Vermeer y el siglo de oro del arte holandés en Roma
Una muestra de uno de los grandes genios de la pintura de todos los tiempos, que ya tiene 70.000 visitas reservadas, causa furor en Italia
ROMA.- Hoy es considerado uno de los grandes genios de la pintura de todos los tiempos. Pero Johannes Veermer (1632-1675) no siempre gozó de esa fama. Redescubierto tan sólo en el ochocientos por un crítico francés, durante los dos siglos que le siguieron a su muerte Veermer cayó en el olvido, probablemente porque este artista famoso por "La joven de la perla" -que inspiró a escritores y directores de Hollywood-, había realizado muy pocas obras: en su vida sólo pintó unos 50 cuadros, de los cuales se conocen sólo 37.
Ocho de estas telas pueden admirarse a partir de hoy en las Scuderie del Quirinale de Roma,–las viejas caballerizas de la residencia veraniega de los papas y hoy sede de la presidencia de Italia-, donde se inuguró "Vermeer, el siglo de oro del arte holandés", exhibición que durará hasta el 20 de enero y que ya está haciendo furor, con 70.000 visitas ya reservadas.
Juntar en una muestra estas fascinantes ocho telas de Vermeer por primera vez en Italia fue un esfuerzo gigantesco para los curadores. Al menos tres años hicieron falta para lograr que las pinturas –pertenecientes a museos y colecciones privadas de diversos rincones del planeta, aseguradas por más de 600 millones de euros-, pudieran llegar a Roma.
Para dar una idea de la importancia de esta exhibición –organizada por Palaexpo y MondoMostre y que La Nación pudo visitar-, en los últimos 100 años hubo solamente 8 grandes muestras sobre Vermeer, de las cuales sólo 3 obtuvieron el préstamo de más de 4 obras del artista.
Si bien entre los 8 cuadros de Vermeer que ahora pueden verse en Roma no está el famosísimo "La joven de la perla" –que inspiró a la escritora Tracy Chevalier el libro del mismo título y que fue llevada al cine, lanzando al estrellato a Scarlet Johansson (porque la tela se encuentra en Japón)-, pueden admirarse otras pinturas del mismo pintor de Delft, igual de cautivantes.
Algunas de las mujeres "ideales", como "La joven con el sombrero rojo", la "Dama sentada en el virginal" (una especie de clavicémbalo), la "Joven mujer en pie ante un virginal" o la "Mujer con laúd". Además, puden contemplarse "Alegoría de la fe" y "Santa Praxedes", cuadros que reflejan la conversión de Vermeer, de familia protestante, al catolicismo; y "Callecita de Delft" (1658), deliciosa pintura elegida como tapa del catálogo y "Joven mujer con una copa de vino" (1659-1660), que llegará a Roma a partir del 4 de octubre. En todos estos "capolavori" la luz es la gran protagonista.
Centrada en Vermeer, también conocido como el "maestro de la luz holandés", en efecto, la muestra también exibe cincuenta impactantes telas de autores también holandeses, contemporáneos de Veermer. Entre ellos, Carel Fabritus y Nicolaes Maes, pioneros de los efectos experimentales y naturalistas que tienen que ver con el espacio y la luz, que Vermeer utilizó para acrecentar el realismo de sus composiciones; Gerard ter Borch, Pieter de Hooch, Gerrad Dou, Gabriel Metsu, Frans van Mieris, Jacob Ochtervelt y Hendrick van Vliet.
En sus obras, el intimismo, las escenas domésticas, el uso de la luz y los pequeños detalles dejan a los espectadores con ganas de ver más.
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