Urgidos y dividos, Biden y los demócratas forcejean para gobernar y cumplir sus promesas
Luego de que el mandatario pidió “resultados” al Congreso tras un mazazo electoral, los demócratas en el Congreso quedaron presionados para dejar de lado sus divisiones y aprobar la agenda de la Casa Blanca
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WASHINGTON.- El baldazo de agua fría que le cayó a Joe Biden y a los demócratas en las elecciones locales de esta semana en Estados Unidos elevaron la urgencia en la Casa Blanca para mostrarle “resultados”, en las palabras de Biden, a los norteamericanos.
Pero los intentos del oficialismo por aprobar la agenda legislativa que propuso el presidente continúan empantanados en el Congreso, donde los demócratas han mostrado enormes dificultades para superar su grieta interna al punto de arraigar una duda en Washington: ¿pueden hacer realidad sus promesas electorales?
Las últimas elecciones locales en Estados Unidos revitalizaron al Partido Republicano y dejaron bajo un manto de pánico a los demócratas, que ahora temen perder sus escuálidas mayorías en las dos cámaras del Congreso en las elecciones legislativas el año próximo, un giro que dejaría atado de manos a Biden por el resto de su presidencia. Ante ese panorama, Biden exigió “hacer las cosas”, un mensaje directo a los demócratas que todavía dan vueltas con sus planes en el Capitolio.
La Casa Blanca esperaba cerrar el año con dos logros legislativos: un plan de infraestructura y un paquete de reformas sociales, los dos grandes pilares de la agenda para “reconstruir mejor” al país en la era de la post-pandemia que propuso Biden en la campaña presidencial. Las negociaciones entre progresistas y moderados comenzaron a complicarse en el verano boreal, y desde entonces los demócratas no han tenido más remedio que postergar la votación una y otra vez. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, había fijado el 31 de octubre como plazo límite para aprobar los dos proyectos y enviarlos a la Casa Blanca. Ahora el oficialismo mira como fecha tentativa Thanksgiving, el Día de Acción de Gracias, el feriado más importante del año en el país, que cae en la última semana de noviembre.
“Cuantos más resultados podamos producir de una manera que la gente entienda en sus vidas, mejor será”, dijo Pelosi en una conferencia de prensa en el Congreso.
Las dificultades del oficialismo para impulsar sus planes y las derrotas electorales sufridas esta semana –sobre todo la pérdida de la gobernación de Virginia, un termostato político que los demócratas consideraban un bastión propio– terminaron por engendrar un presente muy complicado, que puede sintetizarse en un dato: la aprobación de Biden cayó a un nuevo piso, por debajo del 43%, según el promedio de sondeos del sitio FiveThirtyEight. Biden había entrado al verano boreal con un cómodo respaldo arriba del 50 por ciento.
El cálculo que de la Casa Blanca es que los números de Biden mejorarán una vez que sus políticas salgan del Congreso y lleguen a la gente y los problemas vinculados a la pandemia –entre ellos, una inflación que se avizora más inquietante de lo anticipado– comiencen a menguar en los próximos meses. La Reserva Federal dijo que ha habido aumentos de precios significativos en la economía, pero las causas, remarcó, eran transitorias.
Pelosi dijo que la Cámara baja podría aprobar la ampliación de programas sociales de Biden esta misma semana, aunque nada indica que el paquete tenga el respaldo necesario en el Senado para prosperar. Joe Manchin, el senador demócrata moderado que le ha puesto un freno a la agenda presidencial en el Congreso, continúa mostrando reparos pese a que la Casa Blanca ya recortó el plan original a la mitad, de 3,5 billones de dólares a 1,75 billón.
El segundo proyecto de ley, un plan que prevé alrededor de un billón de dólares en infraestructura, ya fue aprobado por el Senado y está a la espera de ser aprobado por la Cámara baja. Pero Pelosi y el ala progresista del partido han decidido posponer esa votación para presionar al Senado a que apruebe el plan de reformas sociales.
Algunos demócratas creen que esa demora fue uno de los motivos de la última derrota electoral. Y otras figuras moderadas han empezado a elevar la voz respecto de la conveniencia de impulsar una agenda que se ubica a la izquierda del centro político del país.
Abigail Spanberger, congresista de Virginia, y una de las mujeres de la “ola azul” de 2018, cuestionó que la presidencia de Biden esté tan abocada a ampliar el gasto y los programas sociales: “Nadie lo eligió para que fuera el próximo FDR”, dijo, en relación a la comparación que se ha hecho con Franklin Delano Roosevelt, arquitecto del New Deal.
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