Una noche de pesadilla en Illapel, la ciudad del epicentro
En la región norteña de Coquimbo, fue una de las más golpeadas por el fuerte sismo
ILLAPEL, Chile.- "Vivimos una noche de pesadilla. El movimiento fue mucho y fue largo, demasiado largo, y siguió con las réplicas", dijo María Ramírez, una de las residentes de Illapel, una localidad de 31.000 habitantes ubicada en el epicentro del terremoto. "No podía mantenerme firme, pero por suerte logramos salir vivos", contó.
El fuerte terremoto de 8,4 grados que anoche golpeó el centro y el norte de Chile provocó 11 muertes, decenas de heridos y más de un millón de evacuados. Con epicentro unos 70 kilómetros al oeste de Illapel, en la región de Coquimbo, las decenas de réplicas y el tsunami que le siguieron devastaron parte del borde costero de esa región.
Las construcciones en materiales livianos típicas de Illapel cedieron ante el terremoto. El cementerio local se convirtió en un caos de cruces, jarrones y tumbas destrozadas.
Ayer, la presidenta Michelle Bachelet señaló que los "estándares de construcción" de Chile, uno de los países más sísmicos del mundo, permitieron "que la infraestructura respondiera adecuadamente". Pero ése no parece ser el caso de Illapel.
"Todo quedó muy mal. Fue un desastre, una pérdida total", dijo Melisa Piñones mientras caminaba entre los vidrios rotos de su restaurante, en una ciudad que quedó sin electricidad ni agua potable y fue declarada zona de desastre.
En tanto, Luis Hernández, otro vecino de la ciudad, dijo: "Estamos viviendo con las puertas abiertas por si viene una réplica fuerte".
Las banderas chilenas decoraban las calles y las casas a la espera del día de la independencia nacional, que se celebra hoy y que generó un fin de semana largo al que apostaron muchos turistas y otras personas que querían visitar a sus familiares.
Pero las casas de adobe derrumbadas en Illapel y las rutas demoradas empañaron la fiesta nacional. Los automovilistas tardaban ayer 10 horas en recorrer los 230 kilómetros desde Santiago debido a que la policía cortó secciones de la ruta que se acercan demasiado al mar y que pueden ser alcanzadas por el tsunami.
"Lo peor fue en la ruta cuando pasó todo. El temblor fue tan fuerte que me costó controlar el auto, pero lo peor era saber que mi hija estaba en mi casa sola", contó Freddy Cómez, un vecino de Illapel que recién logró llegar a su ciudad por la noche.
Para Gómez, lo importante ahora es comenzar a levantar los escombros y prepararse para el próximo terremoto. "Porque así es nuestro Chile, aunque nunca vamos a acostumbrarnos."
Destrozos en la costa
Otras localidades también sufrieron los efectos del terremoto y el tsunami.
"La ciudad está destruida. Aquí fue terrible", dijo un vecino de Tongoy, un pueblo pesquero de 4400 habitantes que fue azotado por olas de casi 4,5 metros de alto. Varios locales comerciales preparados para el feriado fueron arrasados y numerosos barcos quedaron regados sobre las calles del pueblo. En tanto, la armada chilena se encontraba en busca de cinco pescadores desaparecidos provenientes del pueblo.
Por otro lado, en Concón, al norte de Viña del Mar, muchas casas y comercios fueron destruidos; los techos de algunas construcciones asomaban entre el barro.
"Ahora recién podemos visualizar el desastre que ha ocurrido aquí", dijo el alcalde de Concón, Oscar Sumonte.
Agencias AFP y Reuters
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