Vaticano: declaran “ilícitas” las bendiciones a parejas del mismo sexo
La Congregación para la Doctrina de la fe dijo que la medida “no pretende ser una forma de discriminación injusta, sino más bien un recordatorio de la verdad del rito litúrgico”
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ROMA.- No: la Iglesia Católica no puede disponer de bendiciones para personas del mismo sexo.
Negro sobre blanco, en un “responsum” (documento con el cual el Vaticano suele bajar línea, en respuesta de algún tema específico) la Congregación para la Doctrina la Fe (CDF), el máximo organismo de la Iglesia Católica en cuanto a la custodia de la doctrina, dejó hoy en claro que las parejas gay no pueden recibir ningún tipo de bendición por parte de la Iglesia, práctica que comenzó a darse en algunos países como Alemania con sacerdotes progresistas.
“Responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe a un dubiu sobre las bendiciones de las uniones de personas del mismo sexo”, se titula el nuevo documento, que desde el principio va al nudo de la cuestión.
“A la pregunta de si la Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo, se responde negativamente”, sentencia, en un texto que lleva la firma del cardenal español Luis Ladaria, prefecto de la CDF y de su secretario, el arzobispo Giacomo Morandi, aprobado por el Papa.
“El Sumo Pontífice Francisco, en el curso de una audiencia concedida al suscrito Secretario de esta Congregación, ha sido informado y ha dado su asentimiento a la publicación del ya mencionado Responsum ad dubium, con la nota explicativa adjunta”, puede leerse al final.
Las razones
En la nota explicativa, la CDF explica que las bendiciones son acciones litúrgicas sacramentales y que, “más allá de la recta intención de aquellos que participan”, necesitan que “aquello que se bendice esté objetivamente y positivamente ordenado a recibir y expresar la gracia”.
“Por este motivo, no es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”, afirma.
"No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo"
Responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe
“La presencia en tales relaciones de elementos positivos, que en sí mismos son de apreciar y de valorar, todavía no es capaz de justificarlas y hacerlas objeto lícito de una bendición eclesial, porque tales elementos se encuentran al servicio de una unión no ordenada al designio de Dios”, agrega.
“Además, ya que las bendiciones sobre personas están en relación con los sacramentos, la bendición de las uniones homosexuales no puede ser considerada lícita, en cuanto sería en cierto modo una imitación o una analogía con la bendición nupcial , invocada sobre el hombre y la mujer que se unen en el sacramento del matrimonio, ya que no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”, precisa.
Consciente de que el documento caerá pésimo en las comunidades gay que tanto aplaudieron las aperturas del papa Francisco hacia ellos –no olvidar del “quién soy yo para juzgar a un gay” del principio de pontificado y diversos gestos y palabras de cercanía-, el “responsum” también aclara que “la declaración de ilicitud de las bendiciones de uniones entre personas del mismo sexo no es por tanto, y no quiere ser, una discriminación injusta, sino reclamar la verdad del rito litúrgico y de cuanto corresponde profundamente a la esencia de los sacramentales, tal y como la Iglesia los entiende”.
Confusión
La Iglesia Católica siempre rechazó el matrimonio gay, ya que considera válido solamente el matrimonio heterosexual, entre hombre y mujer. En octubre pasado, no obstante, causó gran confusión y revuelo un documental sobre el papa Francisco realizado por el cineasta ruso, Evgeny Afineevsky, en el que, haciendo un montaje con palabras dichas en otro contexto en una entrevista con la periodista mexicana Valentina Alazraki, parecía que el Papa le había dado el visto bueno a las uniones civiles.
“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie ni hacerle la vida imposible por eso. Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil, tienen derecho a estar cubiertos legalmente”, dice el Papa en dicho documental, en frases que luego se supo que habían sido dichas en dos momentos diversos y en otro contexto, ensambladas por el cineasta con el fin de que cayeran como una verdadera bomba. De hecho enseguida se creó gran revuelo, sobre todo en Estados Unidos, donde algunos consideraron que había habido un cambio de doctrina.
Se cree que el “responsum” de hoy es una respuesta a la gran confusión que se creó entonces. El documento «no excluye que se impartan bendiciones a las personas individuales con inclinaciones homosexuales, que manifiesten la voluntad de vivir en fidelidad a los designios revelados por Dios así como los propuestos por la enseñanza eclesial».
“La Iglesia recuerda que Dios mismo no deja de bendecir a cada uno de sus hijos peregrinos en este mundo, porque para Él «somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos hacer». Pero no bendice ni puede bendecir el pecado: bendice al hombre pecador, para que se reconozca como parte de su designio de amor y se deje cambiar por Él”, explica. No obstante, el documento de la CDF fue rechazado entre las personas gay.
Lo cierto es que, según pudo saber LA NACION, el “responsum” -que tuvo enorme repercusión en todo el mundo y sorprendió luego de una pastoral muy abierta del papa Francisco-, “no fue discutido” en la reunión plenaria que suele haber todos los meses en la CDF, debido a las restricciones por la pandemia. Por lo que el documento sólo fue fruto de la decisión de algunos altos funcionarios de dicha congregación, los firmatarios, que quisieron dejar claro al final que el Papa “ha sido informado y ha dado su asentimiento a la publicación”.
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