Venezuela: el grupo de líderes extranjeros que apoya a Maduro y busca influir en la región
CARACAS.- Nicolás Maduro quiso dejar una foto para la historia al pie de Simón Bolívar. A su derecha, el apoyo estrella llegado desde España el mismo día del fraude electoral: el exjefe del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, su principal aliado en Europa. A su izquierda, Evo Morales, el expresidente boliviano que perdió el poder tras otro fraude electoral. A su lado, Rafael Correa, el exmandatario prófugo de la Justicia ecuatoriana, que lo condenó a ocho años de cárcel por corrupción.
Y en ambos extremos, el obispo Fernando Lugo, expresidente paraguayo destituido y Mel Zelaya, exmandatario hondureño que perdió el poder con un golpe de Estado militar y que posteriormente se convirtió en un directivo a sueldo de Caracas. Zelaya fue retenido hace días en el aeropuerto de Tegucigalpa al encontrársele 18.000 dólares sin declarar. Alegó que desconocía que llevase esa cantidad entre sus pertenencias.
"Grato encuentro", resumió el "presidente pueblo", con sus amigos "veedores internacionales", quienes presenciaron "la grandeza del pueblo y la fortaleza de la democracia venezolana", pese a la calesita de trampas, chantajes y ventajismo estatal exhibidos una vez más en Venezuela.
Desde la distancia, el cubano Miguel Díaz-Canel saludó al grupo: "La patria de Bolívar y Chávez pone en alto su sentido democrático". Fue precisamente el mandatario caribeño quien puso nombre al contraataque continental de las revoluciones: "La resurrección del ideal bolivariano".
"Para contrarrestar la ausencia de observadores extranjeros imparciales, un grupo de expresidentes iberoamericanos decidió "acompañar" el proceso electoral con el objetivo de hacerlo más presentable", dice Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano.
Una presencia, la de Zapatero, que provocó polémica en España, porque supone el final de la deriva de quien fue líder del PSOE español, y que en América funge como una especie de canciller en la sombra de Podemos. El dirigente español también es el principal defensor de las tesis maduristas dentro del Grupo de Puebla.
Precisamente Zapatero apoyó en las pasadas elecciones a la principal coalición formada por falsos opositores, entre quienes se encuentra la versión fake de Acción Democrática, uno de los principales aliados históricos del PSOE en América Latina. El Tribunal Supremo chavista arrebató a la junta directiva socialdemócrata el control del partido para entregárselo a dirigentes prorrevolucionarios.
Reivindicación
A espaldas de la gran parte de los países del continente y de las democracias europeas, Maduro, sus amigos revolucionarios y sus apoyos internacionales (Rusia, Irán y Turquía, presentes en Caracas; Cuba y China desde la distancia) reivindicaron la "gran jornada democrática". Incluso Correa insistió en que el venezolano sigue siendo el mejor sistema electoral del planeta.
Grato encuentro con los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, Manuel Zelaya, Evo Morales, Rafael Correa y Fernando Lugo, quienes presenciaron, como Veedores Internacionales de las elecciones de este #6Dic, la grandeza del pueblo y la fortaleza de la democracia venezolana. pic.twitter.com/yBwbI2E1aP&— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) December 7, 2020
Maduro agradeció expresamente al presidente Vladimir Putin, porque "Rusia es un ejemplo de respeto y cooperación, demostrando que se puede ser una potencia sin ser un imperio". Precisamente los aliados rusos habían reclamado a Caracas que "arreglase" la situación del Parlamento para avanzar en sus acuerdos petroleros.
"Veo una alianza ideológica detrás de la foto de Maduro y sus aliados. Y, en algunos casos también económica, con el único objetivo de buscar detentar o preservar el poder en la mayor cantidad de países. Recursos venezolanos y bolivianos serán ahora usados ilegalmente para tratar de favorecer que los demás proyectos puedan volver al poder", dice el analista internacional Mariano de Alba.
El "triunfo" de Maduro se une de esta forma a la victoria revolucionaria en Bolivia y al plebiscito de Chile, que el bloque de la izquierda radical se autoadjudica. Los integrantes del bloque están convencidos que los efectos de la pandemia reforzarán las protestas de 2019 en su favor.
En el calendario de 2021 ya hay un primer objetivo: Ecuador. El país andino, el primero en "incendiarse" el año pasado, celebra la primera vuelta presidencial el 7 de febrero. Correa aprovechó su estancia en Caracas para apoyar a su candidato. Después llegan en abril las presidenciales peruanas, donde el Grupo de Puebla ya tiene candidata: la izquierdista Verónika Mendoza.
"En Ecuador están poniendo todo el esfuerzo en la candidatura del (correísta) Andrés Araúz. Si ganan será la confirmación desde su punto de vista de que la "Justicia" está de su lado. En Perú está menos claro, dada la fragmentación del sistema político peruano", dice Malamud, lo que repetiría en parte lo ya vivido en Bolivia.
"Los correístas tienen un 20 por ciento de voto duro. El resto está bastante disperso. Por eso están confiados, piensan ganar como pasó con la alcaldía de Quito o con la prefectura: con el mínimo", dice el catedrático e investigador académico Michel Levi.
El principal contrincante de Araúz es el conservador Guillermo Lasso, quien ya perdió frente a Lenín Moreno por estrecho margen.
"Creo que uno de los factores importantes es el rechazo que puede generar cualquiera de los candidatos en el electorado, que lo obliguen a tomar una opción que, aunque no les guste, suponga el mal menor", subraya Levi.
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