Coronavirus: cómo son las estrategias globales para convivir con la pandemia
NUEVA YORK.- China está testeando cuadra por cuadra a los empleados gastronómicos y a los repartidores de delivery. Corea del Sur dio instrucciones para el uso de dos tipos de máscaras diferentes en situaciones sociales de distinto nivel de riesgo. Alemania ordenó a las autoridades regionales que apliquen mano dura cuando el número de contagios por coronavirus supere cierto umbral. Y en Gran Bretaña, como parte de la estrategia localizada del primer ministro Boris Johnson, el gobierno apuntará a sofocar los focos comunitarios.
En todo el mundo, los gobiernos que parecían haber domado al virus se están teniendo que reconciliar con la idea de que la enfermedad llegó para quedarse. Pero a diferencia de las cuarentenas y cierres a nivel nacional que causaron estragos económicos, están buscando maneras de detectar y frenar los brotes antes de que conviertan en una tercera o cuarta oleada de contagios.
Si bien difieren en los detalles, las estrategias coincidenen darle a los gobiernos la posibilidad de endurecer o flexibilizar las cuarentenas a medida que sea necesario. Todas implican una combinación de testeos y monitoreosintensivos, tiempos de respuesta instantáneos de parte de las autoridades, estrictos controles fronterizos y constantes campañas de concientización de la población sobre los peligros del contacto humano constante.
Estas nuevas estrategias por lo general requieren el trabajo conjunto, estrecho y coordinado de las autoridades nacionales y locales, que deben superar todo tipo de diferencias, desde sistemas informáticos incompatibles hasta viejas disputas distritales y rivalidades burocráticas. De hecho, en Gran Bretaña ya hay jefes comunales que se quejan de la falta de coordinación de los esfuerzos contra la pandemia.
Ese cambio de estrategia es un reconocimiento de que ni los países más exitosos podrán cantar victoria hasta que no haya una vacuna efectiva. También deja expuesto el grave problema que representan para el resto del mundo países como Estados Unidos, Brasil y la India, que nunca lograron contener el brote inicial y desde donde el coronavirus seguirá acechando para volver a propagarse. "Para siempre entre nosotros", dice Simon James Thornley, epidemiólogo de la Universidad de Auckland. "Ni siquiera creo que podamos eliminarlo a largo plazo: tendremos que aprender a convivir con el virus".
The new normal in countries that've tamed the virus is neither lockdown nor business as usual. It's a kind of virus whac-a-mole, and it depends on test and trace capabilities that don't yet exist in many places. w @suilee and @EmmaBubolahttps://t.co/9FZq9hUXsA&— Benjamin Mueller (@benjmueller) June 24, 2020
El riesgo de un rebrote sigue siendo enorme incluso en lugares donde el coronavirus parece actualmente controlado. En Tokio, la semana pasada se registraron 253 nuevos contagios, 83 de ellos en el barrio donde se concentra la vida nocturna. En Gütersloh, en el oeste de Alemania, dieron positivo más de 1500 trabajadores de un frigorífico, obligando a las autoridades a confinar a toda la localidad. Y Corea del Sur, otro ejemplo de respuesta rápida, ya anunció que en los últimos días se registraron decenas de nuevos infectados. En Roma, que hasta hace poco había implementado una de las cuarentenas más estrictas de Europa, ya hay 122 personas conectadas con un foco inicial en el hospital San Raffaele Pisana. Unos días después, se confirmó el contagio de 18 vecinos de un complejo de departamentos con baño compartido.
Algunos países, como Corea del Sur o Japón, también están buscando una respuesta flexible a largo plazo. Corea del Sur la llama "estrategia de cuarentena cotidiana". Los surcoreanos nunca implementaron cuarentenas tan estrictas como en otros países y las medidas de distanciamiento social nunca fueron coercitivas, aunque sí enfáticamente recomendadas. Sin embargo, el país se puso el difícil objetivo de no superar los 50 nuevos casos diarios, una cifra que sería manejable para el sistema de salud pública surcoreano, incluidos los testeos y subsiguiente rastreo de contactos.
Las autoridades de Seúl van modificando las reglas a medida que se hace necesario. Tras una segunda oleada de contagios en la capital, los funcionarios cerraron las oficinas públicas durante dos semanas e implementaron el uso obligatorio de tapaboca en los medios de transporte. El gobierno surcoreano fue agregando nuevas recomendaciones a medida que fue entendiendo mejor el funcionamiento del brote.
