“Viciosos, viles y violentos”: la historia detrás de los verdaderos Peaky Blinders que atormentaban Birmingham
Dominaron las calles de la segunda ciudad más poblada de Inglaterra con sus actos violentos y negocios delictivos; para fines del siglo XIX casi no había policías que no hubieran sufrido una golpiza de esta banda criminal
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Esta nota contiene spoilers de la serie Peaky Blinders.
Peleas, excesos, juegos clandestinos. Hacia fines del siglo XIX, la ciudad de Birmingham, la segunda más poblada de Inglaterra después de Londres, era un lugar sombrío. Se había convertido en una ciudad mafia dominada por distintas bandas callejeras, integradas por hombres jóvenes de clase baja dispuestos a abatir a golpes a quien se le interpusiera en su camino, en especial si se trataba de la policía. En ese espiral de violencia predominaba un demonio a quienes todos debían temer: los Peaky Blinders.
“Viciosos, despiadados. Los gángsters que dejan ciego a los que ven y le cortan la lengua a los que hablan”, describió el inspector en jefe Chester Campbell (interpretado por Sam Neill) en uno de los episodios de esta serie que lleva el nombre del temido grupo criminal. Creada por el británico Steven Knight, Peaky Blinders se convirtió en un éxito internacional desde su estreno en 2013 en la BBC.
La serie tiene como protagonista a la familia Shelby, una pandilla de origen irlandés con raíces gitanas que aspira a dominar el mundo de las apuestas y los negocios ilegales como el tráfico de armas en esa zona industrial. El clan es liderado por el personaje de Thomas Shelby (Cillian Murphy), el segundo de cuatro hermanos, un hombre atormentado por los fantasmas de las trincheras francesas de la Primera Guerra Mundial que oscila entre la inteligencia y la fuerza bruta para cumplir con su deber de honrar el apellido.
Siempre vestidos con sus pantalones de traje, camisa almidonada y su típica boina, la elegancia que caracteriza a los respetados y temidos Peaky Blinders choca con la ferocidad con la que se enfrentan a otras bandas rivales. No dudan en usar las navajas que esconden en sus gorras ni las armas que cargan en sus chalecos para llevar adelante el negocio familiar.
Este drama ambientado en la década de 1920, que acumula varios premios y lleva ya cinco temporadas disponibles en Netflix – la última se estrena el próximo 10 de junio- capturó a millones de fanáticos alrededor del mundo. A pesar de mantener varios hechos de la realidad, otros tantos no son más que ficción.
Mitos y verdades
“La serie ha sido un gran éxito internacional. Es apasionante, llena de vida, es poderosa, está construida con actores carismáticos, tiene un tema cinematográfico muy interesante. Pero la realidad detrás de este glamour es brutal”, explicó a LA NACION el historiador británico Carl Chinn. “No se trata de una pandilla glamorosa al estilo mafioso que respeta a la mujer o cuida a los ancianos. Los Peaky Blinders no eran nada de eso: eran viciosos, eran viles y demasiado violentos”.
Oriundo de la ciudad en la que transcurre la tira, Chinn estudia la historia detrás de esta pandilla desde hace más de 40 años. Su primera investigación al respecto data en el 1980, varias décadas antes de que se estrenara la serie. La pasión por develar los misterios que entrañan estos gángsters la lleva en la sangre: su bisabuelo era uno de ellos, un mismísimo Peaky Blinder.
Una de las primeras diferencias que resalta el mayor experto en el tema es la época en la que se desarrollaron los acontecimientos. La primera vez que se acuñó el término Peaky Blinder fue en 1890 – y no después de la Primera Guerra Mundial- luego de que un hombre inocente haya sido brutalmente atacado en un bar por, según dijo, una banda criminal que le provocó severos daños en el cráneo y una cirugía de urgencia.
Años antes, comienzan a formarse en las calles grupos de jóvenes hombres que provenían de los barrios más pobres de Inglaterra cuyo único objetivo era hacerse valer por su masculinidad: “La vida en esa época era difícil. La gente pobre la pasaba realmente mal. En una sociedad que los denigra, para un hombre la única forma en la que podía reflejar su superioridad era mostrar cuan fuertes eran. Por eso peleaban con la policía, los odiaban”, explicó Chinn.
