Una tregua pone pausa a la violencia en Ucrania, al borde de la guerra civil
Tras la sangrienta jornada de anteayer, que dejó 26 muertos, el presidente amenazó a los opositores con movilizar a las fuerzas armadas, pero dio marcha atrás ante la presión internacional
KIEV.- Un día después de que este país bisagra entre Europa y Rusia viviera la jornada más sangrienta de su historia reciente, una tregua a última hora del día llevó algo de calma a una Ucrania que ayer parecía encaminarse sin remedio a una guerra civil.
Por la mañana, el presidente Viktor Yanukovich anunció que estaba dispuesto a reprimir con las fuerzas armadas los focos opositores que tienen al país en vilo desde diciembre pasado, cuando los rivales del gobierno se levantaron contra la decisión del mandatario de reforzar sus lazos con Rusia.
Pero, anoche, las presiones internas y externas forzaron al mandatario a pactar una tregua con los principales líderes opositores para evitar un nuevo baño de sangre. La nación de 46 millones de habitantes, con una economía en crisis y una corrupción endémica, es objeto de una lucha geopolítica entre Moscú y Occidente, representada en los enfrentamientos de la plaza Maidan.
El anuncio de la tregua fue divulgado por Arseni Yatseniuk, líder del principal partido opositor, Batkivschina (Patria), que junto con Vitali Klitschko se reunió ayer con Yanukovich para tratar de calmar los ánimos. "Hay buenas noticias; ahora se declaró una tregua y comenzó un proceso negociador para la estabilización de la situación (...) Se canceló el previsto asalto al Maidan [la plaza de la Independencia, bastión de la oposición]", dijo Yatseniuk.
El líder opositor se refería a los planes que durante toda la jornada de ayer barajó el gobierno ucraniano. Yanukovich anunció el reemplazo del jefe de las fuerzas armadas, el general Volodimir Zamana, y el lanzamiento de una operación antiterrorista en todo el país. Los rumores sobre la intervención del ejército en Kiev no dejaron de circular en todo el día y suponían el paso previo a la declaración del estado de sitio.
En un mensaje a LA NACION, previo al anuncio de tregua, Yanukovich afirmó que los dirigentes opositores habían llamado a la gente a las armas durante la jornada de anteayer. "Eso es una clamorosa violación de la ley, y los criminales deben comparecer ante la justicia."
"Ya no podemos devolver a los muertos. Hemos pagado un precio muy alto por las ambiciones de aquellos que aspiran al poder. Pero para que ese precio no sea aún más alto hago un llamamiento a la cordura. Hay que sentarse a la mesa de negociaciones para salvar Ucrania", dijo Yanukovich. Tras reunirse con Yatseniuk y Klitschko, quienes rechazaron llamar a sus partidarios a dejar las calles, el mandatario aceptó suspender los planes de represión y pactar una tregua.
La presión de la calle se sumó ayer a las condenas internacionales contra Yanukovich. Barack Obama fue especialmente duro con el líder ucraniano. El presidente estadounidense advirtió de las "consecuencias" de la violencia. "El gobierno de Ucrania es el principal responsable de asegurarse de tratar de forma apropiada a los manifestantes pacíficos y de que los ciudadanos puedan reunirse y hablar libremente sobre sus intereses sin temor a ser reprimidos", dijo Obama.
Por su parte, la Unión Europea amenazó con imponer sanciones a Kiev por la represión ejercida contra la oposición.
El gobierno ucraniano había justificado la operación antiterrorista por la escalada de la confrontación violenta y el "empleo masivo de armas de fuego por parte de grupos extremistas". "En muchas regiones del país los extremistas toman sedes de los edificios gubernamentales, estaciones de policía, oficinas de los servicios de seguridad, fiscalías, unidades militares y arsenales; arden los tribunales de justicia y los vándalos destruyen propiedades privadas y matan a ciudadanos pacíficos", dijo Alexandr Yakimenko, jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania
Los manifestantes cumplen esta semana tres meses de protestas antigubernamentales. Muchos locales y negocios del centro de la capital permanecen cerrados, al igual que toda la red del subterráneo. Los manifestantes más combativos continuaron ayer reforzando las unidades de autodefensa con trozos de adoquines que desmenuzaban pacientemente con picos y martillos.
En los enfrentamientos de anteayer, 26 personas perdieron la vida, entre ellas diez policías, según el Ministerio de Sanidad.
Los principales partidos de la oposición con representación parlamentaria se desvincularon ayer de la violencia y negaron que llamaran a sus partidarios a las armas: "Los trágicos sucesos no son un guión escrito por la oposición, que es partidaria exclusivamente de formas de protesta pacífica", señalaron en un comunicado.
Francisco pide que cese los enfrentamientos
El papa Francisco afirmó ayer que está "preocupado" por los disturbios en Ucrania y pidió a al gobierno y a la oposición que "cesen toda acción violenta", luego de su audiencia en la Plaza San Pedro.
"Sigo con el corazón preocupado lo que sucede en estos días en Kiev. Aseguro al pueblo ucraniano mi cercanía y rezo por las víctimas de esa violencia, por sus allegados y por los heridos. Invito a todas las partes a cesar toda acción violenta y a buscar la concordia y la paz del país", declaró Francisco.
Por lo menos 26 personas murieron en violentos enfrentamientos entre manifestantes antigubernamentales y las fuerzas de seguridad en el centro de Kiev en las últimas 24 horas. Otros 241 heridos están hospitalizados, entre ellos 79 policías y cinco periodistas.
Agencias AP, AFP, EFE y Reuters