En las empresas, los empleados deben sentarse en zigzag, y cada dos horas deben apagarse los aires acondicionados para ventilar las oficinas. También le recomendaron a la gente que durante el verano use dos máscaras diferentes: un barbijo tipo quirúrgico en situaciones normales y una máscara de uso intensivo, similar a las mascarillas N95 que usan los trabajadores de la salud, en lugares congestionados de gente.
Reiniciar la economía
Japón, que solo impuso restricciones parciales, también quiere que las nuevas limitaciones sean leves para ayudar a reiniciar su economía. De hecho, está considerando permitir el ingreso de viajeros de Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y Vietnam. El primer ministro Shinzo Abe ya alertó que al ser una nación insular, Japón no puede permitirse mantener cerradas sus fronteras por más tiempo. El viernes pasado, Japón lanzó una aplicación de celular de rastreo de contactos, que alerta a los usuarios si estuvieron en contacto con una persona que dio positivo en los últimos 14 días. Las concesionarias de trenes lanzaron una aplicación y un sitio web que les informan a los pasajeros el nivel de congestión de los vagones en tiempo real.
2. Among all the measures I've seen, I'm most intrigued by some of South Korea's. Most people carry TWO different types of masks for different social settings. Air conditioners should be turned off every 2 hrs. People should sit in a zig zag fashion when they eat.&— Sui-Lee Wee ??? (@suilee) June 24, 2020
Algunos países, como China, están aprendiendo a relajar algunos de sus draconianas restricciones iniciales. Cuando se desató el brote, el gobierno de Pekín había literalmente aislado a decenas de millones de personas en la ciudad de Wuhan y toda la provincia de Hubei. Preocupados por el perjuicio económico, los líderes chinos habían relajado las restricciones. Las autoridades de Pekín habían permitido que los vecinos se quitaran el barbijo en lugares abiertos y había aflojado con los ubicuos controles de temperatura en toda la ciudad.
Después, el 12 de junio, las autoridades municipales anunciaron que se habían detectado 53 casos positivos de coronavirus vinculados a un mercado de la ciudad. Pero en vez de confinar a toda la capital, los funcionarios clausuraron rápidamente el mercado y la zona residencial circundante, movilizando a casi 100.000 voluntarios para testear a más de dos millones de vecinos en una semana. "Una ciudad tan grande como Pekínno puede estar en estado de guerra y resistencia para siempre", dice Mao Shoulong, profesor de políticas públicas de la Universidad Renmin, en Pekín. "¿Cuántas veces más podremos aguantar esto?".
A diferencia de Wuhan, ahora las medidas son focalizadas. Otros barrios de Pekín siguieron abiertos como siempre. El gobierno chino parece preferir los testeos masivos enfocados en grupos específicos, además de la gente vinculada con el brote en el mercado, y dice que también testeará a quienes viven en barrios de riesgo alto y medio, a los empleados de restaurantes y comercios minoristas, a estudiantes y personal docente y no docente, y a los trabajadores de la salud.
Si bien muchas de esas medidas son muy localizadas, requieren una estrecha coordinación con las autoridades centrales y las jurisdicciones distritales. Inglaterra, por ejemplo, está estudiando implementar cuarentenas a medida alrededor de focos concretos de casos, pero las autoridades locales advierten que el sistema es un colador de potenciales casos.
Las autoridades sanitarias de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte son mayormente responsables de sus propias estrategias de contención. En Inglaterra, donde las autoridades se quejan de la falta de datos de testeos de parte del gobierno central, son los empleados y administradores de los edificios los que cargaron sobre sus hombros la tarea de llevar la cuenta de los infectados y responder ante cada nuevo foco de contagio. De hecho, el gobierno elogió a algunas empresas por la rapidez con la que tomaron medidas al producirse un foco en sus establecimientos, como ocurrió con una importante cadena minorista con sede en Lancashire.
Pero para controlar un virus hay que saber dónde acecha y eso es particularmente difícil con un virus que en 80% de los casos tiene síntomas leves o imperceptibles. Hay funcionarios de salud locales que dicen enterarse de los focos por las noticias y el nivel de detalle que necesitan las autoridades para decidir una cuarentena o confinamiento focalizados sigue siendo difícil de recabar. "Toda pandemia empieza con un brote local", dice Lincoln Sargeant, máxima autoridad de salud pública del distrito de North Yorkshire, Inglaterra. "Para enterarse, hace falta un trabajo de inteligencia minucioso y en el momento justo"-
The New York Times
Traducción de Jaime Arrambide
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