Vientos huracanados y un mástil quebrado, los potenciales causantes de la tragedia del velero de lujo
Según testigos, una violenta tormenta rompió el impresionante mástil del Bayesian, luego de lo cual la nave se dio vuelya y se hundió: contínúa la búsqueda de los seis desaparecidos
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ROMA.– Del paraíso al infierno. De vacaciones soñadas, navegando varios días en las aguas azules del Mediterráneo en un yate de superlujo, a una tragedia que conmovió a Italia y al mundo.
Justo cuando la isla de Sicilia rogaba desde hacía meses –literalmente– que llegara la lluvia que pudiera aliviar una sequía sin precedente, una violenta tormenta, que incluyó un tornado mortal, provocó en la madrugada de ayer el dramático naufragio de un velero de lujo que llevaba a 22 personas. La mayoría, británicas, pero también estadounidenses, canadienses, neozelandeses y de otras nacionalidades; de ellas, diez tripulantes, de los que solo sobrevivieron 15. La fatalidad, que algunos vinculan a los fenómenos extremos provocados por el cambio climático, causó la muerte de una persona –el chef Ricardo Thomas– y la desaparición de otras seis, entre ellas el magnate Mike Lynch, considerado el “Bill Gates” de Gran Bretaña, y su hija de 18 años, Hannah.
Fundador de una multinacional informática, de 59 años, por esas cosas del destino Lynch había sido el organizador de un viaje de placer-premio de lo más exclusivo, al que había invitado a varios de sus empleados, junto a sus familiares, pero que resultó una trampa mortal.
Bautizado Bayesian, el velero, que había zarpado desde Rotterdam y había realizado un crucero por las aguas del Mediterráneo, ingresando por el estrecho de Gibraltar, se encontraba anclado frente al puerto de Porticello, en el golfo de la ciudad de Palermo. Pasaba allí la noche, después de haber navegado durante el día frente a las costas de Cefalú, otra bellísima localidad de la isla de Sicilia. El plan era seguir rumbo hacia las magníficas islas Eolias cuando, entre las cuatro y las cinco de la mañana, ocurrió la hecatombe.
Debido a vientos fuertísimos y a una tromba marina, la embarcación, que medía 56 metros de largo y pesaba alrededor de 474 toneladas, primero se dio vuelta y luego se hundió. El Bayesian, una joya náutica que se destacaba por tener el mástil de aluminio más alto del mundo, con una impresionante altura de 75 metros –algo que algunos creen que pudo resultarle mortal–, recibió los primeros auxilios de una embarcación cercana. Y después, de la Guardia Costera, que horas más tarde, en medio de gran conmoción, helicópteros en la zona y alerta entre las autoridades de socorro, confirmó haber rescatado a 15 personas. Entre ellas estaban la esposa de Lynch, Angela Bacares, de 57 años, y una beba de un año, Sophie.
“Por un par de segundos perdí a la niña en el mar, después pude abrazarla en medio de la furia de las olas”, contó su mamá, Charlotte Golunski, de 36 años, que fue llevada a un hospital enseguida, como el resto de los sobrevivientes. Golunski relató al Corriere della Sera que, junto a su marido, de la misma edad, en medio de los truenos y relámpagos que hacían bailar enloquecidamente al elegante velero, decidió salir de la cabina y subir a cubierta junto a la beba. Se había dado cuenta de que esa tormenta no era normal y que se avecinaba un desastre.
Se cree que las personas desaparecidas quedaron atrapadas en el interior de las cabinas. Buzos de los bomberos, que durante el día siguieron trabajando a todo ritmo en busca de los desaparecidos, en efecto, hicieron saber que “desde los ojos de buey habían visto cadáveres”. Los restos del velero se encuentran a 49 metros de profundidad y 800 metros de la costa.
Según testigos, la tormenta habría roto el imponente mástil principal y esto habría provocado que la embarcación se desequilibrara y provocara el naufragio.
“Estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado”, dijo Salvo Cocina, de la Defensa Civil de Sicilia, y señaló que otro superyate cercano no había sufrido daños tan graves.
“El viento era fuerte, fuertísimo. Y de repente vi el mástil del velero doblarse y después quebrarse y caer al agua”, dijo Karsten Borner, el comandante de esa embarcación vecina, de bandera holandesa, que prestó los primeros auxilios. “Todo ocurrió en poquísimos instantes”, aseguró.
“Esa embarcación estaba toda iluminada. Y a las 4.30 ya no estaba. Era una bellísima embarcación, donde había habido una fiesta. Una normal jornada de vacaciones pasada en el mar se transformó en tragedia”, describió un hombre de Porticello, sin ocultar su espanto, en declaraciones a la agencia ANSA. “La embarcación no estaba lejos del puerto. Bastaba poco para levantar el ancla e ir al puerto. Evidentemente fueron sorprendidos por la tormenta que se desató de repente y no lograron evitar el hundimiento”, agregó.
Francesco Cefalú, pescador de la zona, dijo a Reuters que desde la costa vio una bengala hacia las 4.30 y se dirigió al lugar, pero cuando llegó, el Bayesian ya se había hundido y solo quedaban en el agua almohadones, maderas y otros objetos del superyate.
Las autoridades de Termini Imerese abrieron una investigación sobre el desastre. En las próximas horas se espera que declaren varios de los sobrevivientes y hay gran expectativa en cuanto a la versión del comandante, Matthew Griffith, que también logró salvarse.
El Bayesian, que se utilizaba para viajes hiperexclusivos, había sido construido en el astillero Perini, de la ciudad toscana de Viareggio, en 2008, y había sido reestructurado en 2020. Su sitio web lo ofrecía en alquiler por hasta 195.000 euros por semana.
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