Cómo quedan las fichas de Juan Guaidó y Nicolás Maduro en el tablero global
CARACAS.- Los cambios parlamentarios en Venezuela, donde se estableció la Asamblea Nacional de mayoría oficialista y una legislatura opositora en paralelo, dibujaron un nuevo mapa de apoyos y censuras de los aliados internacionales de Nicolás Maduro y Juan Guaidó.
Hasta cinco colores distintos aparecerían en tan complejo atlas para confirmar lo inédito de la cuestión venezolana, donde se mantienen los grandes aliados revolucionarios con tonos muy fuertes (Rusia, Cuba, China, Turquía, Nicaragua, Irán y Bolivia) y donde la gran coalición de 60 países que lo enfrentan ya no coincide en considerar que la presidencia interina de Guaidó sea la mejor herramienta para mantener el desafío.
Y entre una y otra postura, distintos matices, incluidos los que aportan la Argentina y México con su apoyo más tibio a Caracas y con el Grupo de Puebla como uno de sus grandes altavoces.
La mayor incertidumbre recaía en Europa, donde esta semana los 27 estados miembros de la Unión Europea (UE) dieron el primer paso para cambiar el apoyo que hasta ahora han otorgado a la presidencia encargada de Juan Guaidó. La UE evitó referirse al líder opositor como presidente encargado, pese a que ratificaron su rechazo a la nueva Asamblea Nacional (AN) chavista, surgida del fraude electoral del 6 de diciembre.
"Esta falta de respeto por el pluralismo político y la descalificación y la persecución de los líderes de la oposición no permite a la UE reconocer este proceso electoral como creíble, inclusivo o transparente", argumentaron los países europeos en su comunicado.
Entre los cometidos de Bruselas no está el de reconocer gobierno o presidentes, que es competencia exclusiva de los estados miembro. Técnicamente y al no existir un comunicado que revoque lo acordado en 2019, tanto España, cuyo gobierno encabeza las iniciativas en temas latinoamericanos, como el resto de los países siguen reconociendo a Guaidó como presidente interino frente al "usurpador" Maduro.
Las dudas europeas contrastan con la postura mantenida por Estados Unidos, Canadá, Japón y vecinos como Colombia y Brasil, que consideran fundamental que Guaidó mantenga su desafío desde la presidencia interina de Venezuela, pese a que la Asamblea de 2015 haya prorrogado un año su ejercicio tras modificar el Estatuto de la Transición.
El gran bloque de los países de la región, reunidos en el Grupo de Lima, reconocieron la existencia de la "Comisión Delegada encabezada por su legítima Junta Directiva, establecida por la Asamblea Nacional, presidida por Juan Guaidó" y encargada de mantener el combate parlamentario durante 2021. Entre los aliados regionales del Parlamento democrático tampoco existe unanimidad a la hora de encarar los próximos acontecimientos políticos, aunque la gran mayoría mantiene una postura firme contra Maduro.
En Bruselas, como se vio anteayer, sí soplan vientos de cambio. Parece imponerse la tesis defendida por la canciller española, Arancha González Laya, que apuesta por "rebajarle" el estatus al presidente de la Asamblea Nacional legítima tras apostar por la alternativa representada dentro de la oposición por el excandidato presidencial Henrique Capriles, según argumentaron a LA NACIÓN fuentes políticas conocedoras de las negociaciones.
El debate continúa y no será hasta dentro de dos semanas, en la reunión de ministros de Relaciones Exteriores, cuando se presente y apruebe un documento con la propuesta común europea. Cuando esto suceda Joe Biden ya estará instalado en la Casa Blanca, con lo que en principio Guaidó perdería a su principal aliado en Washington.
La UE insiste en que "mantiene su compromiso con todos los actores políticos y de la sociedad civil que tratan de devolver la democracia a Venezuela, en particular "con Juan Guaidó" y otros representantes de la AN saliente elegida en 2015.
"Formalmente, no hay cambio de postura e incluso recelo a aclararla, pero en la práctica se ha confirmado lo que tenía ya meses sucediendo. España ve con recelo la figura de la presidencia encargada y considera que aparte de Guaidó, tiene que escuchar a otras voces para preservar sus intereses y mantener abierta la posibilidad de jugar un rol para ayudar en la resolución de la crisis", dijo a LA NACION el internacionalista Mariano de Alba.
El gobierno interino reaccionó de forma fulminante al comunicado firmado por Josep Borrell, Alto Representante de la UE, no sólo para agradecer su apoyo "a la causa de la libertad de nuestro país", sino para subrayar, pese a todo, el "reconocimiento implícito que la UE hace en particular de Juan Guaidó y también de otros representantes de la Asamblea, único órgano que la Unión reconoce como representativo de la voluntad democrática de Venezuela".
"La oposición tiene dos retos centrales: evitar que el cambio en la posición europea frente al gobierno interino mine su relación internacional y presentar una propuesta de acción interna distinta a la que ha fallado", resumió el politólogo Luis Vicente León.
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