida diaria de la gente, y frenar el avance de la pandemia. El cúmulo de decisiones que se dieron a conocer en las últimas 48 horas –cancelaciones de temporadas y eventos deportivos, clases, cierre de museos y parques recreacionales, y, sobre todo, la veda de Trump a Europa– parecía ser demasiada información para procesar para los mercados, y la estrategia que dejaban al descubierto los indicadores era vender primero, y evaluar las consecuencias después.
Anoche, en una medida drástica y sin precedentes para evitar una mayor propagación de la pandemia del nuevo coronavirus en Estados Unidos, Trump había anunciado que suspendería todos los viajes para los extranjeros por 30 días desde Europa, con excepción del Reino Unido, y el resto de los países fuera del área Schengen.
Pero el discurso de Trump a la nación desde el Salón Oval de la Casa Blanca quedó teñido por las desprolijidades y la confusión: Trump dijo que suspendía "todos los viajes" desde Europa, y que la prohibición afectaba también al comercio, pero luego la Casa Blanca y el propio Trump, en un tuit, aclararon que el comercio quedaba exceptuado, y que la veda sólo tocaba a los países del área Schengen y afectará sólo a los extranjeros que hayan estado físicamente en esos países 14 días previos a su viaje a Estados Unidos.
Al final, la debacle dejó a los tres principales índices de Wall Street en territorio de mercado "bajista", y terminó de ponerle punto final a la racha "alcista" de 11 años que recorrió la bolsa de Nueva York desde las cenizas de la crisis financiera global. Desde el pico que tocó el mercado a mediados de febrero, el Dow Jones, el S&P 500 y el tecnológico Nasdaq han ya perdido más del 25 por ciento, y por ahora hay poco que sugiera que las acciones saldrán pronto del tobogán.
El derrumbe del mercado golpeó en particular a las acciones las empresas vinculadas al turismo y los viajes, como las aerolíneas. Delta Air Lines y United Airlines cayendo un 21% y un 24,8%, respectivamente. Y las empresas de cruceros Royal Caribbean Cruises y Norweigan Cruise cayeron más del 30%, el mismo día en el que Prince Cruises suspendió las operaciones durante 60 días, y Viking Cruises canceló los cruceros hasta fines de abril.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo ayer que todavía era difícil saber cuál sería el daño a la economía global que imprimiría el avance de la pandemia. China ha logrado comenzar a poner otra vez en marcha sus líneas de producción, pero el impacto a la demanda global todavía es una incógnita. En medio del derrape de los mercados, y al responder a las inquietudes sobre el futuro de la economía global, el director de Comunicaciones del Fondo, Gerry Rice, indicó: "Es difícil de predecir en este momento".
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