David Koresh, el “mesías pecador” de Waco que desató una feroz masacre
El líder de los davidianos confrontó al FBI desde el rancho de Mount Carmel; el enfrentamiento resultó en decenas de muertos y heridos
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En la mañana del 28 de febrero de 1993, 75 agentes del Departamento de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) de Estados Unidos y del FBI comenzaron a rodear el ingreso de Mount Carmel Center, un rancho ubicado a escasos 14 kilómetros de la localidad de Waco, en Texas.
Su misión no era sencilla: ejecutar una orden de allanamiento contra sus habitantes, la Rama de los davidianos, una secta religiosa que predicaba la inminente llegada del fin del mundo sobre la que pesaban acusaciones de tenencia ilegal de armas de fuego.
Su gurú espiritual, David Koresh (nacido Vernon Howell), también estaba en la mira de las autoridades por cargos aún más aberrantes: el abuso sexual de varias niñas que vivían en aquella comunidad, a las que había tomado como esposas con el objetivo de engendrar con ellas una raza de líderes para gobernar el mundo luego del Apocalipsis. Los medios locales, incluso, tenían un apodo especial para él: el "Mesías pecador".
Los agentes de la ATF sabían que la condición necesaria para un allanamiento exitoso era tomar por sorpresa a los davidianos. Pero la casualidad arruinó sus planes: un reportero se enteró del operativo y le preguntó a un cartero cuál era el mejor camino para llegar a Mount Carmel. No sabía que estaba hablando con el cuñado de Koresh.
A las 9:45 de aquel domingo, las fuerzas de seguridad ya estaban completamente desplegadas en el lugar. Algunos de sus integrantes llevaban su grupo sanguíneo escrito con lapicera o marcador en sus brazos o cuellos. Querían que los médicos contaran con esta información en caso de que fueran heridos por los miembros fuertemente armados de la secta. Se escuchó un disparo. Era hora de entrar.
Los recuentos de uno y otro lado hablan de un tiroteo feroz. “Aproximadamente 45 minutos después del tiroteo, el volumen de disparos finalmente comenzó a disminuir. Nos estábamos quedando sin municiones. Sin embargo, los davidianos tenían bastantes”, dijo después Chuck Hustmyre, uno de los agentes que participaron del operativo.
Recién al mediodía se negoció un alto al fuego. Para ese momento, ya habían muerto cuatro agentes de la ATF y otros 16 habían resultado heridos. También murieron cinco davidianos y el propio Koresh recibió dos disparos, uno en una mano y otro en el estómago.
El FBI se hizo cargo del operativo tras recibir noticia de la muerte de sus agentes. Se decidió cortar las comunicaciones de la secta con el mundo exterior y armar un equipo de 25 negociadores para lograr su rendición. Aunque acordaron la liberación de 19 niños de entre cinco meses y 12 años de edad (varios de los cuales reconocieron después haber sido víctimas de abuso), Koresh no aceptaba los términos propuestos por las autoridades.
El enfrentamiento final
A medida que se postergaba el final del conflicto, surgió una grieta entre los agentes que favorecían la negociación y los que exigían el uso de la fuerza. El 19 de abril, 51 días después de que se disparara el primer tiro en Mount Carmel, se impusieron las fuerzas federales.
El FBI se preparó con fusiles, granadas y vehículos blindados para el asedio final. A las 5.50 de la madrugada, llamaron a los davidianos para advertirles que busquen refugio. Según su recuento, alguien atendió el teléfono, pero en vez de responder tiró el aparato por la puerta.
A las 6, un dispositivo plantado por el FBI grabó a un hombre preguntándole a otro: “¿Ya lo derramaste?”. Menos de una hora y media después, cuando los davidianos eran atacados con gases lacrimógenos, otro individuo es registrado diciendo: “Hay que esparcir el combustible por todos lados antes de comenzar”. A las 11.30, se llegó a la conclusión de que se estaba planeando incendiar el complejo desde adentro.
Las primera llamas aparecieron al mediodía y, pasadas las 12.30, hicieron colapsar el techo del complejo. El intenso calor también hizo estallar los arsenales que escondían los davidianos. Poco antes de las 13:00, los camiones de bomberos ingresaron a Mount Carmel. De los 85 davidianos que allí vivían murieron 76, 20 de los cuales eran niños. El cuerpo de Koresh fue encontrado a las 15.45 con un disparo en la cabeza.
Aunque la versión oficial del gobierno estadounidense fue que los davidianos planificaron el incendio, los sobrevivientes de la secta buscaron culpar a las autoridades por el siniestro. Nueve de ellos fueron a prisión por cargos que iban desde la tenencia ilegal de armas de fuego hasta homicidio involuntario.
Los ecos de esta tragedia trascendieron a Waco. El 19 de abril de 1995, dos años después del asedio final, un veterano de la guerra del Golfo, Timothy McVeigh, hizo explotar un coche bomba frente a la sede de la ATF en Oklahoma para vengar a los davidianos. Con 168 víctimas, fue el mayor atentado en Estados Unidos hasta el 11 de septiembre de 2001.
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