Una pareja argentina se fue a vivir a Londres, pero ahora se vuelve por el miedo al terrorismo
Florencia y Joel presenciaron uno de los ataques en Londres
"El cocinero vio de reojo a uno de los terroristas con los cuchillos y dijo: 'tírense todos al piso, vayan para atrás y suban'. Fue uno de los momentos más horribles de mi vida", cuenta a LA NACION Florencia Joffre, desde Londres.
Florencia y Joel, su novio, vivieron los ataques y sintieron temor por primera vez desde que viven en el Reino Unido, a pesar de que hubo otros atentados durante su estadía. Su sueño de vivir en el exterior al menos por un año se vio opacado por los constantes ataques y decidieron que, por seguridad, volverán a la Argentina.
"Hoy fue el primer día que salimos de casa después de la noche del sábado. Los que no vivieron lo que vivimos nosotros no les afecta tanto. Habiendo vivido eso, y sabiendo que nadie nos puede proteger, la realidad es que no hay chance de quedarme, no hay garantía de nada. Nuestra idea es volver, ya está tomada la decisión", cuenta.
El último sábado tres hombres atropellaron con su furgoneta a los transeúntes que caminaban por el Puente de Londres antes de abandonar el vehículo y lanzarse a acuchillar a gente en Borough Market, una zona llena de bares y restaurantes en torno al mercado, donde la pareja había decidido ir por primera vez desde que viven en la capital inglesa hace dos meses.
Ellos se mudaron a Inglaterra por cuestiones laborales de Joel, que aceptó una oferta de una empresa multinacional mientras que Florencia, quien tiene una agencia de marketing con una socia que vive en la Argentina, continúa trabajando desde Londres.
"Hace poco nos mudamos a un departamento, después de vivir en un Airbnb. Nunca habíamos salido un sábado a la noche, era la primera vez que íbamos a esa zona. Caminamos por el Market y casi entramos a Pastor, donde mataron a una de las víctimas, pero decidimos no entrar porque no queríamos comer comida mexicana. Cosas del destino, podríamos haber sido sufrido algún ataque", cuenta Florencia, a quien se la nota todavía con el temor de haber vivido un atentado terrorista con sus propios ojos.
"Seguimos caminando y vimos un par de bares más. Entramos a uno que se llama Arabica bar y pedimos algo para tomar y unos pinchos para comer. Cuando traen la comida, todos empiezan a gritar. Todos nos tiramos al piso, como si hubiera un tiroteo. Nos decían que vayamos todos para atrás, estábamos a dos mesas de la calle y nos mandaron a todos para el fondo del bar", relata, mientras su novio acota que él vio a uno de los atacantes con un cuchillo intentando entrar a un bar que estaba a 30 metros.
Florencia se acuerda de la situación y frena. Le hace preguntas al novio. "¿A qué hora entramos? ¿Cuán rápido vino la policía?". Recuerda su llanto, su desesperación y la del resto, que no la ayudaba a tranquilizarse. "Dejé todo en la mesa, mi teléfono, la billetera, nos tiramos al piso y fuimos para arriba, donde estaba la vinoteca y una caldera. Cuando ví a la moza española arrodillarse y rezar, dije: 'estamos cagados'".
"No sabíamos si iban a tirar una bomba, si nos iban a matar a todos. Empezamos a avisar a la familia, estaba en estado de crisis total, más que cualquier otra persona del lugar. Fue uno de los momentos más horribles de mi vida. Escuchaba gente que lloraba y me ponía peor", agrega.
A pesar de que la policía llegó en ocho minutos a Borough Park y controló la situación, todos los que estaban presentes en el bar se mantuvieron encerrados por un rato. Nadie quería salir. Se sentían seguros en una habitación oscura y silenciosa, con poco lugar e incómodos, pero con la sensación de que no les iba a pasar nada.
"Estuvimos encerrados en silencio por media hora sin saber qué pasaba. Yo me quería quedar ahí porque me sentía protegida, salir era arriesgarse, pero empezamos a bajar todos. Veo a una chica de 13 años aproximadamente que lloraba y le decía al padre que no quería salir. Yo me sentía igual, pero Joel me dijo que teníamos que correr y no nos quedó otra", describe.
- ¿Qué vieron cuando bajaron?
- Ví sangre sin querer, porque no quería mirar mucho. Estaba la policía, muchas ambulancias. Había que correr, correr y correr. No sabíamos para donde corríamos pero el mensaje de la policía era: 'Corran y escóndanse'. Fue el momento más tenso porque sabíamos que afuera habían estado atacando a la gente.
- Me imagino la desesperación de la gente en las calles...
- Había mucha gente en las calles abrazándose, llorando, sin poder creer lo que estaba sucediendo. Había policías cada 50 metros con ametralladoras gigantes que te guiaban para dejar el lugar. Cuando se terminó el cordón de seguridad, le dije a mi novio que no quería caminar más. Conseguimos un taxi, que compartimos con unos ingleses que habían estado en el bar donde mataron a dos personas, y nos fuimos a casa.
El plan, volver a la Argentina
"Habiendo vivido eso y sabiendo que nadie nos puede proteger la realidad es que no hay chance de quedarme, no hay garantía de nada. Nuestra idea es volver, ya esta tomada la decisión", afirma Florencia, algo triste por tener que volver, pero segura de que seguir en un país donde hubo tres atentados en un mes no es lo mejor para su futuro.
Una vez tomada la decisión, la pareja se acercó a la inmobiliaria que les había alquilado el departamento para explicarles lo sucedido y que se querían ir. "Les contamos lo que nos pasó y llegamos a un arreglo que nos benefició a todos. Eso está resuelto, lo que falta para volver es que mi novio hable con los dueños de la empresa en la que trabaja. Mañana tiene que contarles y ver a qué arreglo llegarían, ver la opción de trabajar desde la Argentina", comenta la joven.
Tanto Florencia como Joel son de Buenos Aires, donde quieren volver a vivir después de lo que vivieron en Londres. "Si yo puedo elegir volver a un lugar donde puedo ser feliz antes que un lugar donde soy infeliz y lejos de todo, voy a elegir volver mi país", cuenta a LA NACION.
"Vivir acá es una lotería. Si puedo elegir no venir a Londres no vendría, ni a Europa. No está en un buen momento, te puede pasar en cualquier lado, pero acá está difícil. Lo peor es que esto va a seguir pasando, hubo tres atentados en tres meses. Se está incrementando cada vez más y no elijo seguir viviendo acá", agrega.
- ¿Creen que en la Argentina van a vivir más seguros que en Londres?
- Nuestra seguridad es lo más importante de todo. En la Argentina también nos puede pasar algo pero, como dice el dicho: mejor malo conocido que bueno por conocer.
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