Una muerte reaviva el debate por el exceso de trabajo en Japón
Un canal estatal reconoció que una de sus periodistas murió en 2013 luego de hacer 159 horas extras en un mes; el fenómeno, llamado karoshi, afecta a miles de personas
TOKIO.- El caso de una periodista japonesa de 31 años que murió luego de trabajar 159 horas extras en un mes volvió a encender la luz de alerta en el país por este fenómeno conocido como karoshi, que deja miles de muertos por exceso de trabajo.
Aunque el hecho ocurrió hace cuatro años en el canal estatal japonés NHK, la emisora lo hizo público anteayer bajo la presión de los padres de la joven, que reclamaron medidas para evitar casos similares.
"Nuestro presidente se reunió esta mañana con los padres, en su casa, y les pidió perdón", reconoció ayer un vocero de NHK.
Las autoridades japonesas habían concluido en 2014 que la muerte de Miwa Sado se debió a una cantidad excesiva de horas extras. Sólo había tenido dos jornadas de descanso en el mes que precedió a su fallecimiento. Fue hallada muerta en su cama en julio de 2013 con su celular en una mano.
"Sado no pudo asegurarse suficientes días libres debido a que sus responsabilidades requerían que se quedara hasta muy tarde", informó el Departamento de Trabajo al diario Asahi Shimbun. La autopsia confirmó también que se encontraba "en un estado de fatiga acumulada y de privación crónica del sueño" al momento de su muerte.
Paradójicamente, la prestigiosa cadena informativa NHK ha hecho con frecuencia informes críticos sobre el fenómeno karoshi (literalmente "muerte por exceso de trabajo"), en una sociedad como la japonesa, en la que el agotamiento físico es considerado una señal de compromiso con la empresa.
De hecho, la cadena había cubierto ampliamente dramas idénticos ocurridos en otras compañías, en particular el suicidio en 2015 de una mujer joven en el gigante de la publicidad Dentsu, que había trabajado más de 100 horas extras en un mes.
En el caso de Sado, le había tocado cubrir las elecciones de la asamblea de la ciudad de Tokio en junio de 2013, seguidas en julio por las elecciones en el Senado. La joven murió tres días después de esos comicios.
"Tengo el corazón roto con la idea de que quizá [Sado] intentaba llamarme" justo antes de morir, dijo su madre al Asahi Shimbun.
"Lamentamos haber perdido a una excelente periodista y nos tomamos muy en serio el hecho de que se haya hallado el vínculo entre su muerte y el trabajo", dijo, por su parte, el presidente de la NHK, Ryoichi Ueda. "Vamos a seguir trabajando en favor de una reforma, con la ayuda de sus padres", agregó.
En Japón, cada año mueren miles de personas por accidentes vasculares cerebrales, crisis cardíacas o suicidios bajo el efecto del estrés laboral.
En julio pasado, los padres de un obrero de 23 años -que se había suicidado- pidieron ser indemnizados y que el gobierno reconociera que su muerte se produjo por un exceso de estrés.
Este empleado de una empresa de construcción, que había empezado a trabajar en el estadio olímpico de Tokio en diciembre, había acumulado 200 horas extras en el mes que precedió al hallazgo de su cadáver, en abril. También encontraron una nota en la que afirmaba haber "superado el límite físico y mental".
Aumento
Cuando el Ministerio de Salud japonés empezó en 1987 a discriminar en las estadísticas generales de fallecimientos los casos de karoshi, las cifras indicaban un par de cientos de casos cada año, pero ya en 2015 el número de víctimas alcanzaba las 2310, según el Ministerio de Trabajo japonés.
De acuerdo con el Consejo Nacional en Defensa de las Víctimas de Karoshi, la verdadera cifra puede llegar a las 10.000 víctimas anuales, una cifra similar al número de personas que mueren cada año en accidentes de tránsito.
Este fenómeno empezó a ser conocido como un síntoma propio de la sociedad japonesa a fines de los años 80, ante la creciente cantidad de empleados que caían desplomados en sus sitios de trabajo, lo que expuso el lado siniestro del milagro económico japonés de posguerra.
En estos años se han reportado casos de karoshi entre ejecutivos, ingenieros de automotrices y empleados bajo entrenamiento, angustiados por alcanzar las metas laborales.
Un informe gubernamental del año pasado reveló que casi una cuarta parte de las empresas encuestadas reconoció que algunos de sus empleados trabajaron más de 80 horas extras al mes.
Un fenómeno creciente
2310 Víctimas por año
A fines de los años 80, las estadísticas reportaban cientos de casos de karoshi por año. En 2015, el número de víctimas llegó a 2310. Pero según el Consejo Nacional en Defensa de las Víctimas de Karoshi, la cifra real es de 10.000 víctimas anuales
80 Horas extras por mes
En 2016, un informe del gobierno reveló que casi una cuarta parte de las empresas encuestadas reconoció que algunos de sus empleados trabajaban más de 80 horas extras al mes
Diario The New York Times y Agencias AFP y AP
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