Vox rompe sus pactos con el PP y se abre una guerra en la derecha española
El partido de ultraderecha retiró su apoyo en cinco autonomías por el apoyo de su aliado a la distribución de migrantes
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BARCELONA.– En una inesperada crisis entre las dos principales fuerzas de oposición de España que generó un fuerte revuelo político, el partido de ultraderecha Vox decidió romper sus pactos de gobierno con el Partido Popular (PP) en las cinco autonomías en las que su apoyo fue clave para la formación de gobiernos de derecha el año pasado.
El detonante fue la decisión del PP de pactar con el gobierno nacional, liderado por el socialista Pedro Sánchez, la distribución entre varias autonomías de cerca de 400 migrantes menores que se hacinaban en los centros de acogida de las Canarias. La decisión suscitó una fuerte polémica dentro de las filas de Vox, y varios de sus dirigentes autonómicos se declararon en rebeldía.
La crisis estalló a mitad de semana, cuando el gobierno autonómico de Canarias, formado por el propio PP y el partido regionalista Coalición Canaria, lanzó una señal de alarma. Sus centros de acogida de menores migrantes no acompañados estaban totalmente desbordados. Con una capacidad para 4000 personas, contaban ya con más de 6000. Se imponía que otras comunidades se hicieran cargo de ellos. En plena negociación, el líder de Vox, Santiago Abascal, advirtió al PP que si las comunidades en las que tenían un pacto aceptaban recibir un solo niño, romperían los acuerdos de gobierno. El PP no cedió a la amenaza y, al día siguiente, Abascal aplicó la ruptura, desatando una guerra en los partidos de la derecha española.
En una comparecencia pública, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, calificó de “incomprensible” la decisión de Vox y los acusó de salvar a Sánchez en un delicado momento político, cuando su esposa y su hermano enfrentan denuncias de corrupción. “Abascal ha ayudado sin ninguna duda a en uno de los peores momentos al señor Sánchez”, dijo.
“No han medido el movimiento, se han pasado de frenada y han descarrilado”, declaró también Feijóo, que atribuyó la ruptura a “una facción de la dirección nacional de Vox” que se ha “impuesto” a los cargos autonómicos. De hecho, varios de los responsables autonómicos se negaron a acatar la condición y ya dejaron en claro que abandonarán la formación de ultraderecha.
En el resto de autonomías, los presidentes del PP optaron ayer por ejecutar una reestructuración de sus Ejecutivos y redistribuir los cargos que ostentaban los representantes de Vox entre sus propias filas. Además de las cinco mencionadas regiones, la ruptura también pone en peligro el futuro del gobierno de las islas Baleares, pues allí el PP selló un pacto de legislatura con Vox para que sus diputados sostuvieran al gobierno, pero sin entrar a formar parte de él.
De momento, todos los presidentes autonómicos populares anunciaron su intención de gobernar en minoría. Habrá que ver si esto es posible o se verán obligados a realizar una convocatoria anticipada de elecciones durante los próximos meses, cuando deberán presentar sus proyectos de presupuestos para 2025. La otra opción que quedaría a los presidentes populares sería pactar con el PSOE, algo también altamente improbable.
Tres factores
Existe un amplio consenso en los círculos políticos de Madrid de que la decisión responde a un cálculo estratégico de Abascal, y que el detonante, la posible llegada de algunos menores migrantes, fue una simple excusa. Todas las autonomías en las que Vox formaba parte del gobierno ya acogían a niños extranjeros sin tutores a cargo. El reparto pactado de los 400 chicos representa tan solo un parche temporal, y muchas voces urgen a reformar la ley de extranjería para que la distribución no esté a expensas de la solidaridad de las autonomías, sino que sea obligatoria. En la actualidad, los territorios más cercanos a la frontera, como Canarias o los enclaves de Ceuta y Melilla, soportan solos la presión migratoria.
Según el analista Enric Juliana, la estrategia de Vox tiene como objetivo tener las manos libres y poder competir con el PP en caso de un adelanto electoral en España, un escenario más probable tras las elecciones catalanas y el veto de algunos tribunales a la aplicación de la ley de amnistía. La continuidad de Pedro Sánchez depende del apoyo de los independentistas catalanes, ahora más incierto que nunca. En el PP, se considera que, a nivel del conjunto del Estado, la ruptura con Vox les podría beneficiar porque les permite centrarse y luchar por el electorado más moderado del PSOE, hostil a cualquier pacto con la ultraderecha.
Otros dos factores pueden haber influido en la decisión de Abascal. En primer lugar, el hecho de que el PP llegara recientemente a un acuerdo con el PSOE para la renovación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, cuyo mandato caducó hace más de cuatro años. Para los de Abascal, es tabú cualquier pacto de Estado con Sánchez, al que consideran un autócrata. Además, Vox podría temer la competencia de un nuevo partido de extrema derecha de nueva creación, Se Acabó la Fiesta, la revelación de las elecciones europeas del pasado 9 de junio, y habría optado por reforzar perfil político en el tema que más lo distingue del resto de partidos: la hostilidad a la migración.
Todo indica que el cierre de un largo ciclo electoral de más de un año con las elecciones europeas del mes pasado no servirá para calmar las procelosas aguas de la política española. A la polarización entre izquierda y derecha que experimenta desde hace años, se le añadirá ahora una dura batalla intestina en el campo de la derecha.
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