Una victoria demasiado costosa
MOSCU.- La amplia victoria de Vladimir Putin en las elecciones de anteayer tuvo un costo: cientos de miles de millones de dólares en promesas de gastos que podrían diseminar las semillas de una crisis económica en Rusia antes de que termine su período presidencial de seis años.
Putin cimentó su base de apoyo arrojando dinero por todos lados, desde misiles nucleares hasta jardines de infantes, algo que hizo que el ya sobrecargado presupuesto dependiera aún más de los precios del petróleo.
El premier, que vuelve al Kremlin por tercera vez, ha establecido el costo del prometido aumento del salario del sector público en el 1,5 por ciento del producto bruto interno (PBI) (alrededor de 30.000 millones por año) en el curso de los próximos años.
Cuando se sumen los otros nuevos compromisos de gastos sociales, según el ministro de Finanzas, Anton Siluanov, el costo total puede alcanzar el 2% por ciento del PBI anual.
Una evaluación independiente realizada por la consultora Capital Economics, de Londres, calcula que la cifra total de las promesas electorales será aún más elevada: 165.000 millones de dólares por año, o sea entre el 4 y el 5% del PBI para 2018.
Sea cual fuere el total, el ya sobrecargado presupuesto ruso se verá muy apretado.
"El elevado precio del petróleo les da más dinero para repartir antes y después de las elecciones, ¿pero a qué precio?", dijo Neil Shearing, economista de Capital Economics. "Rusia no puede seguir confiando en los gastos para sostener el crecimiento."
Las promesas de campaña de Putin incluyen la intención de aumentar los salarios de médicos y profesores universitarios al doble del promedio regional para 2018.
Otras promesas incluyen la asignación por hijo, becas estudiantiles más elevadas y la eliminación de la lista de espera en los jardines de infantes.
Un análisis realizado por la empresa de auditoría rusa FBK establece el costo de estas promesas de gastos sociales en 340.000 millones de dólares hasta 2018.
"Es muy preocupante", dijo Vladimir Tijomirov, principal economista de Otkritie, de Moscú. "No cuestiono la necesidad de que los maestros y los médicos tengan un salario más alto, pero el tema, por supuesto, es cómo financiarlo."
En los últimos cinco años, el gasto total del gobierno ya ha aumentado desde menos del 30% del PBI hasta casi el 40%. Y ahora se incrementará con mayor rapidez aún a medida que el gobierno de Putin cumpla con las promesas, como un aumento de salario para los militares y policías, que coincidió con las elecciones.
Putin se ha comprometido a gastar 790.000 millones de dólares para 2020, con el propósito de reequipar el ejército, con lo que conquistó el apoyo de dos millones de rusos que trabajan en el extendido complejo militar-industrial heredado de la época soviética.
Estos gastos solos requerirán un gasto adicional del 2,2% del PBI anual para 2018, según Capital Economics, un porcentaje similar a todo el gasto de social prometido por Putin.
Otra de las promesas electorales repetidas frecuentemente por Putin, la de no aumentar la edad jubilatoria actual, representa otra carga para el presupuesto.
Las presiones demográficas implican que el presupuesto jubilatorio de Rusia seguirá creciendo más o menos un punto del porcentaje del PBI cada cinco años.
"Si no implementamos una audaz reforma jubilatoria, se producirá gran presión para aumentar las pensiones tomando como referencia un porcentaje del PBI", dijo Evsey Gurvich, director del Economic Expert Group, que actúa como asesor del ministro de Finanzas de Rusia. "Nuestros ingresos fiscales son sensibles a la volatilidad del precio del petróleo? y, por lo tanto, eso implica riesgos."
Traducción de Mirta Rosenberg
Jason Bush