Volar en clase turista, cada vez más apiñados y a los golpes
Las compañías reducen la distancia entre asientos, pese a que los pasajeros son cada vez más altos y grandes
NUEVA YORK.- Volar en clase turista puede costarnos un ojo morado en estos días.
Cuando Rory Rowland, consultor y conferencista, le pidió a quien estaba sentado delante de él durante un vuelo nocturno que no reclinara su asiento, recibió una negativa destemplada. Más tarde, cuando se levantó para ir al baño y el otro pasajero en cuestión se había quedado dormido, le sacudió todo lo que pudo el asiento a golpes de cadera y luego, cuando el enfurecido pasajero se quejó a la azafata, simplemente puso cara de inocente.
Como viajar en avión se parece cada vez más a apiñarse en una lata de sardinas, volar se convirtió en un deporte de contacto, sobre todo cuando se trata de reclinar los asientos. Y las cosas tienden a empeorar, pues las aerolíneas están reformulando cada milímetro del espacio de cabina.
Durante las últimas dos décadas, el espacio entre los asientos -que nunca fue precisamente holgado- se redujo alrededor de un 10%, de 86 cm a entre 76 y 81 cm. Actualmente, algunas aerolíneas están apretando aún más las clavijas, dejando sólo unos 71 cm en los que no entran ni las rodillas.
Para ganar un poco más de espacio, las empresas están optando por una nueva generación de asientos que utilizan materiales más livianos y menos acolchados, en los que el bolsillo de las revistas está encima de la bandeja y hasta reduciendo o incluso eliminando la reclinación de los asientos. Algunas empresas, además, están reduciendo la cantidad de cocinas y de baños.
Southwest, la aerolínea de cabotaje más grande de Estados Unidos, está instalando asientos menos acolchados y hechos con materiales más delgados: un estrecho y grácil modelo de asiento conocido en el negocio como "línea esbelta", que también reduce el máximo reclinable de 8 cm a 5 cm. Estos nuevos asientos le permiten a Southwest agregar otra hilera de 6 asientos en cada vuelo y así sumar 200 millones de dólares en flamantes ganancias anuales.
"Tal y como está el negocio actualmente, el objetivo es meter la mayor cantidad de asientos posible en la cabina", dijo Tom Plant, gerente general de asientos y butacas de B/E Aerospace, uno de los mayores fabricantes del rubro.
"A todos nos gustaría que hubiera más espacio en los aviones, pero a todos nos gusta que el precio del pasaje sea competitivo", agregó.
Algunas empresas están llevando el apretujamiento a nuevas alturas.
En algunos vuelos, por ejemplo, Spirit Airlines usa asientos con una inclinación fija de 7,5 cm. Habrá que llamarlos como los llaman ellos: asientos "pre-reclinados".
Spirit Airlines es una aerolínea de bajo costo que empezó a instalar estos asientos en 2010, apiñando a los pasajeros al nivel máximo registrado en el sector: 71 cm.
Mientras la clase turista de un Airbus A320 tiene tradicionalmente espacio para 150 pasajeros, Spirit llega a meter 178. Y, según Spirit, eso es muy bueno. "Los clientes agradecen no sufrir más perturbaciones por la reclinación del asiento de adelante", dijo Misty Pinson, vocera de Spirit.
Rick Seaney, director ejecutivo de FareCompare.com, dijo que el negocio de las aerolíneas cambió mucho en los últimos años, desde que las empresas dejaron de lado los aviones más antiguos y empezaron a viajar prácticamente sin asientos desocupados. En los últimos cinco años, dijo Seaney, las aerolíneas redujeron su capacidad -el número de asientos con los que cuentan- en alrededor de un 12%. "La contracara es que no pueden permitirse volar con asientos libres -dijo Seaney-. Es un cambio enorme."
Más altos, más grandes
Los asientos más chicos no son la única razón por la que los pasajeros se sienten más apretados hoy en día. Lo cierto es que los pasajeros son cada vez más altos y grandes.
En las últimas cuatro décadas, el norteamericano promedio ganó más de 10 kilos de peso y su cintura se ensanchó en más de 6 cm, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades. Las dimensiones de los aviones, sin embargo, no cambiaron, como tampoco el ancho promedio de los asientos de clase turista, que ronda los 45 cm.
Mientras las cabinas se van llenando de más gente, las empresas dicen que sólo piensan en los clientes y que intentan mantener bajos los costos. Jude Bricker, vicepresidente de planificación de Allegiant, dijo que los asientos no reclinables de su empresa tienen menos partes móviles y por lo tanto requieren menos mantenimiento, o sea, cuestan menos. Según Bricker, eso permite que la empresa mantenga bajos sus precios.
"Los comentarios y actitudes de nuestros clientes nos recuerdan permanentemente que lo que más les importa es que la tarifa sea baja y el servicio, razonable", dijo Bricker.
A los pasajeros dispuestos a pagar más, las empresas les ofrecen más espacio. La clase ejecutiva sigue siendo un mercado hipercompetitivo, con innovaciones constantes y nuevas comodidades, como los asientos completamente reclinables.
Y son cada vez más las aerolíneas que ofrecen varias hileras en clase turista que tienen más espacio para las piernas a cambio de un recargo.
Hay otras maneras de resolver los conflictos que no pasan por sacudir el asiento de otros pasajeros, tal como pudo descubrir Rowland. "Ahora me inclino hacia delante, los palmeo en el hombro y les digo que si no reclinan el asiento, les invito un trago", dijo Rowland.
Reducir costos, como sea
Algunas de las medidas para ganar más asientos:
- Espacio entre filas
En las últimas dos décadas, el espacio entre los asientos se redujo casi un 10%, de 86 cm a entre 76 y 81 cm. Actualmente, algunas aerolíneas sólo dejan unos 71 cm
- Asientos más chicos
Varias empresas están optando por una nueva generación de asientos que utilizan materiales más livianos y menos acolchado, en los que el bolsillo de las revistas está encima de la bandeja.
- Reclinación reducida
Para ahorrar espacio, las compañías también comenzaron a reducir la reclinación de sus asientos y en algunos casos hasta liminarla por completo.
Jad Mouawad y Martha C. White