No obstante, estas pandillas callejeras no adquirieron un peso tan significativo como los integrantes de los Peaky Blinders, cuyo nombre comenzó a hacerse oír entre las fuerzas policiales para describir a los peores vándalos. “Eran repugnantes, ambiciosos. Golpeaban a cualquiera que se les cruzara, fuera policía, hombre, mujer o anciano. Para fines de siglo, la mayoría de los integrantes de la policía de Birmingham había sufrido una golpiza”.
Si bien el icónico look de estos pandilleros conquistó a los espectadores, el atuendo típico de estos personajes solo tuvo lugar en la pantalla. En la vida real, los miembros del grupo tenían un bajo poder adquisitivo por lo que era imposible que pudieran costear esos trajes. En efecto, marcaron tendencia con sus pantalones campana, sus bufandas anudadas al cuello, y sus botas con punta de metal con la que golpeaban a sus adversarios. Utilizaban un corte de pelo particular, rapado a los costados y corto en el centro de la cabeza, para dejar a la vista las heridas de antiguas batallas, como insignias.
El origen del nombre Peaky Blinders que se muestra en la serie es también un mito, aunque sigue siendo desconocido. Un episodio en el que se enfrenta la familia Shelby contra el clan de los Lee muestra cómo utilizan sus boinas con hojas de afeitar dentro como arma para cortar el rosto de sus adversarios y dejarlos ciegos. No hay ningún registro histórico ni evidencia en denuncias policiales de que esto haya ocurrido en la realidad.
“Además, las hojas de afeitar eran caras y recordemos que hablamos de vándalos pobres”, esclareció Chinn. “Tampoco usaban estas armas para pelear porque recurrían a lo que tuvieran a su alcance: sus puños, las botas, cuchillos, piedras, sus cinturones con grandes hebillas eran la mejor arma para herir rápidamente”.
Y agregó: “Mi teoría es que el nombre viene de los gorros chatos que usaban los jóvenes en aquella época. Tenían una terminación en punta que de cierta forma cubría la frente y parte del ojo. De ahí Peaky Blinders”.
Personajes: lo más parecido a la realidad
Tal vez una de las mayores similitudes entre la vida real y la ficción sean los personajes. No hay registros de que haya existido un tal Thomas Shelby, pero la figura está basada en el gangster Billy Kimber, que también aparece en la primera temporada de la serie en un rol secundario.
Kimber había formado parte de los Peaky Blinders, era un pandillero que acumuló varias acusaciones de violencia, sobre todo contra policías. De dominar el negocio de las apuestas ilegales en Birmingham pasó años después de la Primera Guerra Mundial a apoderarse de este ámbito en Londres. Eventualmente, llegó a ser un legítimo corredor de apuestas y escaló a ser un hombre de clase media.
También existió un temible inspector Campbell, cuyo nombre real era Charles Horton. En 1899 llegó a Birmingham desde Belfast con el fin de restaurar a las fuerzas policiales y acabar con la famosa pandilla, algo que a la larga lorgó. Preparó a un batallón de hombres fuertes capaces de enfrentar a los Peaky Blinders, al tiempo que se ganó la confianza de los locales, que apoyaron a la policía, hartos de la violencia en las calles. “La gente respetaba a la policía y realmente le tenía miedo” a la banda criminal, dijo Chinn.
Para la década de 1910, los periódicos de Inglaterra anunciaban el fin de los Peaky Blinders. No solo tuvo que ver el fortalecimiento del orden, también tuvo su rol es surgimiento de los clubes barriales de fútbol y de boxeo, a los que muchos jóvenes accedieron, dándole la espalda a las pandillas. Ya con la llegada de la guerra y la obligatoriedad de pelear en el frente, la violencia entre bandas prácticamente se extinguió.
El historiador británico destaca de la serie el rol central que ocupan las mujeres- como el personaje de Polly Gray (Helen McCrory)- figuras clave en las familias de Birmingham, que en la realidad eran amenazadas por los gangsters. Esa es una de las razones por las que asegura no estar orgulloso de su bisabuelo, quien golpeaba a su mujer.
“Algo que me generó inquietud tras la serie es que visité muchas escuelas en barrios humildes de Inglaterra para hablar al respecto y me sorprendió la cantidad de niños atontados con la moda de las pandillas”, advirtió Chinn a LA NACION. “Pero hay que recordar que la realidad detrás del drama es la historia de hombres muy, muy violentos”.
“Basado en hechos reales” es una serie de notas que describe el contexto histórico detrás de ficciones internacionales. En este link podrás acceder a todos los artículos.
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