Vía libre para la caza de jihadistas occidentales
Acorralados en Raqqa, las potencias los "neutralizan" para evitar su regreso a los países de origen
PARÍS.- "Todos los jihadistas franceses presentes en Raqqa han sido neutralizados." El eufemismo, pronunciado por un consejero militar francés en el ex bastión islamista de Siria , parece excesivo. Pero la frase permite confirmar la versión de que en esa ciudad, que capituló ayer después de tres años de pesadilla, comandos especiales franceses ayudan a las fuerzas kurdas a localizar y eliminar a combatientes del grupo Estado Islámico (EI) para evitar que regresen a Francia.
Esa cacería de terroristas radicales fue implícitamente admitida el domingo por la ministra de Defensa francesa, Florence Parly, al comentar los enfrentamientos en la llamada "capital del califato". "Lo que podemos hacer es continuar el combate para neutralizar el máximo de jihadistas. Es lo que hacemos desde hace meses. Tenemos que ir hasta el final", afirmó.
"Si hay jihadistas que mueren allí, tanto mejor", agregó, desencadenando una lluvia de críticas.
En contraste con la prudencia retórica que emplean los miembros del gobierno cuando se refieren a ese tipo de operaciones, la declaración de Parly pareció confirmar numerosas informaciones de prensa, según las cuales, Francia está aprovechando el final de la guerra para eliminar ciertos "objetivos prioritarios" que los militares definen como HVI (high value individuals o individuos de alto valor) o HVT (high value targets u objetivos de alto valor).
"Ese trabajo selectivo comenzó entre abril y mayo en los tramos finales de la batalla de Mossul", confirma una fuente de inteligencia.
El objetivo de esa cacería consiste en impedir que esos combatientes, fanáticos y con un alto nivel de entrenamiento, regresen a Francia para seguir la lucha mediante atentados. Por otra parte, Raqqa tiene un alto valor simbólico para Francia , pues hay pruebas de que allí fueron preparados los atentados de París del 13 de noviembre de 2015 y del 22 de marzo de 2016 en Bruselas.
Pero la misma decisión de "neutralizar" a esos hombres aguerridos, que decidieron hacer frente a la presión militar imparable de la coalición occidental y participar en la "batalla final", fue adoptada por las otras grandes potencias.
Los servicios especializados en la lucha antiterrorista calculan que actualmente quedan unos 300 combatientes extranjeros en Raqqa y sus alrededores.
A diferencia de Gran Bretaña o de Estados Unidos , que reconocen cuando actúan contra uno de sus ciudadanos en un escenario de guerra, Francia no admite oficialmente ese tipo de intervenciones para evitar ulteriores problemas judiciales. "Las familias de los jihadistas eliminados podrían acudir a la justicia para pedir cuentas al Estado francés", explica Wassim Nasr, periodista especializado en terrorismo islamista.
El ex presidente François Hollande , sin embargo, admitió haber dado su acuerdo a los servicios especiales y a la DGSE (espionaje exterior) en "múltiples ocasiones" para "neutralizar" a jihadistas sospechados de "jugar un papel clave en la amenaza contra intereses franceses" en el Sahel, Irak y Siria.
El ex jefe del Estado hizo esas revelaciones durante las conversaciones que mantuvo con los periodistas Fabrice Lhomme y Gérard Davet, del diario Le Monde, cuando preparaban su libro Un presidente no debería decir eso.
El periodista Vincent Nouzille, que investigó ese tipo de prácticas en su libro Los asesinos de la república, estima que con la frase pronunciada el domingo, la ministra de Defensa mostró que "Francia persevera en la zona gris".
En su último libro, Errores fatales, Nouzille calculó que por lo menos 40 jihadistas fueron eliminados por decisión de París.
Pero aquellos que se ilusionan con la idea de que la caída del gran bastión de EI pondrá fin al terrorismo radical, se equivocan.
"En su momento de apogeo, EI contó con la presencia de hombres de unas 90 nacionalidades. ¿Cuántos países serán capaces de individualizar, juzgar y encarcelar a sus jihadistas? Los que escapen, crearán sus propias células y seguirán aplicando las enseñanzas de Abu bakr al-Baghdadi", estima el especialista en defensa, Pierre Servent, cuya pesadilla es "un atentado a la somalí", como el que esta semana provocó más de 300 muertos y unos 500 heridos en ese país africano.
Servent no es el único en advertir que el mundo debe prepararse para "convivir con el terrorismo durante los próximos 50 años".
Crece la amenaza en gran bretaña
El director del servicio de inteligencia británico MI5, Andrew Parker, alertó ayer sobre la "intensa" amenaza terrorista que afronta Gran Bretaña, que ha sufrido cinco atentados este año. "Con los jihadistas regresando de Siria e Irak, e Internet que proporciona motivación y material, el ritmo de la violencia no muestra signos de caídas", alertó Parker.
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